Cuando era pequeña las cosas parecían que eran homogéneas. Solo lo parecía: la gente lleva siendo única desde el momento en que el planeta es planeta, mas a lo largo de bastante tiempo se ocultaba. Todos deseábamos ser iguales: tener exactamente la misma talla, exactamente el mismo aspecto, llevar exactamente las mismas cosas, tener exactamente el mismo color, tener exactamente la misma orientación sexual. Lo que no era igual, se penalizaba.
Es cierto que la vida nos da la sensación de que ha avanzado poco: las noticias en ocasiones nos devuelven escenas que nos recuerdan demasiado a aquellos años en los que se no molaba ser diferente, y todo cuanto se saliese del molde era perseguido, de una forma o bien de otro. Mas la realidad es que, pasito a pasito, vamos caminando cara una sociedad en la que diferentes modelos tienen cabida. Cosas que otrora nos parecían normales, como los rechistes de gangosos por poner un ejemplo, ahora se miran con suspicacia. Somos capaces de ver que no está mal reírnos de la gente por de qué forma es o bien por sus defectos.
Belén Llorente, Oh My Mum ha escrito un libro hermoso dedicado a charlar de todo cuanto nos hace diferentes y por qué razón está bien que no seamos calcados al de al lado. Son las diferencias exactamente nuestro tesoro, lo que nos hace únicos, valiosos y preciosos. Pues ¿quién decidió que solo es bonito un canon de belleza? Si hay belleza en un montón de cosas. Solo hay que estimar verlas.
Este es un libro para abrir miras. O bien mejor dicho, para eludir que los cerebros naturalmente abiertos de los pequeños no se cierren, no se contaminen con la visión sesgada de los adultos.
En Lo que nos hace únicos se habla de pequeños que se escapan de lo normativo. De diversidad sexual. De diversidad de tamaños. De discapacidad. De pequeños con inquietudes. De todas y cada una esas cosas que en algún instante han sido motivo de acoso escolar. Y las pone en valor. Por medio de pequeños textos en verso habla de la belleza de esas cosas y porqué jamás habrían de ser motivo de mofa.
(y bueno, a mí personalmente este instante cross over con La maceta encantada de Gemma Camblor y Esther Gili me ha semejado genialoso)
Lo que nos hace únicos es un canto a la diversidad. Pero no un canto complaciente. A ninguno de los pequeños, pese a no ser normativos se les trata con un «pobrecitos». Se les habla desde la normalidad que tienen, desde el convencimiento libre de postureos de que su realidad es tan genial o bien más que la que nos han vendido en muchas ocasiones como la única. Nos lleva a una niñez real, sin ataduras, sin prejuicios y plenamente acorde a lo que puebla nuestras calles en nuestros días.
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