Si charlamos de regalos de reyes, probablemente lo primero en lo que pensemos sea en esos bultos envueltos bajo el árbol. Esos regalos que escribimos con tanta ilusión al lado de nuestros peques en la Carta a los Reyes Magos. O bien quizá pensemos en ese amigo invisible que nos obsequia el libro que tantas ganas teníamos de leer… Mas si algo nos ha enseñado este dos mil veinte tan distópico, es que los regalos no materialistas son los que realmente echamos de menos estas fiestas.
Lo que nos ha enseñado el 2020
Hagamos un tanto de balance de este año en el que hemos tenido plataformas de series y películas por tresdoblado, subscripciones a juegos, talleres on line de mil temas diferentes, conciertos en el salón de la casa… ¡Hasta hemos aprendido a enhornar pan! (O bien intentado, por lo menos) y, no obstante, nos ha faltado lo más importante… poder compartir todo esto con los nuestros.
Nos han faltado abrazos y besos, apretones de manos, hombros en los que descargar el temor. Echábamos de menos mirarnos a los ojos y hallar complicidad, por el hecho de que todos y todas y cada una estábamos demasiado asustados y asustadas para siquiera conectar las miradas.
Y nos hemos dado cuenta de que no es la película que ves en el cine con tu amigo lo que verdaderamente esencial, sino más bien poder comentarla con él. No es la cerveza con tu mejor amiga un viernes por la tarde, es poder compartir de qué manera ha ido la semana con alguien que sabes que te comprende.
Lo más importante
La tarta de aniversario no era tan esencial, es el rato de celebración con la familia. No era el concierto, sino más bien cantar tus canciones preferidas con miles y miles de personas que corean contigo. No es el parque o bien los columpios, es ver gozar a tus hijos y también hijas mientras que juegan.
Y mientras que estos instantes, o bien la mayor parte, se hallan en pausa, mientras que la esperanza se materializa en forma de vacuna, quizás podamos dejar que dos mil veinte nos asista a priorizar. Como bien afirma una conocida oración del escritor Ulises Kaufman: “Estúpido es opinar que el regalo está en el bulto, siempre y en toda circunstancia, siempre y en toda circunstancia, siempre y en toda circunstancia son las manos que lo entregan”.
Y eso no quita, como es lógico, que prosigamos obsequiándonos esas sorpresas que tanta ilusión nos hacen, mas quizás podemos hallar el equilibro y subir un tanto la balanza por el lado no materialista.
Regalemos más experiencias y instantes y menos cosas
La Regla de los cuatro Regalos es buen punto de inicio. El término nos habla de que para no hiperregalar, podemos proseguir la regla de los cuatro regalos, que consiste en:
- Algo que nuestro hijo o bien hija se pueda poner (ropa, complementos, calzado…).
- Algo para leer.
- Algo que o bien desee mucho.
- Algo que le haga falta.
Ese sería el “pack” perfecto y tendríamos cubierta la una parte de los regalos comprados, que asimismo debe tener su estrellato indudablemente, mas que podemos enriquecer mucho si agregamos una parte sensible, de momentos y experiencias. Esos regalos que no dependen de una tarjeta de plástico o bien un billete, sino más bien solamente de nosotros y nosotras.
Ideas creativas de regalos no materialistas para incorporar a la carta de Los Reyes
Entradas para el cine, el teatro…
El primer ejemplo que deseo contaros es una experiencia. A nuestro hijo, a lo largo de los 2 últimos aniversario, le obsequiamos un bono de entradas para el cine. No era un bono como tal, sino lo dibujamos nosotros en una cartulina y escribimos a mano las diez sesiones que le obsequiábamos. No podíamos imaginar cuánta ilusión le haría y en verdad, de año en año vuelve a solicitar lo mismo. Es más, recuerda de forma perfecta las sesiones a las que va y quién le acompañaba.
¿Recordamos lo que afirmábamos al comienzo? No eran las películas, podía haberlas visto en casa o bien en cualquier plataforma de vídeos en T.V., era ese momento compartido de ocio con nosotros. Esto puede valer para cualquier actividad que os guste hacer juntos y juntas. Salidas al campo, a nadar, eventos deportivos, rutas en bici o bien a pie, visitas a familiares y amigos-as (cuando podamos regresar a juntarnos sin temor), etc..
Cheques canjeables por favores
Otra opción que podemos incorporar son cheques canjeables por favores. Por ejemplo; un masaje, un ratito extra de lectura, cocinar su comida preferida juntos-as, manualidades, bailar… Os van a salir las ideas solas cuando penséis cuáles son las aficiones de vuestro peque y le encantará muy seguro.
Programar excursiones son otra alternativa que podemos proponernos, por poner un ejemplo, una vez por semana o bien por mes. No es preciso que sean destinos que se hallen lejos, no pensamos en unas vacaciones como tal, basta con salir un rato a la naturaleza con una merienda, a pueblos próximos donde los peques puedan explorar, sitios de interés turístico, museos… Es tan simple como entrar en la red y hacer una lista de sitios que creemos pueden resultar interesantes para ir con pequeños-as y hacer una lista en papeles, meterlos en un frasco y también ir sacándolos ¡por sorpresa!
Un tarro de los sentimientos
Una idea más que además de esto podemos obsequiar a amigos-as y familiares es el tarro de los sentimientos. Elegimos un tarro, una caja, un bote (cuanto queramos) y escribimos trescientos sesenta y cinco notas para leer una día a día del año nuevo. Si nos semejan demasiadas, podemos decantarse por una semanal, por poner un ejemplo. La idea es incluir citas, canciones que sabemos que les agradan, mensajes adaptados y recuerdos. Es un regalo cargado de sentimientos y una forma de que hallen diariamente instantes felices.
Estas son solo ciertas ideas, mas realmente, la manera en la que se materialice es lo menos esencial, lo verdaderamente valioso es el fondo, el regalo es compartir instantes, sentimientos y deseos.
Compartir es la clave
Hablábamos al comienzo de un cómputo de dos mil veinte en el que podamos intentar extraer algo positivo en la mitad de una situación que nos ha puesto a prueba como sociedad y lo que semeja evidente es que en la mitad de este caos que ha sido este año que todavía haciendo historia, deseamos olvidar, es que la solidaridad, la unión pese a la distancia de seguridad, la complicidad y la empatía son clave para avanzar como sociedad. Resumiendo, nos precisamos los unos a los otros, las unas a las otras, y como es lógico nuestros hijos y también hijas no son una excepción.