Si lees esto seguramente seas madre y si eres madre, seguro que asimismo te has encontrado meditando sobre por qué las abuelas siempre y en todo momento quitan mejor las máculas de la ropa. Esto es una cosa que ya antes de la maternidad todas y cada una sospechábamos, mas es con la llegada del primer descendiente cuando esa sospecha se confirma malamente.
La ropita de recién nacido, que lavas ya antes de alumbrar a fin de que todo esté en orden, nunca estará más limpia que el día en que se cumple tu data prevista de parto. No afirmo que no tengas lavadora. No afirmo que no la sepas emplear. No afirmo que tu limpiador sea mejor o bien peor. Solo digo que con la maternidad las máculas alcanzan su cúspide y es una cosa que no cesa a lo largo de los primeros años del pequeño.
¿Y dónde entran las abuelas? Puesto que en que las abuelas son como robots antimanchas. Tú les afirmas de qué se ha manchado el pequeño y ya saben los mejores antídotos. Por poner un ejemplo, recuerdo de la primera caca supersónica que hizo mi hija, de esas que rebosan el pañal por arriba y por abajo y que poco más que le llega al cuello (cosa normal pues los bebés tampoco tienen tan lejos el cuello del pañal) y que manchó por siempre uno de mis bodis preferidos.
Probé todo cuanto se me ocurrió: enjuagarlo, lavarlo, lavarlo más veces, con agua caliente, conminar al body a fin de que se comportase, sobornarle para poder ver si clareaba mas aquello proseguía verde por mucho que me empeñase en que no lo fuera. La solución, como en muchas ocasiones, vino de la mano de mi madre, que me afirmó que lo dejase en remojo y que tras el lavado lo dejase al sol varias horas. ¡Mano de santurrón!
Otro tradicional que me dio algún desazón fue la papilla de frutas, que acostumbraba a terminar en cualquier lugar menos en la boca de la pequeña. Terminaba la cocina con gotelé a base de espurreos múltiples toda vez que sacaba el bol lleno de exquisita fruta fresca desmenuzada. No se libraba nada, ni los azulejos ni naturalmente el babero ni la ropa que llevaba debajo. No deseo ni meditar en el trasiego de bolsas de ropa de mi casa a casa de mi madre que siempre y en todo momento tenía una solución para cada mancha, ya fuera la rápida limpieza (esto acostumbra a marchar en la mayor parte de los casos), leche, bicarbonato y otros que no me cuenta.
Una vez superada la fase bebé, las máculas fueron mudando y ahora mi némesis es el helado de chocolate. No lo comen diariamente, ni tan siquiera una vez por mes, mas no falla, toda vez que se aproximan a las proximidades de un helado de chocolate terminan embarrados y cualquier prenda que lleven puesta. Recientemente, mi mejor solución (aparte de una veloz limpieza) es salpicar KH7 Sin Máculas justo antes que entre en la lavadora, si bien siempre y en todo momento viene bien tener a mano el comodín de la llamada a la abuela o bien páginas del género de Como adecentar tu casa donde hay múltiples trucos de los que marchan.
¿Tenéis algún truco que pueda asistir a esta pobre insensata? ¿Cuál es la mácula más rebelde con la que habéis debido tratar? ¿Qué clase de brujería tienen las abuelas que siempre y en todo momento consiguen quitar todas y cada una de las máculas a la primera?