Cuando Fernando Simón salió haciendo un llamamiento a la cooperación de los influencers para mentalizar a la población de que era precisa la implicación de todo el planeta para parar la epidemia bastante gente se llevó las manos a la cabeza. “Oh, santo dios, de qué manera se le ocurre, si son unos descerebrados” “madre mía, a dónde iremos a parar” “que paren el planeta que me bajo”. Realmente, no creo que sea tan mala idea, es más creo que es una GRAN idea y el día de hoy esencialmente os contaré porqué.
La primera razón es que a la gente hay que ir a procurarla allí donde esté. Nos podemos llevar las manos a la cabeza todo cuanto queramos, mas un mensaje solo va a calar si lo damos en el sitio conveniente. Es decir, que puedo preferir, y en verdad lo prefiero, que se asista a la fuente y buscar chorrocientos mil estudios y fuentes científicas… mas si un adolescente que sale por ahí con sus amigos no enciende la radio más que para oír música, solo ve T.V. de plataformas sin anuncios y se pasa el día en Youtube y las redes sociales puesto que por mucho que demos la información en prime time no se enterarán. Ocurre lo mismo al contrario: una persona que no está en redes difícilmente va a enterarse de lo que ahí se cuece. A cada público hay que darle la información en un lugar ¡y esto ha pasado toda la vida! Hay quien escucha la radio A y no la B, que pone un programa de tele sí y otro no. De ahí que es tan esencial que todos difundamos.
La segunda razón es que por mucho que me influya lo que afirmen grandes del periodismo como Matías Prats, Ana Blanco o bien Iñaki Gabilondo, por decir solo unos al azar … la verdad es que hay gente muy joven que no sabe prácticamente quienes son. Podemos charlar sobre la lástima que es y lo que nos hace poner los ojos en blanco que den más verosimilitud a gente que ven por las redes que a cronistas con una trayectoria contrastada. Pero es lo que hay. Y podemos indignarnos o bien intentar llegar a la gente joven donde está y mediante sus ídolos que no son los nuestros.
Por otro lado, asimismo es que tendemos a meditar en influencers como gente ociosa que se dedican a hacer monerías en las redes sociales. El término influencer va más allí. Influencer es Boticaria García, es Enfermera Sobresaturada, mas asimismo actores, vocalistas y personas con un número de seguidores esencial, si bien no charlen en concreto de salud. Influencer es el que influye. Y existen muchas formas de influir.
Por tu madre, por tu tía, por tu abuelo, por tu primo y por ti, ponte la mascarilla y acabemos con el bicho de una vez.#nosinmascarilla pic.twitter.com/RlA0Vd4q8Z
— Jordi Sanchez (@jordi_sz_actor) August veinticinco, 2020
Las hay complejas y activas mas asimismo las hay considerablemente más fáciles. Que un influencer vaya a un concierto y se dedique a subir stories y vídeos sin mascarilla y sin respetar la distancia de seguridad es MUY PELIGROSO. Pues recordemos, influye tanto lo que afirmamos como lo que hacemos, tanto para bien para mal. Un influencer joven que sale en sus vídeos con mascarilla, sosteniendo la distancia con sus amigos o bien lavándose las manos es considerablemente más efectivo para determinado ámbito de la población que señores de sesenta pontificando en el informativo de la tele o bien en una tertulia. Este verano por poner un ejemplo han despedido a una cooperadora de Telecinco por dar positivo en COVID y haber mostrado vídeos continuamente con conductas irresponsables. Lo que hacemos, singularmente en el momento en que nos prosigue bastante gente, importa.
Otra razón para estar conforme en usar influencers es que marcha. A nivel internacional es una cosa que se ha estado haciendo. Existen muchos mensajes de conocidos, cada uno de ellos con su tono. Miley Cyrus nos animaba a lavarnos “las condenadas manos” (por no decir otra palabra más subida de tono)
wash your damn hands. #WashYourLyrics pic.twitter.com/hXF0HPrWi3
— Miley Ray Cyrus (@MileyCyrus) March diez, 2020
… si bien mi preferido es el de Gloria Gaynor lavándose las manos al son de I will survive por más que me duela el desperdicio de agua.
Thank you @timehop. For the past 41yrs I’ve watched and listened to how «I Will Survive» has given hope, encouragement & inspiration to entusiastas around the globe. It’s my hope that this song continues to bless & heal during these trying times. #washyourhands #iwillsurvivechallenge https://t.co/5tB1IkAp2e
— Gloria Gaynor (@gloriagaynor) March once, 2020
En España gente conocida como José Corbacho, Patry Jordan, Roenlared asimismo han lanzado mensajes de concienciación. Y lo han hecho desde su nivel: si soy un actor, un vocalista, una autora de contenido no puedo lanzar un mensaje científico por el hecho de que no es mi trabajo. Puedo lanzar un mensaje general y después mandarlo a gente que sí que sabe de lo que habla.
Pero hay experiencias que van alén de prestar su imagen. Influencers internacionales como Chiara Ferragni y su marido el rapero Fedez (nueve millones de seguidores) colectaron en el tercer mes del año en apenas cuatro días cuatro millones de euros para destinarlos a la lucha del coronavirus, provenientes de doscientos donantes. Ellos hicieron la primera aportación de cien.000 euros.
No debemos irnos tan lejos para hallar a gente que lo ha dado todo propagando información seria y contrastada. Para mí de los mejores ejemplos es el de Boticaria García (332k) que a lo largo de toda la pandemia ha estado trabajando sin denuedo para intentar hacer llegar a las personas de a pie información veraz. A principio de la pandemia escribió con Arantxa Castaño un libro titulado 123 preguntas sobre coronavirus que todo el planeta puede descargarse gratis acá y que es prácticamente una biblia por el hecho de que recoge las preguntas más frecuentes que hacemos todos. Lleno de bibliografía y con consultas a especialistas en cada uno de ellos de los temas. Una maravilla. Mas no contenta con eso puso en marcha una iniciativa solidaria fantástica. Lió a un montón de gente que trabajaron todas y cada una de forma altruista; unos donaron la lona homologada, otros la mano de obra, otros el marketing… la cuestión es que lanzaron una remesa de mascarillas homologadas que se agotaron en unas horas. Todo el dinero salvo el del envío se donó a Unicef y a la Asociación De España contra el Cáncer (quince euros a cada una). Ahora han vuelto a lanzar otra tirada por el hecho de que hubo bastante gente que se quedó sin ellas y esta vez explicó que no era cien% beneficiosa por el hecho de que en su fabricación intervienen personas que deben cobrar un coste justo por su trabajo, entre ellos personas con discapacidad. Las ventajas sí que se donan y no cobra nada… y se han vuelto a agotar, asimismo en cuestión de horas.
Así que miremos a los influencers con un tanto más de cariño por el hecho de que si bien nos parezca imposible hay gente haciendo un trabajo espléndido.