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¿Instruir a los pequeños a fin de que sean felices?

4 agosto, 2021

Seguramente cuando hayas leído el título de este blog post, habrás pensado: “Marido se ha vuelto ido. ¿De qué manera no se marcha a instruir a los pequeños a fin de que sean felices?”

Estoy persuadido de que cuando acabes de leerlo, comprenderás por qué razón lanzo esta pregunta.

Hoy en día, se han puesto muy de tendencia las teorías que defienden que hemos de ser felices a toda costa, sea como fuere. No diré que no esté conforme en que la dicha es un fin prioritario para el humano. Lo es, no cabe duda, mas ¿de qué manera lograrlo? Hete aquí el inconveniente.

 

El término de felicidad

 

Puede que confundamos verdaderamente el término de dicha. Muchos pueden comprenderlo como placer, buscar nuevas formas de disfrutar, divertirnos, entretenernos y gozar en todo instante. Solamente lejos de la realidad. La dicha es otra cosa, muy diferente a lo que acabo de describir. La dicha depende de vivir la vida en el instante presente, en el acá y en el ahora, sin las falsas esperanzas de como habría de ser, de gozar de las pequeñas cosas, de toparnos bien con nosotros mismos, de dar más a el resto de lo que recibimos y de tener unas relaciones interpersonales satisfactorias, entre otras muchas cosas. No deseo entrar en el fondo de la cuestión a nivel más teorético, por el hecho de que deseo centrarme en el titular de este blog post.

 

Todo lo precedente nos lleva a la falsa creencia de que, como creo que lo prioritario para el humano es ser feliz -confundiendo el significado de este término como he contado previamente-, a mi hijo le debo hacer feliz en todo instante. Desde pequeño, desde el instante en que nace hasta el momento en que se emancipe: mi objetivo único es su dicha. En todo instante y en todo sitio porque… “Cuando sea mayor, ya va a tener tiempo de padecer y de ver lo dura que es la vida.”

 

Con esta mentalidad, intentamos que los pequeños lo tengan todo, que no padezcan, que no se frustren, que no lo pasen mal. De ahí que nos dedicamos a facilitarles la vida, lo que nos lleva a la sobreprotección y al rescate progresivo, en todas y cada una aquellas situaciones que les ocasionan dolor. Os pongo un ejemplo:

 

Un caso cotidiano

 

Vamos al súper con nuestro hijo y se le antojan unos cereales con todo el azúcar del planeta. Esos que anuncian en la tele y que tienen un diseño súper atrayente para los niños… e inclusive para los adultos. No deseamos adquirirlo, por el hecho de que hemos decidido que no son buenos para su salud. De ahí que le decimos:

    • No hijo, no podemos adquirirlos porque…

Y en ese instante nuestro hijo comienza a plañir y vocear. No ha dejado ni que podamos explicarnos.

    • ¡¡¡Que sí, que los quiero!!! Jamás me compras nada. ¡Eres la peor madre/padre del planeta!

En ese instante pensamos:

    • ¡Ufff! Me ha tocado la fibra sensible. Esto me duele en lo más profundo. ¡Con todo cuanto hago por él!

Pero eso no es todo. Proseguimos dándole vueltas:

    • No puedo aguantar verle de este modo. De veras está padeciendo. Pobre, si total son unos cereales. No voy a hacerle padecer por esto. Y además de esto, no puedo aguantar que la gente me mire y me juzgue. Pensarán que soy una mala madre/padre.

Y decimos:

    • Bueno cariño, no llores. Toma, coge los cereales y bien sabes que es la última vez. La próxima vez, vamos a coger estos otros que son más sanos.

 

Niña feliz- Una Madre Molona y Marido

 

¿Qué le estamos enseñando a nuestro hijo?

 

  • Que si llora, al final logra lo que desea. La próxima vez que desee algo, ya sabe de qué manera puede conseguirlo.
  • Aprende que plañir y expresar un sentimiento de frustración o bien tristeza es un medio lícito y eficiente para lograr cosas.
  • A no saber distinguir entre sus deseos y sus necesidades.
  • Que sentirse frustrado no es bueno. “Mi madre/padre seguro que va a venir a salvarme en el momento en que me sienta así”.
  • A no saber administrar sus emociones.
  • Siempre que sienta ira o bien enfado, procurará una salida “fácil” en algo que le de una gratificación inmediata.
  • A bajar su autoestima. Cuando no es capaz de encarar los desafíos que le pone la vida, puede llegar a evadirse y ser pasivo. Esto no le va a hacer sentirse bien consigo.

 

Al final, el deseo de que nuestro hijo no padezca se nos vuelve en contra. Logramos todo lo opuesto. En el medio y largo plazo no conseguiremos que nuestros hijos sean felices. ¿Por qué razón? Pues no les estamos formando para enfrentar los desafíos de la vida. Si no pueden o bien no saben superarlos, difícilmente van a poder ser felices el mañana. Vamos a estar sacrificando su dicha futura por su placer presente.

¿Qué les dará verdaderamente la dicha?

 

Lo que les dará verdaderamente la dicha en su vida son las habilidades y recursos que les asistamos a adquirir de cara al futuro. Todo ello, para encarar los inconvenientes y contrariedades que hallarán, sin duda, por el hecho de que la vida no es moco de pavo. Todo lo opuesto, todos somos permites de que es bastante difícil. Pero debemos seleccionar entre una vida bastante difícil o bien una vida mala. Esta oración se la debo a la Dra. Anabella Shaked, a la que agradezco haberme dado una nueva perspectiva en lo que se refiere a lo que debemos comprender como prioridad en la educación de los pequeños. Ella nos ha enseñado a que, la niñez la debemos comprender como una preparatoria para la vida y no una etapa en la que debamos buscar a toda costa la dicha de los pequeños. La dicha la van a localizar cuando sientan que pueden enfrentarse a los desafíos de la vida, superarlos, amoldarse y salir más robustecidos y con más sabiduría. Es entonces y solo entonces cuando alcanzarán una vida plena, lo que les va a llevar seguramente a sentir dicha.

 

Es esencial formarse como padres

 

Espero que esta reflexión te haya servido, por lo menos, para darte otra perspectiva en la educación de tus hijos. Ahora toca los más bastante difícil, ponerlo en práctica. Para esto precisamos las herramientas que podemos lograr formándonos como progenitores. La Disciplina o bien Educación positiva te puede asistir. Conoce más sobre este procedimiento para instruir a tus hijos aquí. Asimismo puedes localizar nuestra bibliografía recomendada en este enlace. Asimismo puedes ver acá una lección gratuita de nuestro curso

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