Enseñar a recoger y a ordenar a los más pequeños es una labor que precisa de mucha paciencia y amor. Vas a estar fatigada de escucharlo y leerlo. Lo sé. Mas asimismo te afirmaré que pese a la creencia de que a ellos no les agrada recoger y ordenar aquello con lo que han jugado, lo cierto es que esto no es del todo verdad, lo que no les agrada es finalizar de jugar, que el entretenimiento concluya o bien que dejes de estar a su lado ayudándoles con esa labor. Eso es lo que verdaderamente les molesta.
Sé, pues asimismo he pasado fases como la tuya, que si has llegado hasta acá es pues probablemente lo has intentado de muchas formas y todavía prosigues buscando aquella que motive y enganche a tu hijo o bien hija a ordenar sus juguetes, libros, colores y demás (incluida su ropa). Bien. Llegados aquí debo serte sincera: no hay fórmulas mágicas mas sí ingredientes esenciales tiempo, dedicación y sacrificio.
Niños y pequeñas aprenden a recoger y a ordenar junto a nosotros.
Los pequeños y pequeñas no nacen sabiendo recoger y ordenar, mas son capaces de aprender con nuestra ayuda. Sí, está en nuestras manos. Las de los adultos que les guiamos y acompañamos en esta aventura de entender el planeta que les circunda. Pues es labor nuestra ofrecerles la ocasión de aprender a poner orden al caos, recogiendo y ordenando, apartando y clasificando. Algo que con paciencia vamos a lograr que incorporen en su día tras día como una parte de cualquier otra rutina.
Hablaba últimamente, en un artículo dedicado al Procedimiento Montessori, sobre la relevancia del orden y la estructura de las estancias en las que estamos, puesto que el orden y la estructura nos dan serenidad y bienestar.
Pero vayamos por partes.
¿En qué momento es el mejor instante para comenzar a enseñarles a recoger y ordenar?
Desde el principio. Desde el momento en que son bebés. Sí, desde el momento en que comenzamos a sentarnos en el suelo con ellos y jugamos. Poner cada cosa en su sitio va a ser una parte del propio juego. Y puedes creerme, a ellos les chifla tanto poner cosas en una caja como el sacarlas nuevamente. Con lo que paciencia, es lo que les toca a esta edad. Descubrir y comprender el planeta al que terminan de llegar, y su juego preferido va a ser abrir cajones y sacar todo cuanto hallen en ellos. Con todo el amor y la paciencia nos vamos a sentar y vamos a ordenar las cosas a su lado, explicándoles que ese es el cajón de los calcetines, por poner un ejemplo. Evidentemente, no le vamos a pedir a una criatura de poquitos meses que doblen y pongan bien nada pues no es realista y no tiene capacidad para hacerlo.
Cuando son ya mayores, sobre los dieciocho o bien veinticuatro meses, sus habilidades psicomotrices y cognitivas han dado un salto muy importante y ahora es cuando sí vamos a guiarles a fin de que recoger y ordenar forme una parte de su rutina diaria tras el juego. Y acá deseo poner el acento en algo que estimo fundamental y al que deseo dedicarle el próximo apartado.
Errores más usuales.
Para que los pequeños aprendan a recoger primero deben tener la ocasión de hacerlo. Y es que en muchos hogares quien recoge y ordena acostumbra a ser el adulto, por norma general y muy a mi pesar, la madre. ¿Por qué razón? Sencillo
- para eludir «rabietas» o bien inconvenientes,
- o ir más veloz,
- porque pensamos que lo hacemos mejor o
- «como la niñez es tan corta dejemos que nuestros hijos o bien hijas la gocen … que van a tener tiempo de recoger y ordenar«
De este modo, solo sobreprotegemos y/ o bien eludimos cualquier pequeña frustración que pueda ocasionarle el hecho de poner punto y final al juego y solicitarle un pequeño sacrificio. Algo que si bien en un comienzo nos puede parecer buenísima idea no termina siéndolo para su desarrollo siguiente. Pues nuestros hijos precisan aprender que todo tiene un principio y un fin, que cada cosa tiene un espacio y que tras emplearlas no vuelven solas a su sitio.
Además, acostumbra a acontecer que con el tiempo, el adulto que recoge acabe frustrado y disgustado, utilizando estrategias contraproducentes como son las amenazas del tipo «Voy a tirar a la basura todo lo que halle por el suelo desde mañana mismo«. Una oración que a más de una y una va a serle bastante familiar.
El fallo relacionado con estos precedentes debe ver con la expectativa poco realista de pretender que nuestros hijos o bien hijas, cuando ya tienen cierta edad y sin que absolutamente nadie les haya enseñado anteriormente, recojan sus cosas a la primera y con perfección. Pequeños y pequeñas precisan un proceso, cada uno de ellos tiene su ritmo efectivamente, mas de la noche a la mañana absolutamente nadie aprende, de ahí la relevancia de comenzar lo antes posible a enseñarles a ordenar y a recoger. Y para esto es esencial nuestra presencia y nuestro ejemplo, poniéndoselo simple sí mas no haciendo las cosas que pueden hacer .
Cada cosa en su sitio, recoger y ordenar es simple si lo pones simple
Recoger y ordenar es fácil y fácil si sabemos dónde poner cada cosa que utilizamos. Es por este motivo que te invito a , desde el comienzo, que utilices cajas, etiquetas adhesivas, etiquetas colgantes, bandejas, carros, … mas que asimismo reduzcas la cantidad de cosas que emplean toda vez que juegan o bien efectúan la actividad que sea que hagan.
Tener muchos juguetes no es homónimo de mayor diversión, ni de mayor dicha, todo lo opuesto les termina perjudicando pues pasan de uno a otro sin más ni más, se desperdigan y terminan por dejarlo todo. Es mejor que juegue primero con unas cosas y después, tras guardarlas, lo haga con otras. Sé que es más simple escribirlo que llevarlo a la práctica, mas asimismo sé que no es un imposible. Actualmente, muchos de nuestros hijos tienen más cosas de las que verdaderamente precisan, conque algunas veces haz limpieza con ellos y elegid aquellos juguetes con los que ya no juegan y donadlos a alguna asociación. De esta manera al unísono que haces espacio en casa les enseñas el valor de la esplendidez y solidaridad.
Lo mismo ocurre con la ropa y libros. Seguro que hay otras personas que van a poder emplear la ropa que se les queda pequeña y los libros que habéis leído y no deseáis guardar por cierto motivo.
Verás que al emplear cajas, baúles y etiquetas, va a ser considerablemente más fácil que cada cosa esté en el sitio que le toca. Y aprovechando que a los pequeños pequeños les chifla clasificar será una parte más del juego. Por otro lado, si tienes más de un hijo o bien hija asimismo puedes emplear las etiquetas para distinguir de quién es cada cosa. A mí a lo largo de un tiempo me han sido de enorme utilidad y redujeron mucho el tiempo de busca y el agobio que nos ocasionaba no hallar los calcetines de cada uno de ellos de mis hijos.
Y por último, tus hijos tienen un tamaño diferente al tuyo, sé que te puede resultar una cosa obvia mas es una cosa que desde nuestra situación «adultocentrista» acostumbramos a olvidar. Y lo que pretendo decir con esto es que debemos procurar organizar sus espacios a fin de que tengan sus cosas a su alcance, tanto para cogerlas para volverlas a su sitio. Para poder ordenar su ropa deben poder colgarla, para poder ordenar sus libros deben poder llegar al anaquel y de esta forma con el resto.
Recuerda: la práctica hace al profesor.
Tiempo, paciencia y presencia.