

Los corpúsculos de Morgagni son glándulas sebáceas pequeñas y también inofensivas. Si bien en ocasiones puede ser algo más que eso, como vamos a ver más adelante.
En la mayor parte de los casos, la presencia de corpúsculos (o bien tubérculos) de Montgomery se asocia con circunstancias como el embarazo, la pubescencia y la menstruación. Más extrañamente, por exceso de agobio oxidativo, cambios bruscos de peso, cáncer de mama, empleo de ciertos medicamentos, empleo frecuente de un sostén demasiado ajustado, etc.
Si alguna vez te os habéis preguntado por qué razón aparecen granos en los pezones, hallaréis la contestación en el artículo. ¡No os lo perdáis!
Probablemente hayáis apreciado alguna vez esos pequeños granos en los pezones que aun pueden mudar tenuemente de forma con el tiempo. ¿Son inofensivos? ¿Por qué razón aparecen? Os anticipo que no hay nada de que preocuparse.
¿Qué son los corpúsculos de Morgagni?
Los tubérculos de los corpúsculos de Morgagni o bien Montgomery son cada uno de ellos de los nódulos pequeños y esponjosos situados en la areola de la mama. Consisten en grandes glándulas sebáceas situadas de manera inmediata bajo la superficie areolar. Asimismo se conocen como tubérculos de Morgagni.
¿Qué función tienen los corpúsculos de Morgagni?
Los tubérculos de Montgomery sostienen los pezones lubrificados y en buen estado, puesto que generan aceites naturales cuya función es regular el pH y resguardar los pezones de cualquier clase de infección.
¿Es normal tener granos en los pezones?
Sí, esto es completamente normal. Todas y cada una de las mujeres tienen entre cuatro y veintiocho tubérculos de Montgomery en torno a la areola o bien el pezón, que cambian en tamaño y grosor conforme la persona. Además de esto, los cambios asimismo pueden acontecer por las próximas razones:
- Estrés.
- Durante y en los meses siguientes a un embarazo.
- Poco ya antes y a lo largo de la menstruación.
- Cambios hormonales.
En estos casos son más evidentes a la vista y al tacto. No obstante, estos tubérculos o bien «espinillas» no son sensibles y no ocasionan dolor. Asimismo, cuando ya no estamos en estas situaciones, los tubérculos recobran su tamaño normal.
¿Qué cautelas se deben tomar en el caso de tener corpúsculos en los pezones?
Mujer encinta o bien a lo largo de la lactancia
Para las mujeres embarazadas hay una serie de consejos que pueden proseguir si no desean tener estos tubérculos tan grandes. Si bien los tubérculos de Montgomery son naturales, se debe tener precaución de no alternar sus funciones y de sostener los pezones protegidos tanto como resulte posible.
Según las estadísticas más recientes, los tubérculos de Montgomery se hallarían en tres-cinco mujeres embarazadas de cada diez (por tanto, en el 30-cincuenta% de los embarazos). Con estos datos numéricos, me agradaría rememorar que no todas y cada una de las mujeres embarazadas tienen tubérculos de Montgomery.
Cambiar el sujetador
Es esencial mudar el sostén tan pronto como los senos empiecen a medrar y los tubérculos, o bien granos, empiecen a aparecer o bien ampliarse. De este modo evitaremos irritaciones y daños en los pezones.
- El pecho, en verdad, se ve perjudicado por la opresión del sostén, de ahí que os invitamos a que lo cambiéis cuando comencéis a apreciarlo demasiado apretado.
Las mujeres embarazadas, cuyos pezones son más sensibles, deben utilizar sostenes naturales, sin aros ni tirantes que puedan doler.
La higiene es fundamental
El área de los senos puede estar expuesta a la sudoración (debido a las temperaturas) y la fricción. Por lo tanto, es esencial limpiarlo con jabones de pH neutro para eludir afectar las glándulas mamarias y los tubérculos de Montgomery. Esto no solo sostendrá el área limpia y libre de bacterias, sino asimismo va a ayudar a quitar el sudor, las secreciones y el acne.
Además, se recomienda usar una crema hidratante conveniente al embarazo, para sostener la piel en buen estado y de esta forma eludir las molestias por sequedad.
Evitar aplicar substancias aceitosas en los senos
Si nos ponemos productos aceitosos en el pecho esto favorece la hinchazón de los tubérculos de Montgomery.
Mujer no encinta
Para una que no está embarazada, los tubérculos de Montgomery pueden ser una suerte de defecto, en especial cuando son grandes. En semejantes circunstancias, existen múltiples remedios naturales para reducir los tubérculos de Montgomery, como por ejemplo:
- Aplicar sobre el pecho una toalla empapada en agua tibia a lo largo de unos veinte minutos. El instante ideal para incorporar este antídoto es de noche, ya antes de conciliar el sueño.
- Beber más agua. El agua ayuda a quitar el exceso de sebo de los conductos excretores de las glándulas de Montgomery.
- Seguir una dieta saludable, baja en sal, azúcar y grasas. El exceso de estos productos en la dieta favorece el agrandamiento de las glándulas de Montgomery y, en consecuencia, el tamaño de los tubérculos de Montgomery;
- Aplicar gel de aloe vera en los pezones y en la areola, conjuntado con manteca de karité y/o manteca de cacao. El gel de aloe absorbe substancias grasas como las que contiene el sebo.
- Aplicar una solución aguada con té verde disuelto. El té verde es un agente antioxidante que combate los radicales libres y limpia los conductos excretores de las glándulas de la piel como las de Montgomery.
- Aplicar una loción a base de calamina en el pezón y la areola. La calamina actúa absorbiendo el exceso de sebo presente en los conductos excretores de las glándulas de Montgomery. El mejor instante para practicar este antídoto natural es de noche, ya antes de acostarse.
- Lavarse los senos con limpiadores cutáneos a base de peróxido de benzoilo. El peróxido de benzoilo reduce la producción de sebo por las glándulas de Montgomery.
¿Qué hacer si persisten los tubérculos de Montgomery?
Cuando los tubérculos de Montgomery persisten pese al tiempo y el empleo de los antídotos naturales enumerados previamente, vuestro médico podría plantear, como solución, extraerlos a través de una intervención quirúrgica. La cirugía en cuestión no es nada invasiva, no obstante, podría comprometer la capacidad de amamantar. Esto es de interés para las pacientes que pretenden, tarde que temprano, tener hijos.
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