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Ratón Pérez, Reyes Magos, Papá Noel… ¿engañar o bien no engañar?

31 octubre, 2021

Se aproxima tema delicadete, lo sé. No hay una verdad absoluta, ni una forma de administrar el tema de la “magia” a lo largo de la niñez. Mas el día de hoy, a solicitud de mis molonas, me mojo y os cuento de qué forma lo enfocamos en Villa Molona. Repito: que nosotros lo hagamos de esta forma no desea decir que esté bien, ni que sea lo mejor, simplemente es nuestra forma de tratar este tema en casa. Ratón Pérez, Reyes Magos, Papá Noel… ¿engañar o bien no engañar? esa es la cuestión.

 

¿Engañar o bien no engañar?

 

Es cierto que formamos a nuestros hijos en la confianza, el respeto y el amor incondicional, esto es, con educación positiva. De ahí que, ciertas personas me preguntan de qué forma abordamos la llegada del Ratón Pérez, los Reyes Magos o bien Santa Claus, cuando podría parecer incompatible con nuestra forma de instruir.

 

Realmente, en ningún instante me propongo esto como una patraña. Sino más bien como una tradición que recuerdo haber gozado de pequeña y de la que ahora deseo hacer participantes a mis hijos. Sin más ni más. 

 

Pérdida de confianza

 

Estoy conforme en que engañar hace que podamos perder la confianza en el otro. Por ende, comprendo y respeto a las madres y los progenitores que deciden no apostar por proseguir con esta tradición. En verdad, he visto enfoques diferentes, que del mismo modo son acontecimientos muy singulares para vivir en familia. Por ende, creo que el resto de las opciones son del mismo modo respetables.

 

En mi caso, prescindir de esta magia, en un instante donde la imaginación no tiene límites, no está en mis planes. Primeramente, pues gozan y gozamos . Seguidamente, pues al decir la verdad, de alguna manera debes hacerles cómplices de una patraña universal. O sea, si optara por abandonar a la magia de estas tradiciones, deberíamos buscar la manera de respetar que otros pequeños sí que crean, por ende, mis hijos tendrían la obligación de engañar o bien, mejor dicho, a no descubrir la verdad. Me semeja demasiada responsabilidad para una pequeña o bien un pequeño. 

 

¿Y si me pregunta si existen?

 

He acá, creo , la parte más esencial para no perder la confianza en nuestras figuras de referencia. Si alguno de mis hijos me pregunta, voy a contar la verdad, toda la verdad y solamente que la verdad. Como me agradaría que hiciesen conmigo. Todavía recuerdo el día que llegué del cole y le pregunté a mi madre si eran o bien no reales. Al conocer la contestación franca no me sentí traicionada, sino me sentí como “ya soy mayor”, con orgullo y alegría, vaya. “Ahora conozco la verdad y puedo contribuir a que otros pequeños y pequeñas, puedan vivir esta magia de pensar en la fantasía”. 

 

Hace un tiempo, leí una oración en la cuenta de Marta Segrelles, sicóloga de profesión, que afirmaba así:

Los pequeños no se trauman con lo que les pasa, los pequeños se trauman pues están solos con ese dolor. Gabor Maté.

 

Es decir, si en el momento de “la verdad” nuestros hijos se sienten dolidos, desilusionados, engañados, traicionados, etc. sus adultos de referencia debemos acompañar esas emociones sin negarlas. Por el hecho de que negarlas no calmará el dolor. Lo que verdaderamente lo calma es sentirse comprendido por el otro. Es legítimo que sientan tristeza, acompañemos con respeto, empatía y paciencia. Tenéis un artículo completísimo sobre de qué forma validar emociones que aconsejo que leáis.

 

Cuando llega el instante de la verdad

 

Aunque he visto circular una carta muy emotiva donde, al conocer la verdad, los progenitores leían a una pequeña una carta de los Reyes Magos donde desvelan que están muy mayores y que solicitaban ayuda a sus progenitores para proseguir la tradición, a mí, personalmente, me produce enfrentamiento. Si conoceremos la realidad de la tradición y a compartirla con nuestros hijos, no veo la necesidad de inventarnos una carta que nunca hemos recibido de los Reyes Magos, ¿no? 

 

En su sitio, si bien la idea es bonita, nos hemos propuesto charlar de la tradición, de dónde brota, de sus orígenes y por qué razón hemos decidido participar en ella. Con honradez, sin temor, de forma segura. 

 

¿Cuál es el origen de estas tradiciones? 

 

Según la religión católica, los Reyes Magos asistieron al pesebre a dejar presentes al pequeño Jesús. A lo largo de años y años, las madres y los progenitores hemos querido proseguir con esta tradición cada seis de enero. Y ahora, formas parte asimismo de esta tradición y deseamos contar contigo. De exactamente la misma forma que todas y cada una de las personas han mantenido viva tu ilusión, deseamos que nos asistas a sostener esta tradición viva a fin de que otros pequeños y pequeñas puedan proseguir ensayando la magia. 

 

En cuanto al Ratón Pérez, su origen se remonta a fines del siglo XIX, cuando el pequeño Alfonso XIII perdió su primer diente y el pequeño se sintió muy abatido por el acontencimiento. Su madre, la dirija María Cristina, en un intento de terminar con “el problema”, encargó al padre Luis Coloma, jesuita y prosista, que escribiera un relato para dotar a la caída de los dientes con tintes fabulosos. En la capital de España, en verdad, hay una casa museo del Ratón Pérez que se puede visitar. 

 

El relato viraba en torno al Rey Ruby I que, tras perder su primer diente, lo puso bajo la almohada al lado de una carta para el Ratoncito Pérez. La historia cuenta de qué forma el ratón y el pequeño recogían cada noche los dientes de los pequeños de la capital de España para llevarlos a la casa del roedor. 

 

¿Qué decir de Papá Noel? El origen procede de la figura de San Nicolás, que dedicó su vida a asistir a los pequeños. Según lo que parece, se quedó huérfano siendo pequeño y heredó una enorme fortuna. En vez de gozarla solo para él, decidió repartirla entre los pobres y también ingresar en un monasterio como fraile. Dedicó su vida a asistir tanto a la niñez que en la data de su fallecimiento, seis de diciembre, se transformó en tradición que se repartiesen dulces y juguetes entre los pequeños. Como en alemán se pronunciaba “San Nikolaus” lo comenzaron a llamar Papá Noel. Lo del cambio de data al día veinticinco no me queda claro. Imagino que cuadraba más unirlo a la Navidad.

 

Conclusión

 

Creo que el vínculo con nuestros hijos no se rompe por sostener una tradición viva. Creo que la confianza se prueba de muchas otras formas, en el cada día. Si optamos por instruir en positivo, no emplear chantajes, no conminar, no engañarles para lograr que hagan lo que queremos… entonces, no creo que vaya a suponer un enorme enfrentamiento conocer lo que se oculta tras estas tradiciones. 

 

Obviamente, a fin de que esto sea de esta forma, si optamos por proseguir con la magia, es esencial que no conminemos con “si te portas mal, los Reyes Magos te van a traer lignito en vez de juguetes”. “ Si no te lavas los dientes el Ratón Pérez no va a venir a traerte lo que quieres”. “Si eres malo Santa Claus NO te va a dejar regalos”. Frente a lo que estimamos un comportamiento inapropiado, lo idóneo es que sepamos llegar al origen para poder redirigirlo de forma conveniente. Recuerda que los pequeños no se portan mal, toman malas resoluciones. En verdad, en el momento en que un peque «se porta mal» de forma reiterada, lo que hace es solicitarnos ayuda. Este tema es extenso y lo tratamos en profundidad en nuestras formaciones, tanto en los talleres presenciales como en la modalidad online

 

Y, si al saber la verdad, experimentan emociones desapacibles, actuad siempre y en todo momento con entendimiento y sin negar lo que sienten. “Siento que te sientas triste, verdaderamente deseábamos vivir contigo esta tradición con ilusión”, charlemos menos y abracemos más. 

¿Cuéntame de qué forma encaraste ese instante de conocer «la verdad»?

¿De qué forma lo enfocáis vosotras/os en casa?

¡Os leo!

 

Si este blog post te ha agradado, no olvides compartirlo y, naturalmente, dejar tus comentarios 😊

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Desde la Asociación de pequeños, adultos y familias con fallo intestinal, alimentación parenteral y trasplante múltiple, realizan saquitos de fieltro artesanalmente a fin de que los pequeños puedan meter su diente y que no se pierda bajo la almohada. Todo lo colectado va destinado a asistir a quienes sufren esta enfermedad. Adquiere la tuya pinchando acá. 

 

 

 

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