
Golpear a los pequeños por mala conducta, sobretodo si es por haber pegado a otro pequeño, envía un mensaje contradictorio. Tu hijo se va a preguntar por qué razón está bien que le pegues, mas no está bien que le pegue a su hermano, por servirnos de un ejemplo. Si cuando ocurre esto dejamos castigado al pequeño en una silla sentado sin hacer nada a lo largo de un tiempo, su conducta mejora. Si se hace adecuadamente, les enseña a los pequeños a calmarse, lo que es una habilidad útil para la vida.
Pero a fin de que sea efectivo, los pequeños precisan pasar mucho tiempo con sus padres. Este género de castigo le enseña a autorregularse, expresar apropiadamente sus emociones y tomar resoluciones diferentes en el futuro.