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Mi bebé tiene agobio, ¿qué puedo hacer?

4 febrero, 2022

madre relaja con su bebé para bajarle el estrés

Estrés en bebés, de qué forma sostener a los bebés sosegados, felices y emotivamente sanos.

¿Por qué razón debemos preocuparnos por el agobio en los bebés?

A absolutamente nadie le agrada que su bebé esté agobiado. El agobio pasa de quién lo sufre a aquellos que esten a su elrededor, y hace que todos se sientan incómodos. Y cuando el estrés es crónico, tiene consecuencias para la salud en un largo plazo. Es algo a tomar en consideración y que debe vigilarse desde el comienzo.

Si los bebés están expuestos a altos niveles de la hormona del agobio, el cortisol, es más probable (por no decir prácticamente seguro) que desarrollen inconvenientes de comportamiento y enfermedades relacionadas con el agobio más adelante en la vida. En el peor caso, el agobio tóxico puede trastocar el desarrollo del cerebro y acortar la vida.

Pero no os alarméis que, afortunadamente, podemos actuar en frente de estos estados de agobio.

Experimentando con el estrés

Existen múltiples ensayos hechos con animales (no con humanos) en los que se muestra que los bebés expuestos a mucho contacto cariñoso tienen más probabilidades de transformarse en adultos resistentes al estrés, aun si nacieron con factores de peligro de inconvenientes relacionados con el agobio (Meaney dos mil uno). En los humanos parece que ocurre lo mismo. Conque una de las cosas que se debe hacer en estos casos es darles más amor todavía.

Cuando Helen Sharp y sus colegas estudiaron el desarrollo de bebés con alto peligro de desarrollar inconvenientes relacionados con el agobio, los estudiosos hallaron una enorme patentiza del poder protector que tiene el afecto físico. Vieron que los pequeños con tendencia al agobio subsistían más si las madres les daban mimos y carcicias a lo largo de la niñez.

madre y bebé relejados y con amor

El cariño se transforma en relax

Otras investigaciones dan fe del poder de la sensibilidad y la capacidad de contestación de los padres: la capacidad de «leer» las señales de un bebé y darle lo que precisa en el instante oportuno. Por poner un ejemplo, los progenitores que muestran niveles más altos de sensibilidad tienden a tener bebés con niveles de cortisol de referencia más bajos (Blair et al dos mil seis). Y son los bebés que nacen con carácteres “difíciles”, que se agobian de forma fácil, los que semejan beneficiarse más de estas muestras de cariño.

En estudios de seguimiento de pequeños en un largo plazo, estos bebés acabaron con mejores resultados que sus pares más sosegados, si fueron criados por progenitores sensibles y receptivos (Stright et al 2008; Pluess y Belsky dos mil diez).

Así que la paternidad marca la diferencia.

¿De qué manera podemos lograr que nuestro hijo sea menos irascible?

Para conseguir que los niveles de cortisol de los pequños reduzca debemos ofrecer mucho cariño físico, tal y como hemos visto previamente. Hay que prestar asimismo atención a lo que le agrada al bebé y lo que no, en sentido de relax o bien nervios. Esto es, ver qué lo pone inquieto y qué lo relaja.

El contacto cariñoso desencadena la liberación de múltiples substancias químicas que suprimen el agobio en el cerebro, incluida la oxitocina (la llamada «hormona del amor») y los opioides endógenos (calmantes naturales). Estos tienen un efecto calmante y asisten a apagar la producción de cortisol.

No todos y cada uno de los bebés desean caricias

A ciertos bebés les puede resultar agobiante que los toquen de forma apartada, fuera del contexto de una interacción amistosa y multisensorial. En una investigación con recién nacidos, los bebés mostraron una caída en los niveles de cortisol cuando eran acariciados por un cuidador que los balanceaba, los miraba a los ojos y les charlaba con dulzura. Mas cuando se acariciaban en silencio, sin mecerlos ni mirarlos a los ojos, estos bebés experimentaron un incremento de cortisol (White-Traut et al dos mil nueve).

E aun se pudo observar que a muchos bebés pequeños no les agrada la sensación de una caricia ligera, prefieren un género de contacto más firme. De ahí que hay que saber comprender qué le agrada a nuestro hijo.

De vez en cuando los bebés se sienten sobre estimulados y precisan retirarse, y podemos ocasionarles agobio si no respetamos sus deseos.