Cólicos del lactante: qué son y de qué forma calmarlos

Actualizado en el mes de mayo 2022

¡Hola! Si has llegado hasta acá es por el hecho de que estás padeciendo el horrible trance de los cólicos del lactante, un cajón desastre donde meteremos prácticamente cualquier disconfort abdominal en un lactante sano. Mas espera, te lo cuento más abajo.

Cuando termines de leer espero que estés considerablemente más sosegada, que sepas que los cólicos son una etapa que tiene data de caducidad y que vamos a poder acompañar más que tratar.

¡Sígueme que te lo cuento!

¿Qué es el cólico del lactante?

La definición académica del cólico es: “Episodios de lloro intenso y robusto cuando menos tres horas al día, tres días por semana a lo largo de cuando menos tres semanas en un bebé sano y bien alimentado”. Resumiendo, lloro y disconfort.

Puede ser que tu hijo no viva capítulos de esta intensidad mas sí que tenga sensación de incomodidad y que ocurra frecuentemente por la tarde-noche. Si bien no acostumbra a haber lloro, sí que se generan pujos, movimientos de extensión y flexión de las extremidades, gruñidos… Y todos estos síntomas asimismo son considerados cólicos.

Y es que los cólicos no son únicamente “gases”, como la sabiduría popular señala, si no que hay implicados múltiples factores y todos tienen un denominador común: la inmadurez.

El lactante es un organismo inmaduro que está haciendo marchar sus sistemas por primera vez. Por eso, no siempre y en toda circunstancia sale con perfección y es posible que las digestiones sean más difíciles al comienzo, pueden haber reflujos, gases, movimiento espasmódico de las tripas… Todos estos factores contribuirán a que aparezcan las manifestaciones propias de los cólicos.

Cómo saber si un bebé tiene cólicos

Como hemos dicho los cólicos de libro tienen una definición en la que el número tres está muy presente: Más de tres horas de lloro, más de tres veces a la semana, más de tres semanas seguidas.

El lloro del bebé

Pero entonces, ¿cuánto llora un bebé? Puesto que la media está en torno a 2 horas de lloro al día.

Desde que nacen, los bebés lloran y van incrementando la frecuencia y duración del lloro hasta las seis-ocho semanas de vida. Desde ese instante, el lloro tenderá a reducir. Aún así, los primeros tres meses son intensitos y has de ser siendo consciente de ello. Van a plañir por el hecho de que es su modo de comunicarse.

La mayor una parte de las veces, los bebés lloran para cubrir sus necesidades: apetito, frío, calor, sueño, deseo estar en brazos… Es su modo de demandarnos. Solo un cinco% de las veces ese lloro responderá a una enfermedad.

Así que, sosegada, examina que no haya apetito, que esté abrigado de modo adecuado, que esté limpio, y cógelo en brazos. Si se calma ya está, te precisaba a tí.

¿Cuánto duran los cólicos?

Cuando aparecen los cólicos lo hacen en torno a las 2 semanas de vida y van a acompañarnos a lo largo de 3–4 meses frecuentemente. Si bien, es verdad que, va a haber lactantes en los que cedan ya antes y otros en los que se extiendan hasta los seis meses.

Todo pasa, siempre y en toda circunstancia lo repito en consulta, y esto asimismo va a pasar.

Causas de los cólicos del lactante

El cólico del lactante es multifactorial, así que probablemente concurran múltiples de los factores que comentaremos más abajo. Es por eso que no tiene un tratamiento único:

Flora diferente en los bebés con cólicos frecuentes

Sabemos que los bebés que no pasan a través del canal de parto (que han nacido por cesárea), tienen mayor incidencia de cólicos y esto se ha relacionado con la ausencia de colonización por la microflora materna. Por eso, es posible que hayas oído que existen estudios que charlan de empapar al bebé nacido por cesárea de las secreciones maternas para favorecer este paso de microbiota.

Posibles intolerancias parciales a proteínas de la leche

Algunos recién nacidos pueden presentar intolerancias incompletas a proteínas de la leche que consume su madre y que pasarían mediante la teta.

Esto, cuando ocurre de modo completo, va a favorecer unos síntomas más llamativos: cólicos intensísimos y, en ocasiones, otro género de manifestaciones alérgicas. Es por esta razón por lo que ya no charlaríamos de un simple cólico, sino más bien de una alergia a proteínas de la leche de vaca.

Dismotilidad intestinal

Muchos bebés tienen reflujos gastroesofágicos y en aquellos que tienen cólicos acostumbran a ser más bruscos. En ellos, el contenido del estómago asciende y provoca quemazón o disconfort. Estos pequeños reflujos, en ocasiones inapreciables para ti, pueden ocasionar cólicos.

El reflujo, si es intenso, ya es una entidad diferente al cólico.

Tabaco

Se ha comprobado que hay una relación entre la frecuencia e intensidad de los cólicos y el tabaquismo materno. Así que si estás encinta o ya tienes a tu bebé, por favor, deja de fumar. El tabaco va a ser un factor relacionado, no solo con los cólicos, sino más bien con otros como la hiperreactividad bronquial.

Ansiedad al comer

¿Es tu bebé muy deseoso en el momento de comer? Este es un factor que puede influir en la presentación de los cólicos, y es que ello puede favorecer que hagan una mayor ingesta de aire. Si te ocurre es esencial que sepas reconocer las señales tempranas de hambre: cabeceo, movimiento de manos, chupetear puños…

Madres jóvenes y primerizas

Sabemos que los cólicos son más usuales en bebés hijos de mamás jóvenes y primerizas. Seguramente por el hecho de que el ser joven y, sobre todo, primeriza incrementa la ansiedad y, con esto, las contestaciones deseosas a los capítulos agobiantes de la crianza.

De este modo la ansiedad familiar generada en torno a tu bebé influye asimismo en los capítulos de cólicos.

Una de las medidas a tomar cuando hay cólicos es, indudablemente, trabajar la calma propia, buscando espacios de reposo o pidiendo ayuda cuando sientas que estás a puntito de encerrarte en un baño a plañir, por poner un ejemplo.

Consejos para calmar el cólico al bebé

No farmacológicos

Atender al bebé siempre y en toda circunstancia, y desde una postura relajada. Llora, sí, mas no es muerte y destrucción. Tómalo en tus brazos, mantente sosegada, de esa manera tu bebé va a sentir que está a salvo. No hay nada peor que, quien intente aliviarte, esté aún más inquieto que .

Evitar que tu bebé ande de brazo en brazo de todas y cada una de las visitas. Ha de estar pegado a ti.

Portea, por el hecho de que dejará a tu hijo estar pegado a ti, calentito y agradable, a la vez que te va a dar cierta libertad para moverte.

La libertad de portear

Practicar el porteo es bien interesante para pequeños con cólicos o de alta demanda. Utilizar la mochila en este género de casos, aun en casa, te da libertad, por el hecho de que vas a tener los brazos libres para hacer otras cosas.

Dra. Marta Garín, pediatra

Respeta su descanso. Si desea dormir, desea dormir, si bien haya venido la abuela a verlo, si bien la tía se haya hecho dos horas de viaje para cogerlo o si bien toque fotografía con los primos. Déjalo reposar cuando desee dormir. Y si le cuesta, mas está agotado, puede asistir arrullarlo.

Atiende las primeras señales de hambre. Si esperas a que el aviso sea el lloro, posiblemente tu bebé se halle muy deseoso, le cueste engancharse o aun tenga una absorción que favorezca que ingiera más cantidad de aire.

Ponlo al pecho o en piel con piel si no estás amamantando.

Puedes dar masajes de barrigota y existen distintas técnicas. El masaje más conocido es el «I love you» o poner calor en la barriga. Podéis emplear vuestros cuerpos en piel con piel o bolsas de semillas para aportar calor seco, por poner un ejemplo.

Fármacos

Probióticos. Hay una moderada patentiza de que podrían acortar la duración de los cólicos. Lo que persigue es repoblar el intestino con la microbiota adecuada para intentar corregir un desbalance en la vegetación y, por ende, prosperar la clínica. En la actualidad la patentiza no es suficiente para aconsejarlos de forma extendida.

Otras medidas

Fisioterapia. Semeja que la fisioterapia podría prosperar los cólicos al incidir sobre el inconveniente de dismotilidad intestinal, si bien lo que concluyen los artículos sobre su patentiza es que «deben efectuarse más estudios para establecer su recomendación».

Osteopatía. La osteopatía trabajará tratando de quitar tensiones que se generan a nivel del abdomen (pelvis, diafragma, intestino) del bebé mas, sobre todo, a nivel craneal (cuello, lengua, nuca). Aún así, hoy en día son precisos más estudios para establecer su utilidad en el cólico del lactante.

Productos que no debemos usar

Simeticona/enterosilicona. Actúa en el intestino destrozando las burbujas de gas, facilitando su supresión y calmando las molestias que causa. Mas ten presente que en el prospecto del propio producto detalla que «este fármaco no está recomendado para el tratamiento de los cólicos del lactante debido a la limitada información disponible».

Alimemazina. Antihistamínico que genera cierta sedación (tendencia al sueño) como efecto secundario. No está recomendado en menores de dos años, y no se recoge en ficha técnica su uso en el cólico del lactante.

Fórmula de Marfan: Compuesto de tintura de belladona, esencia de anís, bicarbonato sódico, jarabe y agua. Es peligroso puesto que la belladona es un tóxico que, aparte de generar relajación de la musculatura plana (la intestinal), tiene otros efectos como la dilatación de pupilas, taquicardia, estreñimiento, el incremento del reflujo, alucinaciones, retención urinaria, desorientación e inclusive conmociones, entre otros muchos. Está totalmente desaconsejada en el embarazo, la lactancia y los niños… en verdad, no se aconseja tampoco en adultos.

Fitoterapia (infusiones). Manzanilla, anís estrellado, hinojo… No deben indicarse infusiones en los lactantes nunca, ni aquellas que se señalan que son para bebés. ¿Por qué? Primero, no existe evidencia de que estas infusiones mejoren el cólico del lactante. Segundo, pueden llevar a intoxicaciones graves con síntomas neurológicos. Y tercero, si empleas infusiones ya preparadas, estás exponiendo al bebé a un altísimo contenido en azúcar, algo totalmente prohibido en estas edades.

Homeopatía: La homeopatía lo que hace es diluir un principio activo hasta el momento en que queda presente solo en cantidades infinitesimales y, eso sí, bien envuelto de azúcar. No tiene ninguna patentiza científica y no sirve para nada alén del efecto placebo (en estos casos para los progenitores).

¿Podemos eludir los cólicos?

No podemos evitarlos si bien sí minimizarlos. Sabiendo lo que ya sabemos, seguramente consigamos reconocer señales tempranas de apetito, atender con calma al bebé, ponerlo en el pecho o piel con piel, masajearlo, portearlo… todo esto minimizará su malestar.

Y recuerda que si los cólicos son intensísimos o se asocian a otros síntomas como rechazo de tomas, heces patológicas o pérdida de peso, ya no hablamos solo de cólicos y tu pediatra deberá descartar que exista una enfermedad de base.

Conclusiones

Recuerda que la definición académica del cólico del lactante es más de 3h de lloro, más de tres días en una misma semana y más de tres semanas seguidas.

Además, has de ser consciente que, en mayor o en menor medida, casi todos los recién nacidos van a presentar trastornos digestibles leves. Para ser etiquetados como cólicos, el bebé debe comer bien, ganar peso y estar sano.

Si estos trastornos provocan un rechazo de tomas, un fallo de crezco o un dolor intensísimo, han de ser valorados de cerca por el pediatra para descartar nosología asociada.

Posiblemente, si se trata de cólicos, más que un tratamiento farmacológico, los bebés van a especificar medidas higiénicas: calma, brazos, lactancia a demanda, porteo, masajes…

Y, sobre todo, ten presente que todo va a pasar. La mayor parte de bebés dejan de tenerlos ya antes de los 4 meses. Sosegada, ya queda menos.

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