Saltar al contenido
Tienda de Unicornios Online

De qué forma tratar a pequeños impetuoso

10 junio, 2022

niño saltando en charco

El control de los impulsos puede ser un reto, mas asimismo algo positivísimo de cara al desarrollo de los pequeños, singularmente para los más pequeños. El control de la impulsividad es una habilidad vital que se puede promover y progresar a cualquier edad. Esto es esencial ya que la carencia de control de los impulsos es la raíz de muchos inconvenientes de comportamiento. Sin una intervención eficaz, los comportamientos impetuoso pueden normalizarse, volverse frecuentes y empeorar con el tiempo.

Por ejemplo, los pequeños impetuoso de cinco años pueden pegar o tener pataletas cuando no se salen con la suya. Al tiempo que los pequeños impetuoso de catorce años pueden compartir contenido inadecuado en las redes sociales o tener comportamientos de peligro como tomar alcohol sin meditar en las consecuencias que eso puede tener en su porvenir. Con paciencia y comunicación estas conductas se pueden modificar, mejorando de manera notable su porvenir.

¿De qué forma tratar a pequeños impetuoso?

Uno de los trabajos de los progenitores de pequeños impetuoso es asistir a sus hijos a aprender a progresar el control de sus impulsos a lo largo de su crecimiento. En verdad, los estudios muestran que las intervenciones para progresar el control de los impulsos pueden ser realmente útiles para fortalecer las habilidades de la función ejecutiva.

Por su parte, las investigaciones asimismo muestran que el control deficiente de los impulsos está relacionado con la toma de resoluciones inapropiada y el desarrollo de afecciones de salud mental. En consecuencia, cuanto más control de los impulsos gane tu hijo, menos probable va a ser que haga o afirme algo que pueda dañar a el resto y a sí mismo, y va a ser más probable que tenga una salud mental positiva. 

Enseña a tus hijos a etiquetar los sentimientos

niño emocionado en la escuela

Los pequeños que no comprenden o no saben de qué manera comunicar sus emociones de forma eficaz tienen más probabilidades de ser impulsivos. Un pequeño que no puede decir “Estoy enfadado” puede pegar algo para probar que está molesto. O un pequeño que no puede verbalizar la tristeza puede tirarse al suelo y chillar.

Lo primordial es enseñarle a tu hijo a reconocer sus emociones a fin de que pueda decirte de qué manera se siente, en vez de mostrártelo. Para esto, hay que empezar enseñándole a tu hijo de qué manera etiquetar las emociones, como el enfado, la tristeza, el entusiasmo, la sorpresa, la preocupación o el temor. Una vez comprenda estos conceptos tan abstractos, o alguno de ellos, háblale de la diferencia entre sentimientos y comportamiento.

Asegúrate de que sepa que está bien sentirse enfadado, mas no está bien pegar o chillar a alguien cuando siente esa emoción. Si se siente escuchado y arropado cuando habla francamente sobre sus emociones, es menos probable que sienta la necesidad de probarlas con hechos.

Pídele a tu hijo que repita lo que le mandas

niños con caras divertidas

Es usual que los pequeños se comporten de forma impetuosa por el hecho de que no escuchan las instrucciones que les das, singularmente si el pequeño en cuestión tiene TDAH. Así que es esencial que te cerciores de que te escuchan por el hecho de que en caso contrario actuarán sin haber escuchado nada de lo que les has dicho. Por esta razón, cuando le mandes alguna cosa, pídele que te repita lo que le has mandado antes que haga cualquier otra cosa. Una vez que hayas comprobado que ciertamente te ha escuchado, va a poder ponerse en marcha. Si, al contrario, no te había escuchado, ármate de paciencia y repíteselo otra vez.

Para que no le cueste comprenderte, trata de darle instrucciones fáciles, simples de continuar y con la menor cantidad de pasos posible. Si se tratan de labores más complejas, puedes hacerle una lista escrita a fin de que vaya siguiéndola sin perderse, por el hecho de que podría dispersarse en otras cosas sencillamente.

Enséñale habilidades de manejo de la ira

La baja tolerancia a la frustración puede ocasionar raptos impetuoso. En consecuencia, instruir a tu hijo habilidades para supervisar la ira puede asistirle a lidiar con sus emociones de forma saludable. Estrategias como respirar hondo varias veces o pasear por la casa para abrasar energía puede serle realmente útil. Es mejor instruir a los pequeños de qué manera calmarse a fin de que puedan tomar resoluciones más adecuadas ya antes de actuar de forma impetuosa.