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De qué forma prevenir y sanar las fisuras en el pezón

12 junio, 2022

Actualizado en el tercer mes del año 2022


Jade Magdaleno Matrona

Escrito por Jade Magdaleno

Matrona y sexóloga


Madre amamantandoSi has decidido nutrir a tu hijo con leche materna, le vas a estar ofertando uno de los nutrientes más completos que puede percibir.

Y si bien esto es fantástico para los bebés, asimismo acarrea una serie de molestias para las mamás, como puede ser el dolor al amamantar. Este puede generarse por muchos motivos mas uno de los más frecuentes son las fisuras en el pezón.

La buena nueva es que pueden prevenirse, pueden curarse y pueden dar paso a una lactancia triunfante.

¿Es muy normal que duela amamantar?

Mes 4 lactancia¿Cuántas veces afirmamos u oímos la frase: “no es muy normal que amamantar duela”? Mas, verdaderamente, ¿qué es normal?

Si consideras normal algo fisiológico o natural, has de saber que las hormonas pueden hacer que el pezón esté más sensible a los estímulos. Las fibras musculares del pezón y la areola se estiran a lo largo de la lactancia y pueden resultar molestas. No obstante, esto no llega a generar dolor como tal, es más bien una molestia que se restringe solo a los primeros días.

Entonces, es lógico meditar que todas y cada una de las mujeres lactantes sienten cierto grado de molestia, por lo menos los primeros días, hasta el momento en que el pecho se adapte a su nueva situación. En verdad, hasta un 90% de las mujeres refiere algún género de dolor al amamantar. Así que, sí, podemos aseverar que esta clase de dolor es frecuente.

Las causas del dolor son múltiples mas en el artículo nos vamos a centrar en una de las más habituales: las fisuras en el pezón.

Qué son las fisuras en el pezón y qué las produce

Las fisuras son heridas en forma de desgastes en la piel del pezón, que pueden resultar muy dolorosas.

Aunque sean pequeñas, el pezón es muy sensible, y posiblemente empiece el dolor aun antes que se vea la herida, estando sencillamente más enrojecido de lo común.

Si te duelen los pezones al amamantar, sería la primera cosa que a sospechar. El pico de incidencia tiene sitio al quinto día tras el parto, si bien pueden aparecer desde el primero de los días y en cualquier instante mientras que dure la lactancia. A mí, por servirnos de un ejemplo, me aparecieron al día después de dar a luz.

Pero tienen solución y, su curación total, va a depender de una buena detección y manejo.

Cómo sanar las fisuras en el pezón

Las fisuras se curan de manera exitosa mas es simple desalentarse cuando aparecen. Y es que, además de esto, lo hacen coincidiendo con esos primeros días, en los que sientes que te desborda esa enorme responsabilidad de cuidar a tu recién nacido. Mas apacible por el hecho de que ahora te voy a contar qué puedes hacer para sanarlas y eludir que vuelvan a salir.

Mes 5 lactanciaHay dos aspectos primordiales que manejar: curar las lesiones y corregir la causa.

Una lesión que continúa húmeda una gran parte del tiempo, va a tardar más en curar: por eso, te va a ser útil tener el pecho perjudicado al aire la mayoría del tiempo posible. Puedes utilizar conchas de lactancia, que, aparte de sostener el pezón seco, evitan que la ropa te roce. Si empleas discos de lactancia, cámbialos con mucha frecuencia.

Respecto a si es útil aplicarse alguna substancia sobre el pezón, hay polémica. La evidencia a nivel científico no nos señala que ninguna opción sea prodigiosa, si bien se inclina por el aceite de oliva virgen como substancia de elección a aplicar sobre la fisura.

¿Cuáles son los antídotos más frecuentes para aplicar en el pezón?

  • Aceite de oliva virgen: tiene propiedades emolientes, antibacterianas (por su contenido en flavonoides y antioxidantes) y antifúngicas (por su contenido en ácido linoleico). No es preciso lavar el pezón ya antes de la toma. Aun es eficiente para prevenir el dolor en los pezones.
  • Lanolina: substancia grasa que se consigue de la lana de oveja. Su patentiza no es clarísima, hay poca o ninguna diferencia entre aplicarla o no aplicarla. No es preciso lavar el pezón ya antes de la toma, mas no previene el dolor y puede promover el entorno húmedo de la lesión, retrasando la cicatrización.
  • Leche materna: se aplica un tanto de la propia leche sobre el pezón y se deja secar. Tampoco está suficientemente probada su eficiencia. Puede darse el caso de infección sobre la herida; la leche contiene gran cantidad de bacterias ventajosas para el sistema digestible del bebé, mas no tanto para una herida en el pezón.
  • Aloe vera: no está probada su eficiencia. Puede generar rechazo del pecho por el sabor, y diarrea en el lactante, por lo que es preciso lavar bien el pezón ya antes de la toma, lo que puede resultar doloroso.
  • Pomadas con vitamina liposoluble de tipo E y/o provitamina B5: no tienen suficiente patentiza que las respalde. Debes lavar bien el pezón ya antes de la toma y eso puede resultar doloroso.

Otras ayudas:

  • Compresas tibias: con independencia de que puedan resultar aproximadamente agradables, no se ha encontrado que faciliten la sanación de las fisuras.
  • Pezoneras: las presentes son tan finas, que no interfieren en la lactancia. Es indispensable que elijas la talla conveniente y las pongas bien. Puedes utilizarlas hasta el momento en que cure la fisura, para disminuir al mínimo el roce y el dolor.

Recuerda que en cualquier instante puedes preguntar con tu comadre, a fin de que individualice tus cuidados.

Consejos para eludir las fisuras en el pezón

Más allí de sanar bien las heridas, es esencial que corrijas la causa que las provoca. Y es que, si bien curemos unas fisuras, si lo que las ha ocasionado prosigue ahí, van a salir lesiones nuevas.

La causa primordial es un mal agarre del bebé al pecho. Así que ahora te explico de qué forma debe efectuarse un buen agarre:

  • Colócate de forma relajada y cómoda.
  • El cuerpo del bebé ha de estar muy pegadito al tuyo y absolutamente de en frente de ti, eludiendo que deba virar el cuello para enganchar la teta.
  • Sujétale bien por detrás para sostener esa situación, mas sin apretar, dejando que, si lo quiere, eche cara atrás la cabeza.
  • El bebé debe coger la teta con la boca muy abierta. Para conseguirlo, pone su nariz a la altura del pezón y rózale con él. Si solo se engancha del pezón, te va a hacer daño y aparecerán las fisuras. Haz que se enganche tal y como si le diese un mordisco a una enorme hamburguesa, no tal y como si sorbiera un spaghetti o tomara con paja.
  • El agarre ha de ser asimétrico, englobando más cantidad de areola con su labio inferior que con el superior. Los labios los vas a ver evertidos cara afuera.
  • Al mamar, observa a tu bebé. Si está de la próxima forma, es que se halla con un agarre correcto: tiene las mejillas redondeadas, no hundidas, hace tomas al comienzo más veloces y cortas, mas a los pocos minutos pasan a ser lentas y largas. Escuchas de qué forma traga, mas no chasquidos con la boca. El mentón de tu bebé está en todo instante tocando tu pecho.

¿Se cumple todo esto y aún tienes dolor o te salen fisuras una y otra vez? Entonces, es preciso que un profesional os valore a ti y a tu bebé. Por el hecho de que si bien el agarre es la primordial causa de las fisuras, hay posibles:

  • Producción deficiente de leche, que provoca una absorción más intensa.
  • Confusión tetina-pezón: el bebé mueve la lengua tal y como si extrajera leche de un biberón, rozando demasiado el pezón.
  • Alteraciones sensoriales o anatómicas del bebé: singularmente, la anquiloglosia, que puede causarle inconvenientes futuros con la deglución, la pronunciación, la colocación de los dientes, apneas del sueño, escoliosis, reflujo…

Conclusión

1 MES_madreSí, amamantar puede doler, ¡en verdad es lo común! Saber esto y tener la certidumbre de que estas situaciones, por suerte, tienen solución, puede ser clave en el éxito de tu lactancia.
Esas molestias tan comunes pueden prevenirse, mas, si ya han aparecido, un manejo temprano con un buen profesional va a hacer que en poquitos días puedas estar nuevamente gozando de tu lactancia. Si te hacen desalentarte, ten presente que no van a ser más que una complejidad temporal.
¡Eres todo cuanto tu bebé precisa!

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