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El temor y la ansiedad en las distintas edades de los pequeño

17 junio, 2022

En cada etapa de su desarrollo, es muy normal que los pequeños experimenten temor, de manera frecuente en formas muy concretas. Los recién nacidos y los bebés aún están desarrollando su entendimiento sensorial y su relación con sus cuidadores primordiales, por lo que sus miedos se relacionan con la sobrecarga sensorial y la ansiedad por separación. 

A medida que medran y son más siendo conscientes del planeta y de las personas que les rodean, comienzan a desarrollar temores a lo ignoto y a las fuerzas elementales que escapan a su control. Cuando llegan a la edad escolar y comienzan a pasar considerablemente más tiempo con sus compañeros, los temores de los pequeños tienden a centrarse en las ideas de inclusión y logro. 

(c) Can Stock Photo / Choreograph

Oscuridad, brujas y sunamis … ¿Cuáles son los temores normales de los pequeños a diferentes edades?

Es natural y apropiado que los pequeños desarrollen temor y precaución basados en la experiencia. El temor enseña a los pequeños a eludir los riesgos reales. Solo cuando ese temor impide que los pequeños salgan al planeta, los progenitores deben comenzar a preocuparse. 

Los siguientes son los temores normales que acostumbran a enseñar los pequeños de diferentes edades:

Edad cero-2

Separación de un cuidador primordial: Una vez que los recién nacidos reconocen a su cuidador principal -o sea, a quien los nutre y los mantiene-, asimismo van a reconocer la ausencia del cuidador. Los estudios sobre la teoría del apego nos afirman que la relación del recién nacido con su cuidador primordial es principal a fin de que el pequeño desarrolle un apego sano y seguro y no solo para percibir un sustento conveniente. Por tanto, es natural, tanto desde una perspectiva evolutiva como sicológica, que los recién nacidos y los bebés teman la separación.

Sobrecarga sensorial: Los recién nacidos y los bebés aún están desarrollando su sistema inquieto y sensorial, por lo que los ruidos fuertes, como los de los electrodomésticos, el estallido de un globo o el vaciado de la bañera, y los movimientos bruscos, como el hecho de que se les acueste o se les levante demasiado veloz, pueden resultar molestos. 

Desconocidos: A medida que los bebés van reconociendo a la persona de la que dependen para subsistir, asimismo reconocen a quienes están fuera de su círculo inmediato de cuidadores, y pueden no sentirse cómodos cerca de ellos. Esto incluye asimismo a cualquiera que lleve una máscara. 

Edad tres-4

Fuerzas naturales: Los truenos y relámpagos, las olas que rompen, los fuegos de artificio y los ladridos de los perros son ciertos miedos más frecuentes de los pequeños de esta edad. Entre los 3 y los 4 años, los pequeños comienzan a ser siendo conscientes de su vulnerabilidad y su dependencia del resto. Estas experiencias sensoriales estruendosas y refulgentes representan la vulnerabilidad de los pequeños. 

Cambios repentinos: Los pequeños dependen de la rutina y la continuidad para sentirse seguros (de la misma manera que muchos adultos), y una ausencia brusca de familiaridad puede alterar y desconcertar. La nueva decoración del hogar, un nuevo corte de pelo, una manta diferente y una nueva mascota son solo ciertos cambios que los pequeños han probado temer. 

Su propia imaginación: La inventiva de los pequeños es algo fantástico y una alegría para todos y cada uno de los nuevos progenitores que redescubren el planeta por medio de los ojos de un pequeño pequeño. Mas la otra cara de la moneda son las peores cosas que pueden imaginar. Lo que ven en las pantallas y lo que oyen comentar a sus cuidadores son de manera frecuente comburente para el fuego, por incomprendido que sea. Los disfraces de Halloween, los ladrones, los espectros, los monstruos bajo la cama, la obscuridad y las sombras nocturnas son ciertos miedos propios de los pequeños de esa edad.

Separación de seres queridos: Esta es la edad en la que los pequeños son siendo conscientes de su relativa impotencia y de la vulnerabilidad de sus seres queridos. Su temor desmedido a las fuerzas naturales se aplica tanto a el resto como a ellos mismos, y pueden temer por la seguridad de sus cuidadores cuando se apartan de ellos.

Edad cinco-6

Temores reales: la conciencia de los pequeños sobre su vulnerabilidad acostumbra a llegar a su punto extremo: las experiencias reales de enfermedad, enfermedad o muerte en la familia extensa, las pesadillas o los extravíos son ciertas cosas de las que van a ser muy conscientes y que pueden hacer que se preocupen en ocasiones por su seguridad.

Cosas que hacen estruendos en la noche: La imaginación de un pequeño proseguirá trabajando a toda potencia a lo largo de unos años, y a esta edad, va a ser capaz de procesar las imágenes a las que está expuesto a un nivel más complejo, y estas imágenes inevitablemente empaparán su pensamiento.

Sorpresas repentinas: Los truenos y relámpagos, el estallido de un globo y otros ruidos fuertes y repentinos o las luces refulgentes son factores provocadores del temor. Los pequeños aún tratan de entender su sitio en el planeta y la sobrecarga sensorial brusca desconcierta la seguridad que tratan de edificar. 

Edad siete-11

Estando solo en casa: Muchos medios promueven este temor. Entre los 7 y los once años, los pequeños están descubriendo dónde se integran en la comunidad y en el planeta generalmente, y de qué manera actualizarse por sí solos y sin tutores. Su imaginación va a correr desmandada sobre este temor.

Desgracia para las mascotas y los seres queridos: Acá es cuando empiezan a querer verdaderamente que las personas mueren, de manera frecuente debido a la muerte de un abuelo o de una mascota de la niñez. La permanencia de la muerte puede atemorizar a los pequeños cuando la experimentan por vez primera.

Monstruos, brujas y fantasmas: Los miedos a la obscuridad y a lo sobrenatural asimismo alcanzan su punto culminante cerca de este instante, cuando sus temores se han vuelto más substanciales y están absolutamente formados.

Quedando tras sus compañeros: Ya sea en la escuela, en el deporte o asimismo a lo largo del juego, el temor a quedarse atrás acostumbra a surgir conforme los pequeños se hacen más siendo conscientes de sí mismos. 

Edad 12+

Temores con relación a la escuela: Ahora que tu hijo pasa la mitad de su tiempo despierto en la escuela, esta aceptará una suma importancia en su vida. Las ansiedades relacionadas con el éxito académico y las puntuaciones, el molestar a los profesores y el conquistar sus encomios y su aprobación pueden ganar prominencia, ya que los profesores se transforman en progenitores encargados en el ambiente escolar. Las relaciones con los compañeros asimismo adquieren mayor relevancia. El miedo a integrarse o a ser excluido puede ser singularmente doloroso tanto para los pequeños para los padres; todos sabemos lo atroces que pueden ser los pequeños. 

Terrorismo, catástrofes, violencia aleatoria: Es a esta edad cuando los pequeños comienzan a aceptar los temores del planeta que les rodea. Ver la violencia y las catástrofes en los medios y oír a los amigos y a los progenitores charlar de los acontecimientos actuales puede dar a los pequeños una sensación desmedida de la relevancia y la frecuencia de estos acontecimientos. 

Hablar con sus progenitores sobre sus temores: Los preadolescentes empiezan a ejercer su independencia y es la edad en la que comienzan a probar los cambios fisiológicos conocidos como pubescencia. Los sicólogos insisten en la relevancia de la empatía y el comportamiento sin prejuicios en el momento de relacionarse con los pequeños de esta edad, ya que un hijo que teme a sus progenitores o sus reacciones no charlará de lo que le preocupa. 

Al igual que mide el desarrollo físico de su hijo, asimismo se puede medir su desarrollo sensible conforme pasa por las diferentes etapas de la vida. El temor es una parte natural de la niñez, mas jamás debe transformarse en un inconveniente sicológico muy profundo que conduzca a un trauma. Como padre, animar a tu hijo a compartir sus miedos y a expresarse cuando está preocupado por algo es de los mejores regalos que puedes hacerle. 


En esta ocasión nuestra pluma convidada es Laura Carrasco

Laura Carrasco, autora de piezas creativas, es una romántica perdida y curiosa de la vida. Con pluma, tinta y corazón cubre básicamente temas relacionados con acontecimientos festivos, yoga y bienestar. Cuando no pelea por el teclado con su gato, la hallarás en la piscina municipal haciendo largos.