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Boca-mano-pie en adultos | Madres Hoy

4 julio, 2022

Boca-mano-pie en adultos

La enfermedad boca-mano-pie es usual encontrarla en pequeños. Es infrecuente verlo en edad adulta, mas hay personas que pueden sufrirla creando casos apartados. La boca-mano pies en adultos tiene exactamente las mismas peculiaridades que las de un niño, una infección viral que especificamos ahora.

Sus síntomas vienen asociados a diferentes manifestaciones con llagas bucales y erupciones. Es una enfermedad que no precisa de tratamiento, mas si hay que proseguir una serie de indicaciones para que llegue a ser considerablemente más leve y poco infecciosa.

¿Qué es la enfermedad boca-mano-pie?

La enfermedad boca-mano-pie es un síndrome clínico producido por una infección viral. Está causada por el conjunto de Enterovirus dónde se incluyen el Coxsackievirus A16 y el Enterovirus setenta y uno. Una persona que está inficionada puede contagiar igualmente:

  • A través de las secreciones de la nariz y la boca, provenientes de la garganta y a través de la saliva y la mucosidad nasal.
  • Por las heces.
  • Por medio de las heridas, dónde las ampollas que son producidas o las costras pueden ser infecciosas.

Cómo se contagia

Esta enfermedad es enormemente contagiosa, siendo común en pequeños menores de 5 años y de forma más ocasional y poco común en personas adultas. Su transmisión tiene un instante culminante a lo largo de la primera semana, mas en ocasiones se puede proseguir contagiando aun en las próximas semanas que haya desaparecido los síntomas.

Boca-mano-pie en adultos

Los adultos pueden observar de qué forma esta enfermedad se manifiesta con un enorme malestar que deriva a fiebre. Este periodo de incubación puede perdurar de 3 a 6 días, dónde va a haber falta de hambre y dolor de garganta. Múltiples días después aparecerán las molestas llagas en la boca y la garganta.

Síntomas que genera la enfermedad boca-mano-pie

Comienza con un malestar generalizado dónde un pequeño puede tardar días en manifestarlos al no describir lo que le sucede, a no ser que empiece con fiebre y las posibles lesiones. Un adulto manifiesta su malestar mucho antes dónde lo asociará con los próximos signos:

  • Fiebre.
  • Dolor de Garganta.
  • Pérdida de hambre.
  • Una erupción vesicular con lesiones dolorosas y enrojecimiento afín a las ampollas, dónde se manifiestan en la boca: en la lengua, encías y en la cara interna de las mejillas.
  • Erupción cutánea con enrojecimiento que no llega a crear picazón, en la una parte de las manos, plantas de los pies y en ocasiones en los glúteos. Estas pápulas eritematosas se pasan a vesículas que después se ulceran.

¿En qué momento hay que preguntar al médico?

Esta enfermedad no ofrece molestias muy graves ya que sus síntomas no acostumbran a ser graves. Sin embargo, se ha de asistir al médico para hacer una exploración y dónde ofrezca los cuidados que hay que adoptar. En ciertos casos las llagas y el dolor de garganta acostumbran a ser demasiados molestos y el médico puede asistir a mitigar estas molestias.

Boca-mano-pie en adultos

Cuidados para su propagación

Las personas adultas al cuidado de pequeños menores y dónde podría existir esta clase de enfermedad, han de crear una serie de cuidados a fin de que no lleguen a ser trasmitidos.

  • Hay que llevar cuidado con los acercamientos y no tener un contacto próximo, como los abrazos, besos o el compartir algún género de cubierto, vaso o taza.
  • Tener cuidado cuando la persona que esté infectada vaya a toser o estornudar.
  • No tocar los objetos y superficies que hayan prosigo tocadas por la persona contagiada, sin embargo va a haber que hacer un lavado de ello.
  • Sumo cuidado en el cambio de pañales, ya que en las heces se halla la mayoría de esta infección. Con mucho cuidado hay lavarse las manos y no tocarse los ojos, nariz o boca.

Las prevenciones más peculiaridades han de estar relacionadas con la higiene. Hay que lavarse las manos con mucha frecuencia y meticulosamente, asimismo pueden emplearse ciertas toallitas o geles que contengan alcohol. Limpia bien todas y cada una de las superficies, empleando agua y jabón y si puede ser, el uso de lejía y agua. Hay que crear estos hábitos de higiene a fin de que las personas que los rodean no lleguen a contagiarse.