Ayudar a los pequeños a progresar las habilidades sociales es esencial para asegurarnos de que los pequeños cuentan con las herramientas precisas para relacionarse en sociedad. Muchos pequeños tienen contrariedades para relacionarse y no por este motivo deben tener algún trastorno. Si bien asimismo es posible, por este motivo siempre y en todo momento es esencial asistir a la consulta del pediatra cuando broten dudas respecto al desarrollo de nuestros hijos.
Para los mayores es común meditar que los pequeños tienen sencillez para hacer amigos, que no precisan ayuda para compartir espacio o que no lo pasan mal en el parque. No obstante, muchos pequeños padecen día tras día por el hecho de que no tienen herramientas para administrar los instantes con sus iguales. Cuando están en el instituto cuentan con la ayuda de los profesores que crean instantes compartidos. Mas los peques no están siempre y en todo momento en la escuela.
Las habilidades sociales son esas herramientas que nos dejan relacionarnos con otras personas. En suma, no son más que formas de comunicación tanto a nivel verbal como no verbal. Ademanes, miradas o palabras que nos asisten a conocer a otras personas, establecer relaciones o poder actuar en espacios tan comunes como lugares de trabajo.
En esta era en la que todo es tecnológico, en la que se ha pasado por una pandemia que ha privado a los pequeños de compartir espacio con sus iguales a lo largo de más de dos años, es esencial educar a los pequeños a progresar sus habilidades sociales. Pues si ya de entrada es complicado, en esta situación puede ser aun frustrante. Si precisas algo de ayuda, enseguida te dejamos ciertos consejos para asistir tus hijos con sus habilidades sociales.
El valor de ser espléndido y compartir
Dentro de esta alarma sanitaria que nos ha quitado tantas cosas, una de la que más ha dañado la niñez de los pequeños es la posibilidad de compartir. Con el temor del contagio, a lo largo de un buen tiempo les afirmamos a nuestros hijos que no debían compartir sus cosas, tocar, abrazar o besar a sus compañeros. Les enseñamos que era peligroso emplear los juguetes de otros pequeños. Mas eso ya ha pasado, o por lo menos ya no se trata de algo tan peligroso.
Por ello hay que comenzar a corregir esa forma de relacionarse, por el hecho de que llega el instante de regresar a compartir. Y en compartir está el esencial valor de la esplendidez. Enseña a tus hijos a no ser ególatras desde el ejemplo, ayuda a quienes lo precisen y así van a aprender a asistir a otros pequeños en el parque o en el instituto.
Escucha a tus hijos
No hay nada peor para la autoestima que meditar que lo que afirmas carece de importancia, que absolutamente nadie te presta atención. Y esto es una cosa que ocurre con cierta frecuencia con los pequeños. Ellos charlan, te cuentan muchas cosas y te enseñan como es su día a día. Mas en la mayor parte de los casos los progenitores están tan ocupados con las obligaciones que pasan por alto toda esa información.
Los pequeños se vuelven así tímidos, opacos, sin autoestima y con una falta de confianza que les impide relacionarse con otros pequeños. Invita a tus hijos a charlar contigo, a contar de qué forma les ha ido el día, si les agrada el alimento o qué les agradaría hacer el fin de semana. Mas escúchalos de veras, con interés, hazles preguntas a fin de que sepan que lo que afirman es esencial. Van a ganar confianza para poder charlar con otros pequeños.
No fuerces las amistades
Una cosa es que sea esencial que los pequeños se relacionen socialmente, y otra cosa, es obligarlos a hacerse amigos a toda costa. No fuerces una amistad que no tiene futuro, si los pequeños no encajan por distintas razones no tienen por qué estar todas y cada una de las tardes juntos. Deja que tus hijos conozcan a otros niños llevándolos a sitios diferentes, sal de su (y ) zona de confort y así van a poder conocer a chavales con sus intereses.
Poco a poco los pequeños se van a ir soltando, mas siempre y en todo momento contando con tu apoyo para guiar su camino. Recuerda que los progenitores y las madres son los pilares de la vida de los pequeños y por este motivo son esenciales en todos y cada uno de los aspectos de su desarrollo.