Cada uno de nosotros es un ser único y diferente al resto. Esa es la maravilla de los seres, que no hay dos iguales. Todos tenemos nuestra idiosincrasia y merced a eso, podemos estar en una sociedad llena de cosas buenas (y no tan buenas). Mas esto, es preciso resaltarlo en los pequeños a fin de que se den cuenta que como , no existe ninguno. ¡Ahí está la relevancia de la personalidad!
Una forma de hacerlo es olvidar las comparaciones entre los pequeños. Cada pequeño es único y singular y ha de ser festejado por su personalidad. No equipares a los pequeños entre sí pues son demasiado diferentes para cotejar, y cada uno de ellos tiene unas cualidades fantásticas. ¡Descubre todo cuanto precisas saber sobre el tema que hoy nos ocupa, pues te va a asombrar!
¿Cuál es la relevancia de la personalidad?
Partimos de una definición para dejar un tanto más claro sobre lo que charlamos y esa relevancia que tanto vamos a recalcar en el día de hoy. Podemos decir, que se trata de una serie de peculiaridades puestas sobre cada humano. Por el hecho de que todos tienen su esencia, algo que no se semeja en nada a quien tengamos delante y eso es lo que marca la diferencia. Todos de nosotros contamos con esa personalidad que hay que respetar tal y como si se tratase de un don. Ya que es algo único y como tal, siempre y en toda circunstancia debemos cuidarlo al tiempo que fortalecerlo. Esto nos ayuda a crear tanto las habilidades que tenemos como las fortalezas que nos acompañan en nuestro viaje. Por eso, la personalidad asimismo nos va a dar el impulso preciso para actuar de una forma única.
Cómo trabajar la personalidad en los niños
Si tienes más de un pequeño, probablemente si bien sean gemelos, van a ser como la noche y el día. Personalidades plenamente diferentes si bien hayan salido del mismo útero. Y esta es la magia de la vida. Es excelente que los pequeños sean diferentes pues así podemos aprender unos de otros. Ningún hijo ha de ser más singular que el otro, simplemente son diferentes y sus diferencias e personalidad es lo que los hace fantásticos.
De ahí que para poder trabajar la personalidad en los pequeños, debemos dejar que su inventiva salga a la luz. Vamos a dejar que se exprese y como tal, respetaremos su forma de meditar. (Siempre que nada de ello suponga un riesgo para él o para su ambiente). No debemos empujarlo a que piense de una forma específica, si no piensa como asimismo va a estar muy bien. Hay que hacer que se sienta cómodo y y que aprenda a decir lo que siente y a mentar los gustos que tiene día tras día, en diferentes campos. Tampoco nos olvidamos de valorarlos al límite, de festejar sus éxitos y que se prosiga motivando para lograr grandes cosas en la vida. Como resumen, hay que darle cierta libertad en un tema como este a fin de que la naturalidad esté presente en sus labores o juegos.
Qué significa reconocer a nuestros hijos
Dicho así semeja que charlamos de reconocerlos entre más gente y no exactamente es lo que deseamos ahora. Por el hecho de que ‘reconocer’ en el tema del individualismo es respetar y darle valor a sus gustos o a las preferencias que tenga cada pequeño. Al tiempo, también es animarlos en sus metas y sacar lo mejor de ellos mismos, como apostar por sus potenciales que seguro van a ser numerosos. Por el hecho de que cuando llegan a confiar en ellos mismos y a tener esa motivación que ya antes mentamos, conseguirán exitosamente lo que se planteen. De ahí que podemos decir que los progenitores ejercitan el papel de ‘guías’.
Errores de los progenitores en el camino de la individualidad
Tal y como terminamos de decir, el papel de los progenitores ejercita un título de guía. Deseamos enseñarles el camino adecuado, mas para esto, debemos dejar de ‘dirigir’ ciertas situaciones. Ya que de ello parten ciertos fallos más frecuentes:
- Resolver todos y cada uno de los inconvenientes o deberes: Deseamos lo mejor para ellos y por eso, la ayuda que podemos brindarles es enseñarles mas no hacer el trabajo por .
- Exigir cierto ritmo: Debemos dejar que ellos y prosigan el propio. Precisan tomar resoluciones por sí solos, en la medida de lo posible.
- Regañarlos cuando no alcancen las metas: Todo lo opuesto, debemos apoyarles y brindarles el aprecio preciso a fin de que prosigan trabajando y por último, logren sus objetivos. Deben confundirse y tropezar para poder aprender.
- Evitar sus errores: Deben comprender qué es la paciencia y asimismo, a veces, la frustración. No podemos tomar sus papeles, sino más bien recomendarlos. Por el hecho de que sino más bien no van a llegar a valorar las cosas positivas del esmero y trabajo duro.
- Las comparaciones: No procures mudar a tus hijos, no desees que sean cosas que no son o solo van a estar fingiendo su auténtica esencia. Si los equiparas con sus hermanos, solo hallarás resquemor y odio. Cuando ya antes admitas a tu hijo por lo que es y puedas aproximarte a él para festejar su peculiaridad, ya antes se unirá el hermano para festejar y respaldar a su hermano en sus intereses, pasatiempos y virtudes. El propósito es facilitar el apoyo en la familia y los progenitores han de ser el mejor ejemplo.
Cuando los pequeños aprendan a admitir la personalidad en la familia, van a ser capaces de admitirlo fuera del hogar. Van a aprender a gozar de las otras personas si bien sean diferentes a ellos. ¡Ahí mismo está la base del personalidad!