El síndrome de Münchhausen es una condición siquiátrica que toma su nombre del homónimo barón alemán que vivió en el siglo XVIII, renombrado por su tendencia espasmódica a contar proezas falsas e inverosímiles con el único fin de llamar la atención.
Es una enfermedad mental y una forma de abuso en la que un padre u otro cuidador, como un padre con custodia o un padre adoptivo, finge o hace que el niño se enferme. A quien cuida al pequeño se le acostumbra a llamar con el término inglés «caretaker» o «caregiver». Esta situación puede darse asimismo en personas de la tercera edad, no solo en pequeños. E inclusive en personas con discapacidad.
El síndrome consiste en la simulación por la parte del tutor de una enfermedad que afectaría al pequeño. El cuidador notifica sobre síntomas inexistentes o aun le provoca daños al pequeño para hacerle pensar que está mal. En ocasiones llegan al extremo de enfermarlos. Así atrae la atención y la compasión por sí mismo. En el campo pediátrico, muy con frecuencia el cuidador es la madre que simula o provoca un estado de enfermedad en su hijo.
¿Cuáles son las causas de esta nosología?
Por el instante no hay certidumbres sobre las causas del síndrome de Münchhausen mas apunta a un trastorno de la personalidad, un trauma sensible, singularmente en la niñez, o una situación agobiante como la separación del cónyuge. En ocasiones en la base de este comportamiento puede haber un enfrentamiento con la pareja que el tutor cree poder anudar más a sí mismo, por la enfermedad insanable del pequeño.
En los casos más graves de este grave trastorno siquiátrico, al reconstruir la historia familiar del pequeño, es posible conocer a un hermano o hermana que a su vez sufre exactamente la misma enfermedad extraña o poco clara o de muertes en ausencia de un diagnóstico. Para refutar aquello que notifica el cuidador»lo mejor es que haya otra persona próxima como un hermano, tío, etc.
¿En qué momento y de qué manera sucede?
La enfermedad del pequeño se puede inventar por completo, por servirnos de un ejemplo, simulando síntomas:
- Calentar el termómetro para simular fiebre;
- Al informar el historial médico del pequeño de forma perturbada y falsificar materialmente la documentación clínica y los informes de las pruebas de laboratorio;
- Agregar sangre a las muestras de orina o heces o glucosa a las muestras de orina del bebé ya antes de la prueba.
En otros casos más alarmantes, los síntomas pueden ser provocados. Por ejemplo:
- Administrar al pequeño drogas laxantes para simular diarrea o cualquier otro género de droga para ocasionar síntomas, aun severos;
- Reduciendo la nutrición del pequeño a fin de que pierda peso y se vuelva desnutrido;
- Inyectar material inficionado (¡aun heces!) para ocasionar fiebre y síntomas de septicemia.
En ciertos casos, estas prácticas llevan a la muerte del pequeño. Si la enfermedad del pequeño se inventa desde cero, los síntomas descritos acostumbran a ser variados, desconectados entre sí y poco claros y pueden afectar a cualquier órgano o sistema. El médico en ese instante se percata de que algo no cuadra.
La enfermedad por la que el pequeño es llevado a observación médica es en general de larga duración: se desprende de la historia y la documentación que el pequeño ya ha sido sometido a exámenes médicos múltiples veces, no solo en diferentes instantes, sino más bien con frecuencia con diferentes médicos y jamás ha sido posible llegar a un diagnóstico.
Es esencial resaltar que, evidentemente, los síntomas se manifiestan en presencia del tutor: cuando el pequeño está lejos del cuidador sus síntomas mejoran o desaparecen. Además de esto, no deja de publicitar a su hijo y su falsa enfermedad (por servirnos de un ejemplo, compartiendo su historia en las redes sociales) para atraer la atención, la compasión y el interés de las personas.
Perfil del cuidador
La persona con síndrome de Münchausen tiene peculiaridades comunes. Por norma general son mujeres que tienden a dramatizar cualquier episodio que las involucre. Con frecuencia han vivido una infancia turbulenta, pobre en cariño y atención y, a veces, tienen antecedentes de inconvenientes siquiátricos (alcohol, drogadicción, autolesiones). En ciertos casos, la persona misma está perjudicada por el síndrome de Münchhausen: simula sus enfermedades.
Entre otras peculiaridades comunes a las personas con este síndrome se halla el interés por los temas médicos. Se trata en su mayor parte de personas de cultura media-alta, habituadas a leer, actualizar, estudiar y acudir a sitios y foros de discusión.
A diferencia de otro progenitor que acostumbra a acoger con desagrado la posibilidad de someter a su hijo a procedimientos diagnósticos o terapéuticos invasivos y potencialmente peligrosos con determinado agobio, el «cuidador» perjudicado siempre y en toda circunstancia se muestra muy sereno dada esta perspectiva. Ante la presunta enfermedad del niño, además de esto, no muestra ningún signo de sufrimiento o desesperación. En cambio, se muestra dignísimo, incrementando así la estima a su alrededor.
Cuando el profesional sanitario no da suficiente crédito o cuestiona la veracidad de los síntomas o de la historia clínica contada, el progenitor reacciona de forma hostil, en muchas ocasiones poniendo fin a la relación y solicitando el alta del pequeño, aun contra el consejo médico. El «cuidador» va a llevar entonces al pequeño a la atención de otro médico, conservando el proceso en un nuevo centro de salud.
Otra incesante es la tendencia haciadistintas terapias, muchas veces alternativas, poco eficaces, exigentes o que implican largos viajes o desplazamientos. Esto causa que la «batalla» de la madre sea aún más heroica, fenomenal y capaz de provocar una solidaridad natural hasta el punto de que estos sujetos en muchas ocasiones se transforman en figuras públicas, símbolo de las madres que luchan por un derecho.
De hecho , los cuidadores acostumbran a hacer uso de las redes sociales para recabar visibilidad y permiso, publicando fotografías del pequeño «enfermo», escribiendo en weblogs sobre el historial médico del pequeño, llegando aun a colectar fondos para el presunto gastos médicos que deben hacer frente para acudir al pequeño.