Nunca pensé que me pondría a charlar acá de electrodomésticos, mas se me quitó la tontería tras revisar en mis carnes lo deplorable que puede resultar no adquirir el conveniente. Y es que, tanto para bien para mal, con las muchas adquisiciones en el momento en que nos mudamos a este piso pude revisar que seleccionar un buen electrodoméstico (sea grande o pequeño) es una labor en ocasiones bastante difícil.
El caso es que a base de prueba fallo, he localizado varias joyas que ahora son indispensables en mi vida, y que aconsejo a mis amigas en el momento en que me preguntan -e inclusive cuando no-, por el hecho de que realmente me hacen la vida más simple.
Así que, por si estáis -como estaba – preguntándoos si ese electrodoméstico que tenéis en psique os resultará útil o si lo utilizaréis.. puesto que allí van mis recomendaciones.
La plancha vertical
Con permiso de mi roomba, la plancha vertical es el electrodoméstico al que más piropos y gracias le he dado desde el instante en que lo tengo. Tanto es así que la he mostrado múltiples veces en stories de Instagram, por el hecho de que me semeja increíble que un cacharro tan pequeño pueda dejar la ropa TAN bien planchada. Caí en probarla por pura necesidad, por el hecho de que ODIO la plancha, y mi hija pequeña tenía vestidos que me traían por la calle de la amargura. En cuando lo pasé por la primera fila de volantes, le declaré amor eterno. Y reafirmo mi promesa toda vez que le plancho un vestido. Tiré la plancha “normal” y la tabla de planchar, no os digo más.
La mía ya no está en venta, así que os he localizado este otro modelo que tiene exactamente las mismas peculiaridades. ¡Y encima, de oferta!
plancha vertical en oferta aquí
La freidora de aire caliente
Es, de lejos, el electrodoméstico que más me he pensado si adquirir o no. Prácticamente lo quería solo para hacer patatas fritas, puesto que es de lo poquísimo que frío en casa, y tenía temor de que el resultado no fuese admisible. No exagero si os digo que tardé más de un año en decidirme en adquirir la freidora de aire. Puesto que, chicas… ¡qué inventazo! Ya no es que estén buenas, es que están muy buenas, y asimismo las verduras, que quedan como salteadas. Desde entonces es una fabulosa inversión, y si sois un tanto cocinillas podéis hacer ahí un montón de recetas. ¡La vais a venerar!
freidora de aire libre aquí
La amasadora
La amasadora, por el contra, fue una adquiere bastante irreflexiva; como me encantaba hacer bizcochos, y los hacía en muchas ocasiones con el mayor, me daba la sensación de que merecía la pena el gasto. Hago acá el breve recordatorio de que por entonces tomaba dieta sin gluten, así que le hacía bizcochos todas y cada una de las semanas, en ocasiones múltiples por semana. Así que prácticamente, prácticamente, era necesidad.
Lo que no aguardaba es que la diferencia al hacer los bizcochos fuera ABISMAL. Una esponjosidad, un cuerpo… que ya no he vuelto a hacer un bizcocho con batidora normal. De verdad, es un trasto y ocupa, y ahora lo uso poquísimo, y aún así, si se estropea, adquiriría otro. Es que no hay color.
amasadora libre aquí
La panificadora
Otra que se vino cuando en casa estábamos cocinando sin gluten, y ya se hizo indispensable. No es un producto para todas y cada una de las casas, mas si te agrada hacer pizzas, empanadas o pan casero, o mermeladas, una panificadora te cambia la vida. Yo había hecho muchas, muchas recetas a mano, y con la panificadora es otro rollo. Tened presente que para alzar la masa, las panificadoras aportan calor suave, con lo que las masas suben considerablemente más. Mirad si hay diferencia, que para hacer empanadas o pizzas, o para hacer bollos, preparo la masa en la panificadora, y después la divido y doy forma y hago lo que sea en el horno…
panificadora libre aquí
La batidora de brazo con picadora
Ay mi amiga la batidora con picadora, ¡qué inventazo! Reconozco que fue un producto que probé un tanto por vagancia, por el hecho de que estaba harta de pasarme día a día media hora picando verduras, y coincidió que se me estropeó mi batidora. Y vi esta otra, que incorporaba ya picadora, y me pareció buena idea tener un todo en uno que me resolviera las dos necesidades.
Y muchacha, qué acierto, ¡qué acierto! Que ahora en un par de minutos tengo todas y cada una de las verduras listas, ya sea para sofrito, para guarnición, o lo que toque ese día, al paso que tengo una batidora potente para cuando deseo hacer cremas o salsas suaves. ¡Fan absoluta de este cacharro!
batidora – picadora libre aquí
¡Espero que os sirvan mis recomendaciones! Ya me vais a contar si os animáis con alguna.