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Leche artificial: las dudas más frecuentes

30 noviembre, 2022

leche artificial

Lo ideal para ofrecer al bebé únicamente hasta los 6 meses es siempre y en todo momento la leche materna en vez de leche artificial. Mas si por alguna razón no se puede hacer, es bueno identificar la fórmula que mejor se amolda a las necesidades de tu pequeño. Estas son las dudas más usuales de las madres y los consejos del pediatra para escoger fórmula infantil.

Las fórmulas para bebés menores de un año se dividen conforme dos rangos de edad. Las de inicio, para bebés hasta los 6 meses. Y las de continuación, hasta los 12 meses. En función de las peculiaridades de cada pequeño, el especialista va a poder orientar a los progenitores sobre una leche artificial que tenga como objetivo prevenir el sobrepeso y la obesidad o que contenga substancias capaces de modular la vegetación intestinal, con un efecto ventajoso para el organismo. Asimismo existen fórmulas para niños con necesidades concretas de salud: para bebés prematuros, para alérgicos a las proteínas de la leche de vaca, productos antirregurgitación y anticólicos.

¿Es segura la leche artificial?

Para ser comercializadas bajo la denominación ‘alimentos para bebés’, las fórmulas deben cumplir con las estrictas directivas de la Unión Europea que, a su vez, asimismo se fundamentan en las indicaciones de un comité científico de alimentación pediátrica. Deben por ende sobrepasar, estrictos controles de seguridad alimenticia y poseen niveles de macro y micronutrientes en rangos mínimos y máximos precisos”. Si bien casi la totalidad de los países miembros de la UE han implantado estas indicaciones, las fórmulas infantiles que se comercializan hoy en día presentan cierta diversidad en lo que se refiere a los aspectos no establecidos de forma recia por la legislación.

¿Qué hay que mirar en la elección de la fórmula?

Lo que marca la diferencia son las ‘opciones’. Inspirados en los efectos funcionales de la alimentación materna, los factores opcionales están representados por un corte aún más consistente de proteínas, suplementación con ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (LC-Pufa), nucleótidos, beta-palmitato, prebióticos y probióticos.

Proteïnas

Las fórmulas que poseen una menor cantidad de proteínas son normalmente preferibles por el hecho de que se aproximan más a la cantidad que toman los amamantados y dejan reducir el peligro de desarrollar sobrepeso y obesidad.

Omega tres y 6

Es bueno, entonces, prestar atención a la participación de LC-Pufa. Todas las fórmulas deben tener en su composición los ácidos grasos esenciales de la serie Omega tres y Omega 6, substancias que el organismo no puede sintetizar. Sin embargo, solo ciertos poseen derivados, y en particular DHA, ácido docosahexaenoico, un omega tres de cadena larga particularmente esencial de cara al desarrollo del sistema nervioso, las funciones visuales y el cerebro.

Nucleótidos

Otro elemento está representado por los nucleótidos, predecesores de los ácidos nucleicos, contenidos en la leche materna en dosis superiores a las de la leche de vaca. Conforme ciertos estudios, dismuyen el número de capítulos de diarrea a los que están expuestos los lactantes alimentados con leche de fórmula.

Beta palmitato

El beta-palmitato, por su lado, es un triglicérido en el que el ácido palmítico se halla en situación beta, como en la leche materna. Ciertas fórmulas emplean mezclas de aceites vegetales ricas en beta-palmitato, lo que permite una mejor absorción de las grasas y ayuda a que las heces del bebé sean más blandas que las leches donde el ácido palmítico está en situación 1 o tres.

Probióticos y prebióticos

Por último, se agregan ciertas leches con probióticos, cepas bacterianas (como los lactobacilos y las bifidobacterias) que, se supone, tienen un efecto protector para el organismo y que pretenden reequilibrar la vegetación bacteriana intestinal, y con prebióticos, substancias que favorecen selectivamente la proliferación de bacterias “buenas” a cargo de las “malas”. No obstante, corresponde solamente al pediatra, basándonos en la valoración de las necesidades concretas del pequeño, señalar la fórmula que tenga la composición más conveniente para favorecer un desarrollo armonioso y prevenir perturbaciones.

Bebés prematuros: ¿qué hacer si no hay leche materna?

En el desarrollo del bebé prematuro, nacido con un peso inferior a mil quinientos gramos o aun bajo mil, la alimentación juega un papel esencial. Sus necesidades nutricionales son muy, muy diferentes a las de un recién nacido sano.

Su necesidad de proteínas, energía, vitaminas y sales minerales es considerablemente mayor. De hecho, el suministro de nutrientes debe tender a asegurar exactamente la misma velocidad de desarrollo que habría tenido en el útero materno.

Generalmente se le da al bebé leche artificial, fórmulas concretas para bebés prematuros a base de leche de vaca adecuadamente enriquecidas en proteínas, como en minerales y vitaminas. Para las fortificaciones de la leche humana existen productos concretos que aumentan la concentración de proteínas y energía y la enriquecen con minerales. Asimismo es posible extraer proteínas y grasas de la leche humana donada para fortificar la leche materna, mas son operaciones costosas que pocos centros de bebés prematuros pueden permitirse. Una vez fuera del centro de salud se puede aconsejar complementos a la lactancia con una o dos tomas al día de leche artificial concreta para prematuros.

¿Qué hacer si es alérgico a las proteínas de la leche?

Para los pequeños con alergia documentada a las proteínas de la leche de vaca, la primera terapia, cuando resulte posible, es siempre y en todo momento la lactancia materna. No obstante, se le solicita a la madre que prosiga una dieta libre de leche y productos lácteos.

En ausencia de leche materna, las fórmulas indicadas son las hidrolizadas. La hidrólisis es un proceso industrial al que se someten las proteínas de la leche para amoldarla a las necesidades del bebé. Hasta los 6 meses de edad se emplean proteínas de leche de vaca adecuadamente tratadas o leche de arroz.

Posteriormente, en ausencia de síntomas gastrointestinales, asimismo se pueden usar preparados a base de soja. La leche de burra en teoría podría representar una opción alternativa por el hecho de que tiene menos partes proteicas «compartidas» con la leche de vaca (y por ende reduce el fenómeno de la alergia cruzada): hasta la data, no obstante, no existen fórmulas que deriven de las proteínas de este comestible adaptadas a las necesidades concretas de los recién nacidos y los pequeños menores de un año.

¿En qué momento decantarse por fórmulas anti-gurgitación?

Las regurgitaciones y los vómitos usuales son fenómenos fisiológicos que afectan a alrededor del setenta% de los pequeños menores de 6 meses. No ocasionan inconvenientes particulares y no interfieren con su incremento de peso. Otra cosa es la enfermedad por reflujo gastroesofágico en los recién nacidos, que puede manifestarse con múltiples síntomas que afectan los sistemas gastrointestinal y respiratorio y que asimismo puede conducir a el perder peso.

En este sentido, existen en el mercado fórmulas antirregurgitación con una consistencia más compacta de lo normal. Éstas están sutilmente compactadas con harina de algarroba o fécula de maíz, lo que puede limitar el número de capítulos. No obstante, se puede estimar su uso teniendo presente que en el caso del reflujo gastroesofágico el pequeño no padece verdaderamente ninguna nosología. Al tiempo que en el caso de la enfermedad por reflujo gastroesofágico estas leches solo pueden reducir la extensión del trastorno mas no resuelvas el inconveniente sin intervención farmacológica.

Además, es recomendable excluir que el reflujo sea inducido por una alergia a las proteínas de la leche de vaca. En un caso así, la fórmula indicada es la hidrolizada.

Tiene cólico con gases, ¿hay fórmulas concretas?

Hay varias fórmulas anticólicos en el mercado. No obstante, no hay evidencia a nivel científico que lo respalde. Hasta la data, realmente, no existe una auténtica terapia contra este trastorno del recién nacido. Solo existen fármacos que implican el uso de dimeticona, una substancia capaz de absorber aire, y por ende, reducir su volumen lo que dilata el intestino. Mas no siempre y en todo momento marcha.

En los últimos años, la eficiencia de lactobacillus reuterii ha sido subrayada por múltiples estudios, un probiótico que, si se toma en gotas al comienzo del cólico, puede reducir su intensidad. Conforme ciertas investigaciones, una suplementación diaria con este lactobacilo asimismo limita por adelantado su extensión y frecuencia.