Durante la lactancia, llamamos subida de la leche al instante en el que la glándula mamaria pasa de fabricar la leche inicial (calostro) a la leche de transición y madura, en mayor volumen.
Es una etapa muy breve y muy importante para facilitarte un buen establecimiento de la producción de leche, que obviamente repercutirá de forma directa en el desarrollo de tu bebé. Pero… ¡sin presiones! Si brota alguna complejidad, puede manejarse para resolverla exitosamente.
Casi todas y cada una de las madres tienen alguna duda con la subida de la leche: ¿qué se siente?, ¿hay algo que pueda hacer o no deba hacer para favorecerla?, ¿de qué manera saber si todo va bien? Despejemos todas y cada una estas dudas.
¿Qué hallarás en esta guía?
¿Qué es la subida de la leche y en qué momento sucede?
El nombre técnico de la fabricación de leche es lactogénesis y, realmente, comienza unas doce semanas ya antes del parto. La placenta fabrica progesterona y lactógeno placentario, que frenan la producción de leche. Una vez sale la placenta, tras el parto, descienden los niveles de estas hormonas en sangre materna.
Eso deja que otra hormona, la prolactina, cumpla su función: que la leche se fabrique en cantidades que cubran las necesidades del bebé o los bebés (en el caso de gemelos, se fabrica el doble de leche, de trillizos… ¡el triple!). Este proceso inicial es automático y solo depende de las hormonas.
A los dos-tres días del parto, aparte de las hormonas, se precisa otro factor que avise al cuerpo de que hay un bebé que precisa leche, en qué momento la precisa y cuánta requiere: la absorción del bebé. Si el lactante ha ido mamando esa leche inicial (calostro, riquísima en factores inmunológicos), esa estimulación va a hacer que el volumen de producción aumente en ese instante, ocasionando unos síntomas propios en el pecho: es la subida de la leche.
Desde entonces, el calostro va a dar paso a la leche de transición, que a los diez-quince días ya va a ser leche madura: la composición irá cambiando ajustándose en todo instante a lo que el desarrollo de tu bebé va necesitando. Aun va a tener mayor concentración de factores inmunológicos si se pone malo a fin de que se cure ya antes.
¿Qué hacer frente a la subida de la leche?
Como bien imaginarás, lo más esencial en esta etapa es estimular el pecho poniendo a mamar a tu bebé con mucha frecuencia.
El lloro es un signo tardío de hambre, así que no aguardes a que se genere, por el hecho de que tu bebé va a estar irritable y le va a costar más coger el pecho. Ciertas señales precoces son verle desplazar la boca o llevarse las manos a ella, o verle virar la cabeza como busca. Si tu bebé hace eso, póntelo al pecho, si bien haga muy poco tiempo que acabe de comer.
No caigas en la idea errada tan extendida de que solicita mucha teta por el hecho de que se queda con apetito con ella. El mecanismo inicial es así. La naturaleza tiene previsto que el bebé demande mucho pecho para conseguir esa estimulación de la subida de la leche.
Mi recomendación es que no emplees chupetes ni tetinas en su primer mes de vida. La absorción calma a los bebés, mas si en vez de ofrecérsela con la teta, lo haces con alguno de estos objetos, reemplazará la precisa estimulación del pecho.
Una vez se haya establecido apropiadamente la lactancia, si deseas, puedes ofrecer el chupete, si bien no es un factor preciso para su desarrollo.
¿Qué se siente cuando se genera la subida de la leche?
Vas a apreciar primordialmente dos cosas:
Un aumento de volumen notable de súbito (no es todo leche, sino más bien líquido que se amontona entre las células de la glándula mamaria conocido como edema).
Una sensación que puede ir desde un ligero hormigueo hasta un calambre que puede resultarte algo desapacible. No es señal de que algo vaya mal, apacible. Se están generando en tu cuerpo cambios mareantes y va a llevar unos poquitos días amoldarse a ello y que cedan las molestias.
Además, posiblemente aprecies al tacto tu pecho algo más caliente y tenso. Y te invito a que emplees un sostén conveniente que mantenga, mas no comprima en demasía. Si no tiene aros, puedes aun dormir con él.
Posibles dificultades o dolores
Aunque las dificultades de la lactancia pueden acontecer en cualquier instante, en esta etapa ciertas son más frecuentes:
Hay dolor con o sin herida en el pezón (fisura)
Se debe muy seguramente a un mal agarre que no solamente te duele, sino hace que la absorción no sea tan eficaz y no se estimule apropiadamente la producción de leche. Solicita ayuda profesional para valorar y corregir el agarre y valorar el frenillo bajo la lengua, pues en ocasiones es corto (anquiloglosia) y no deja un agarre inmejorable al pecho. En caso de que tengas fisuras en el pezón, asimismo deberías asistir a un profesional a fin de que te indique de qué manera tratarlas y seguir con la lactancia.
Ingurgitación mamaria
Se debe frecuentemente a que no se drena el pecho lo suficiente. La evitarás y resolverás con tomas más usuales y, si fuera preciso, extrayendo algo de leche con la mano o con sacaleches. Haz esto inmediatamente antes de la toma si la mama estuviese tan tensa, que le complicaría el agarre a tu bebé.
Escasa producción de leche
Esta percepción es subjetiva. La enorme mayoría de las madres teme no generar suficiente leche para su bebé, por carencia de confianza. Mas la única forma de saberlo es que el bebé no coja peso como debería o no moje los pañales.
Recuerda que, cuanto más pongas a tu bebé al pecho, más estimularás la producción de leche. Con la lactancia materna a demanda es verdaderamente bastante difícil no lograr el volumen de leche que precisa el bebé y habría que buscar otras causas.
No sale la leche
Hay una situación que, en ocasiones, se confunde con una hipogalactia, cuando, realmente, la fabricación de la leche es adecuada… mas no sale. La prolactina comparte estrellato en la lactancia materna con la oxitocina. ¡Sí, la de las contracciones de parto! En un caso así se hace cargo de contraer los alveolos donde se guarda la leche en el pecho, haciendo que salga: es la encargada de la eyección láctea.
Pues el agobio es poco amigo de la oxitocina. Así que te invito a que despidas afablemente a esas visitas que te están molestando mientras que das el pecho en el centro de salud o a tu regreso a casa y procures un entorno y postura cómodos y relajados. Vas a ver que así la leche fluye con más facilidad.
Es muy frecuente albergar dudas con la lactancia, recuerda que tu pecho está desarrollado para esto y que tienes a tu predisposición profesionales que pueden ayudarte: comadre, pediatra, enfermera de pediatría, asesora de lactancia, IBCLC…
¿Posiblemente no haya subida de la leche tras el parto?
¿Posiblemente el estómago no secrete jugos gástricos para hacer la digestión?, ¿es posible no tener saliva?, ¿es posible no fabricar mocos? La mama es una glándula, del mismo modo que todas las otras que tenemos en el cuerpo, encargada de segregar, en un caso así, leche, ¿por qué no iba a cumplir su función?
Realmente semeja simple proponiéndolo así, mas es verdad que hay ocasiones en las que la producción de leche no es suficiente. Esto lleva por nombre hipogalactia y tiene diferentes causas:
La más frecuente es que no se esté estimulando apropiadamente el pecho. La lactancia materna se hace a demanda, esto es, que no deben pasar determinadas horas desde la última toma para regresar a poner al bebé al pecho. Tampoco debemos soltarle cuando lleve unos minutos específicos, ya que se soltará solo. Si ves que se duerme al pecho, mas la lengua prosigue moviéndose y prosigue comiendo, no le retires).
Puede acontecer que, hormonalmente, ese “pistoletazo de salida” para generar la leche no se haya dado. La causa más usual es que queden restos de placenta en el útero. Mientras que haya hormonas placentarias, la prolactina no va a poder cumplir bien su función.
Si esto ocurre, probablemente tengas sangrado vaginal, si bien sea escaso, por el hecho de que tu útero no logra contraerse como debería tras el alumbramiento. La hemorragia y la hipogalactia se resuelven con un raspado.
Puede haber determinadas enfermedades maternas anteriores que entorpezcan la subida de la leche, en especial si no están apropiadamente diagnosticadas y tratadas. Pueden influir en la capacitación de la leche o en el desarrollo glandular de la mama.
Con un buen manejo, que en lo más mínimo es homónimo de descalabro de una lactancia materna exclusiva, un profesional puede asistirte a acrecentar la producción de leche si lo necesitas. Puede acontecer, por servirnos de un ejemplo, con ciertas perturbaciones tiroideas no controladas, síndrome de ovario poliquístico, diabetes mellitus insulinodependiente, síndrome de Cushing, fallo ovárico precoz o ciertos tumores.
Algunos medicamentos pueden influir a nivel hormonal reduciendo la producción de leche, como los anticonceptivos con estrógenos (pastilla combinada, parche y anillo vaginal). Puedes preguntar la compatibilidad de los fármacos con la lactancia materna acá.
Conclusiones
La lactancia materna semeja difícil, mas puede ser muy satisfactoria para ti y tu bebé, aparte de reportaros a los dos múltiples beneficios para la salud a corto y largo plazo.
Tienes profesionales a tu predisposición para asistirte con las dudas y contrariedades que puedas hallar en los principios de tu lactancia, mas confía en ti y tu cuerpo, ya que estás más que dispuesta para amamantar a tu bebé.
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