

Llevamos más de una decenio en el mundo de las bodas, pero aún así seguimos emocionándonos como el primer día cuando nos llegan bodas especiales, esas que te consiguen darte un transformación al corazón. Así es como la boda de Violado se coló en nuestro casilla de correo de la mano de la fotógrafa Ohlalalaia y sis fotos analógicas y hoy merecen ser compartidas en el blog.
Violado y Bernardino son dos enamorados de la Toscana y de sus ‘verde, piedra, mesas largas y campos infinitos. Así que lo trasladamos a Andalucía, a Ronda, al olivo, al cortijo rural y a sus campos preciosos’, nos comenta la novia.
Para ese día eligió un vestido de novia de la firma española Corsicana fundada por la arquitecta y diseñadora Paula Currás unido a Ana Hernanz. Un diferente diseño de líneas limpias con palabra de honor, manguitos y chal que combinó con unos pendientes de perlas y un ramo XL de anthurium, obra de los estliststas florales Rando.
‘Buscábamos sobre todo que el espacio fuese un entorno rural al éter rescatado y queríamos que todo respirara un bullicio muy cercano y conocido, ya que para nosotros eso era lo esencial, disfrutar y celebrar con los nuestros sin protocolos’. La organic, en Ronda, fue el oportunidad consumado para ese gran día y contaron con la ayuda de La boda de Nicoletta para la escenografía y ordenamiento. Alma Catering fueron los encargados de deleitar con sus exquisiteces a los invitados ubicados en tres mesas imperiales infinitas. ‘El único toque de color, de modo muy sutil, se dio en las mesas. Queríamos que se integrara todo muy adecuadamente con el oportunidad. La gráfica del menú y del seating la hice yo, y nuestros nombres están escritos por mi sobrina.’, nos cuenta la novia.
El olivo estuvo muy presente en toda la escenografía y como detalle para los invitados, como no podia ser de otra modo, eligieron unas botellas mini de grasa para que nunca olvidaran ese gran día.