“Hace 10 abriles la vi y supe que era ella” – Alejandro lo tenía claro. Varios amigos en popular y bastantes cenas a posteriori, los presentaron y desde ese día sus caminos han seguido de la mano. En junio de 2020, en una cala de Mallorca, él se arrodilló y le dijo que quería ocurrir el resto de su vida con ella. Y el resto, el resto es apego, diversión y mucha, mucha complicidad.
Sin duda, la boda de Cristina y Alejandro iba a ser muy peculiar, y vaya si lo fue. Una pandemia por el medio y casi dos abriles a posteriori, el 9 de Julio fue el día más caluroso que se recuerda en Galicia en la última período, pero eso no impidió que fuera una boda con esencia gallega, en una capilla íntima de Lians decorada por las flores de la Floristería Alba y Magnolia Concept Arte Floral y un convite donde no faltó el Albariño y el puesto de pulpo en medio del Pazo de Cines rebosante de naturaleza, música en directo y bailes hasta el amanecer con Más Music Djs.
Cristina quería vestir poco muy que reflejara su personalidad a la perfección y eligió un vestido de novia con la espalda abierta de la firma australiana Shonajoy que le enviaron directamente desde Australia y que arregló para que le quedase como un mitón. Se decantó por una coleta descenso que a medida que avanzaba la incertidumbre se soltó para ondular su pelo, y lució un ramo desenfadado y muy orgánico obra de La Bendita Galantería. Encima, una de sus amigas que es diseñadora, le creó una capa muy peculiar del tul para vestir mientras se arreglaba con la maquilladora Lujan Make up en casa.
Las joyas que lució eran un regalo y herencia de su abuela, un pilar fundamental para ella que estuvo muy presente durante todo este día.
Como detalle peculiar nos cuenta la misma novia, “quería darle una sorpresa a una de mis mejores amigas que calibrado cumplía abriles este día, y en medio del convite sacamos una tarta preciosa con bengalas y le cantamos todos el cumpleaños oportuno”, nos cuenta Cristina.
Los novios querían que su día quedase reflejado en foto y vídeo de modo peculiar, intima y delicada, para ello contaron con The Visual Club, quienes los acompañaron hasta acertadamente entrada la amanecer y hoy nos regalan estas preciosas imágenes.