
Reparar a tu bebé adentro de la barriga es uno de los momentos más emocionantes del inconveniente. El bebé se mueve enérgicamente adentro del matriz desde la concepción, pero en las primeras semanas no puedes notarlo todavía. Será más delante, entre el cuarto o botellín mes, cuando notes las primeras pataditas de tu bebé moviéndose en tu interior, y a partir de ese momento será una constante hasta el final del inconveniente.
Algunas mujeres sienten que sus bebé se mueven poco, especialmente cuando ya tienen otro hijo y pueden comparar cómo eran sus movimientos con los del nuevo bebé en camino. ¿Por qué sucede? ¿A qué se debe que unos bebés se muevan más que otros adentro del matriz? ¿Cuándo debemos preocuparnos y consultar con el tocólogo? Aclaramos todas las dudas.
Cómo son los movimientos del bebé adentro del matriz
Suele ser en torno a de la semana 20 cuando la mamá nota los primeros movimientos de su bebé, aunque este noticia puede variar de una mujer a otra, especialmente si no se manejo de la primera florecimiento. Estos primeros movimientos se sienten como un borboteo o un mariposeo; poco así como percibir a un pececito nadando en tu interior.
A medida que van pasando las semanas ya podrás identificar más claramente sus pataditas (que a veces no son tal, sino volteretas, manotazos o codazos contra las paredes del matriz), convirtiéndose en una constante día tras día.
Conforme te acercas al final del inconveniente los movimientos del bebé se sienten con más fuerza, no solo porque tu hijo es más holgado, sino porque el matriz se va quedando pequeño y al tener menos espacio para moverse es frecuente percibir sus movimientos con viejo intensidad (aunque por este motivo, igualmente tiendan a disminuir)
Puesto que no hay un número de movimientos que se considere «frecuente» y cada bebé es único, es importante que la mamá sepa cómo y cuándo se mueve su bebé adentro del matriz. Por eso, en torno a la semana 28-30 de inconveniente se recomienda comenzar un registro de los movimientos fetales, con el objetivo de conocer admisiblemente sus patrones de movimiento y detectar de forma precoz cualquier cambio significativo que pudiera producirse.
De este modo, si detectas que tu bebé deja de moverse de forma brusca o no sientes ningún movimiento durante el trascurso de unas horas, debes consultar de inmediato con el médico
«¿Por qué mi bebé se mueve poco?»
Los patrones generales de movimientos fetales varían de una mamá a otra en función de parámetros tan diversos como la constitución de la mujer, el estado de la placenta, la viandas o cómo esté colocado el bebé adentro del matriz.
Así, por ejemplo, aquellas mujeres que tienen más obesidad estomacal es probable que tarden más tiempo en notar a su bebé. Además suelen percibirse menos los movimientos cuando hay poca cantidad de transparente amniótico (condición que debe ser valorada y seguida por el doble), cuando la placenta está ubicada en la cara previo del matriz -ya que actúa como un cojín que amortigua el movimiento del bebé-, o cuando el bebé está posicionado de tal forma que sus brazos y piernas se alejan de la hormaza uterina.
Cuando los movimientos del bebé se detienen o se reducen de forma brusca es frecuente alarmarse, pero en la mayoría de los casos no implica ningún problema. Si esto te sucede es importante que te relajes (el estrés materno puede afectar al comportamiento del bebé adentro del matriz), te tumbes sobre tu banda izquierdo y trates de estimular suavemente a tu bebé con música o consumiendo algún alimento que le active.
Lo más probable es que en el trascurso de una o dos horas vuelvas a notar sus movimientos, pero si esto no sucede así debes comparecer a urgencias para que el tocólogo compruebe que todo está admisiblemente y no hay pérdida de bienestar fetal. El sufrimiento fetal se produce cuando al bebé no le está llegando suficiente oxígeno, entre otras causas por
problemas en el avance de la placenta, un crecimiento intrauterino retardado, problemas con el cordón o infecciones.
Además la salubridad física de la mamá puede afectar al bebé y hacer que éste disminuya sus movimientos, como en el caso de una hipoglucemia o si hay una viandas inadecuada.
El movimiento fetal es un indicador de salubridad del bebé
Así pues, y teniendo en cuenta que cada mujer, cada inconveniente y cada bebé es único, es importante entender que sus movimientos son un signo de bienestar y salubridad fetal
Por eso es primordial que la mamá esté siempre atenta a los movimientos del bebé en el matriz, conozca sus patrones y sepa cuándo es frecuente y cuando no dejar de sentirle (recordemos que los bebés igualmente duermen adentro de la tripa, por lo que hay momentos del día en los que estarán menos activos).
Además hay que ser conscientes de que, si admisiblemente los movimientos del bebé tienden a reducirse de forma paulatina conforme nos acercamos a la vencimiento de parto adecuado al poco espacio que les queda en el matriz, no debe considerarse frecuente una reducción de la fuerza de sus movimientos ni un descenso inesperado de los mismos.
En caso de duda no dejes de consultar con tu médico o partera.