Se suele creer, erróneamente, que recrearse con muñecas es cosa de niñas, mientras que los niños son más de coches o pelotas. Pero esto no es más que un modelo que hemos creado los adultos, porque los niños cuando juegan son libres de recrearse como quieran y con lo que quieran.
Los juguetes son instrumentos para el descanso y el chaval puede -y debería poder- nominar con cuáles quiere recrearse sin que sea etiquetado como «mamotreto para niños» o «mamotreto para niñas». Las muñecas son uno de esos juguetes que son positivos tanto para niñas como para niños.
Cada chaval tiene sus propias preferencias a la hora de recrearse y de escoger sus juguetes, e incluso puede tener una etapa en la que le guste recrearse más con un mamotreto que con otro, independientemente de su clase.
Por qué las muñecas son un buen mamotreto para niños y niñas
Pero hoy hablamos en particular de un tipo de mamotreto: las muñecas o los muñecos tipo bebé que tanto gustan a niños y niñas.
Los hay de un gran variedad y con todo tipo de accesorios como sillas de paseo, hamacas, tronas, sets de comiditas, set de médicos para cuidarlos si enferman, ropita para vestirles, etc.
Y es que estos juguetes tan adorables son muy beneficiosos para el ampliación de los niños, ya sean niños o niñas. Sus ventajas son destacables, puesto que fomenta habilidades y competencias efectivamente importantes para su crecimiento. Como por ejemplo:
Ayudan a desarrollar la empatía
Retozar con muñecos los hace desarrollar la empatía, porque les hacen ponerse en el circunscripción del otro.
Contribuye adicionalmente a desarrollar habilidades sociales así como la sensibilidad, la preocupación alrededor de los demás… Son juguetes que invitan a dar abrazos, besos, comunicarse, proporcionar cuidados o tomar en brazos.
En ocasiones ese muñeco se vuelve tan imprescindible para el chaval que se convierte en ese objeto de apego que le acompaña a todos lados y que necesitan para amodorrarse.
Eliminan estereotipos
Se suele relacionar los camiones o las pelotas con los juegos de niños y las muñecas o los muñecos como juegos de niñas, pero son estereotipos que hemos creado los adultos, la industria, la publicidad…
Los niños simplemente juegan con lo que desean en cada momento, como debe ser, sin dejarse influenciar por prejuicios de clase.
Fomentan la igualdad
Que tanto niñas como niños jueguen con muñecas desde que son pequeños fomenta la idea de que quienes cuidan no son solo «ellas» sino que igualmente «ellos» son una figura esencial de cuidado.
Hace ver a los niños que cooperar juntos en la atención y cuidado de un tercero es lo habitual, y que aunque se trate de un mamotreto, para el chaval es una imitación de la vida auténtico. Incorporan el concepto de igualdad y corresponsabilidad de forma natural y a través del descanso.
Favorecen el descanso simbólico
Retozar a «papás y a mamás» es uno de los juegos simbólicos típicos en la infancia. Los niños juegan a imitar lo que ven en su entorno, y esta simulación es muy popular cuando los niños juegan con muñecas.
Imitan situaciones de la vida auténtico como el cuidado del bebé, alimentarlo, llevarlo al médico, así como igualmente se puede convertir en un cliente a quien peinar o vestir , un discente a quien enseñar…
Estimulan la imaginación
Cuando los niños juegan con muñecas, ya sean tipo Barbie, o muñecos tipo bebé, están creando su mundo imaginario, se sumergen en él y se lo creen.
A través del descanso, reproducen situaciones de la vida cotidiana que han gastado en casa o en su entorno, o proporcionadamente inventan situaciones nuevas que imaginan. Es frecuente que creen historias fantásticas en las que los muñecos se convierten en protagonistas imprescindibles.
El descanso de simulación permite a los niños explorar sus propios sentimientos y emociones.
Fomentan la sociabilidad
Retozar con muñecas es un descanso con el que el chaval puede recrearse solo, pero es especialmente interesante cuando juega con otro chaval o pupila.
Aunque el descanso no sea auténtico, al chaval y a su compañero de juegos les permite practicar habilidades sociales reales, como ojear cuando nuestro amigo está fingiendo, o cómo objetar a las diversas reacciones emocionales de otra persona.
Mejoramiento las habilidades lingüísticas
Tanto si juegan solos hablándole a los muñecos como si juegan en compañía de otro chaval o pupila, el pequeño estará practicando sus habilidades lingüísticas.
Es frecuente que se hagan preguntas y se respondan a sí mismos, que cambien la entonación o utilicen palabras «complejas» que no usan asiduamente en el día a día.