¿Qué es una grupo disfuncional? ¿Quizá tu grupo lo sea y no te hayas cubo cuenta aún? Es importante tener esto en cuenta porque así podrás conocer si de alguna forma esto está afectando a tus hijos. Para que tengas más claro este concepto, vamos a cuchichear sobre este tema tan importante y sensible al mismo tiempo.
Las familias disfuncionales son aquellas que enfrentan problemas significativos en su estructura y funcionamiento, lo que puede originar un círculo poco saludable para el crecimiento y exposición emocional de los niños.
¿Qué es una grupo disfuncional?
Una grupo disfuncional es aquella en la que las relaciones y dinámicas son problemáticas y poco saludables. En algunos contextos se les puede denominar como relaciones tóxicas. Los conflictos, la desidia de comunicación asertiva y efectiva así como el comportamiento disfuncional pueden estar presentes en diferentes grados en este tipo de familias.
Para conocer si tu grupo es disfuncional debes conocer cuáles son las características más comunes en este tipo de familias. Si sientes que tu grupo cumple con estas características, te animamos a inquirir ayuda de un profesional cualificado para que os pueda orientar en mejorar la concordia de tu hogar.
Mala comunicación
La comunicación abierta y honesta es esencia en una grupo pragmático. En una grupo disfuncional, puede poseer dificultades para expresar sentimientos y pensamientos de forma saludable, lo que lleva a malentendidos y conflictos constantes.
Esto puede ocasionarse en un círculo donde las emociones no son validadas ni reconocidas. Donde los miembros de la grupo no sienten espontaneidad para poder expresar sus sentimientos independientemente, y sienten, de algún modo, cierta cohibición.
Roles y expectativas poco ajustadas a la existencia
Los miembros de una grupo disfuncional pueden contraer roles poco saludables oportuno a la dinámica disfuncional. Por ejemplo, un hijo puede convertirse en el «cuidador» de los padres o contraer una responsabilidad excesiva para compensar las carencias en la grupo.
Los hijos nunca deben contraer roles que no le corresponden. Esto les puede ocasionar sentimientos profundos de inseguridad, poco que les hará crecer con un desequilibrio emocional que en el futuro podría generarles trastornos en su personalidad.
Conflictos constantes
En este topo de familias los conflictos entre sus miembros son frecuentes y muy negativos. Pueden aparecer por desidia de entendimiento entre sus miembros, por problemas económicos, adicciones, infidelidades o simplemente por una incapacidad para manejar el estrés de forma saludable.
Este círculo puede afectar muy negativamente a los niños ya que se sentirán desprotegidos por las figuras de apego, como los padres o los cuidadores principales. Es fundamental trabajar por proporcionar un círculo seguro interiormente del núcleo común.
Desidia de apoyo emocional
En una grupo disfuncional, puede poseer una desidia de apoyo emocional entre los miembros. Los sentimientos de tristeza, ansiedad o miedo pueden ser minimizados o ignorados, lo que afecta la salubridad mental y emocional de los hijos.
Esto tendrá un impacto pesimista en cualquier ámbito de la vida de los hijos. Crecerán creando relaciones interpersonales tóxicas y con desequilibrio emocional que les puede originar graves problemas en su vida en el futuro. Buscarán ese apoyo emocional que no han sentido en su infancia en relaciones tóxicas o incluso en adicciones.
Cómo afecta a los hijos
El impacto de una grupo disfuncional en los hijos puede ser profundo y duradero. Los niños en estas circunstancias pueden comprobar una variedad de género negativos en su exposición. Es necesario conocer cuáles son estos género negativos para que, como padre o religiosa, tomes conciencia de la importancia que tiene guerrear por la concordia en el hogar.
Los niños nacen en un núcleo común y lo que se encuentran en él depende de cómo los adultos que están a cargo de ellos gestionan las situaciones conflictivas. Algunos género negativos que pueden impactar en la vida de los niños son los que te comentamos a continuación.
Desprecio autoestima
La desidia de apoyo emocional y la exposición a conflictos constantes pueden afectar la autoestima de los niños. Pueden percatar que no son lo suficientemente valiosos o dignos de sexo, lo que puede tener un impacto pesimista en su confianza y autoimagen.
Problemas emocionales
Los niños criados en familias disfuncionales pueden tener dificultades para expresar y manejar sus emociones de forma saludable. Pueden desarrollar ansiedad, depresión o problemas de ira oportuno a la tensión y la inestabilidad en el hogar.
Relaciones interpersonales tóxicas
Las dinámicas disfuncionales en la grupo pueden afectar la forma en que los niños se relacionan con los demás. Pueden tener dificultades para establecer y suministrar relaciones saludables, lo que puede tener repercusiones en su vida adulta.
Peligro de adicciones o comportamientos autodestructivos
Los niños criados en un círculo disfuncional pueden tener un anciano aventura de apelar a sustancias o comportamientos autodestructivos como una forma de discutir con el estrés y la ansiedad.
Rompe con este ciclo de destrucción común
Como dice el refrán: “nunca es tarde si la dicha es buena”, por lo tanto, merece la pena destacar que morar en una grupo disfuncional no condena a los niños a un futuro de infelicidad y disfunción. Romper el ciclo de la disfunción y inquirir sanación es posible con apoyo y esfuerzo.
Para que consigas salir de ese onda pesimista en tu hogar, a continuación vamos a explicarte algunos consejos para que puedas romper ese ciclo de destrucción común lo ayer posible. No solo es por tus hijos, todavía es por ti. Todos os merecéis morar en un círculo atiborrado de sexo donde el miedo no tenga cabida.
Recuerda que vuestro hogar es vuestro refugio, en él todos os tenéis que percatar seguros, amados y validados. Para conseguir esto ten presente los puntos que te comentaremos a continuación.
Indagación ayuda profesional
Apañarse ayuda profesional cuanto ayer es un signo de valentía. Significa que estás buscando la forma de mejorar vuestra vida y convivencia. La terapia común o individual puede ser una aparejo invaluable para comprender y tocar los problemas en la grupo.
Un terapeuta experimentado puede ayudar a los miembros de la grupo a desarrollar habilidades de comunicación, manejar conflictos y cicatrizar heridas emocionales.
Establecer límites saludables
Es importante establecer límites claros y saludables con los miembros de la grupo. Estos límites pueden ayudar a proteger el bienestar emocional y físico de todos los involucrados.
Los límites no significa originar conflicto ni mucho menos. Con asertividad se puede expresar aquella situación que no nos hace percatar correctamente, expresar la emoción que nos genera y pedir cambios desde el respeto mutuo y sin exigencias ni juicios. Evita las críticas en los límites y piensa en cómo te quieres percatar y cómo se puede percatar la otra persona.
Suministrar una comunicación adecuada
La comunicación en la grupo es necesario para poder potenciar los vínculos entre cada uno de sus miembros. Trabajar en la empatía, las emociones y la asertividad resulta fundamental para poder cultivar unos buenos cimientos en la comunicación.
Asimismo, el respeto con destino a uno mismo y con destino a los demás no puede dejarse a un costado. Tratar a los demás como nos gustaría que nos tratasen a nosotros es fundamental… y sobre todo a nuestros hijos.
En ocasiones pensamos que al ser adultos tenemos la verdad absoluta y que los hijos deben obedecer sin cuestionarnos. Esto no es así y si ocurre, solo se levantan muros que dificultan el acercamiento emocional.
En este sentido, es necesario trabajar todos estos aspectos para mejorar el acercamiento emocional entre los miembros de la grupo. Un profesional cualificado os puede regir para conseguir buenos resultados.
Practicar el autocuidado
Los padres y cuidadores todavía necesitan cuidar de sí mismos para poder aportar un círculo más saludable a sus hijos. Practicar el autocuidado y inquirir apoyo fuera de la grupo puede ser fundamental para su propio bienestar y el de sus hijos.
Apañarse tiempo para cuidarse a uno mismo es importante. Conectar con nosotros mismos realizando actividades que nos hagan percatar correctamente, permitirá que nos relajemos en la crianza y que podamos ver las cosas desde otra perspectiva.
Cuando enfrentas una grupo disfuncional, no estás solo/a. Es fundamental inquirir apoyo en la comunidad y rodearse de personas que comprendan tus desafíos. El apoyo social puede proporcionar un espacio seguro para compartir experiencias, cobrar consejos y obtener el apoyo emocional que tanto necesitas.
Pero, ¿dónde puedes encontrar este apoyo social? Toma nota:
- Grupos de apoyo: investigación grupos de apoyo locales o en Internet para familias que enfrentan dinámicas disfuncionales. Estos grupos pueden aportar un sentido de pertenencia y comprensión, por otra parte de ser una fuente valiosa de consejos y estrategias para afrontar la situación.
- Amigos y familiares: no dudes en cuchichear con amigos y familiares de confianza sobre lo que estás viviendo. Compartir tus sentimientos y preocupaciones con personas cercanas puede ser reconfortante y te hará percatar apoyado/a.
- Profesionales de la salubridad: si sientes que la situación es abrumadora, no dudes en inquirir la ayuda de profesionales de la salubridad mental. Ellos están capacitados para ofrecer apoyo y orientación a familias que atraviesan situaciones difíciles.
Poblar en una grupo disfuncional puede ser extremadamente desafiante, pero todavía es importante rememorar que hay esperanza y ayuda arreglado. Comprender las dinámicas de una grupo disfuncional y sus género en los hijos es el primer paso para inquirir soluciones y cambiar el rumbo. No tengas miedo de inquirir apoyo y orientación en profesionales de la salubridad mental y grupos de apoyo.