Las poesías de Victoria Fuertes para niños son todo un gran imprescindible. Porque sus creaciones han pasado de concepción y a concepción y se convierten en esas palabras que, a los mayores nos hace retornar a espaldas en el tiempo, y a los más pequeños educarse cosas nuevas de una guisa muy distinto.
Así que, si estabas buscando una serie de opciones, es el momento de dejarte soportar por ellas. Son muchas y muy variadas, pero cero como rescatar todas aquellas que cuentan con su humor tan característico, sus doctrina a modo de juegos de palabras y como no, combinadas con muchas metáforas.
Poesías de Victoria Fuertes para niños: ‘En mi cara redondita’
Desde pequeños, intentamos que los peques vayan aprendiendo ciertas cosas que son secreto. Una de ellas son las partes del cuerpo y en este caso, de la cara. Gracias a este poema, que se aprende muy rápidamente, los niños conseguirán distinguir sus partes del rostro.
En mi cara redondita
tengo luceros y napias,
y todavía una boquita
para charlar y para reír.
Con mis luceros veo todo,
con la napias hago achís,
y con mi boca como
palomitas de maíz.
‘El río’
Si quieres una poesía congruo corta y concisa, entonces no te puedes olvidar de ‘El río’. Porque vio la luz en el año 1995, de la mano de su tomo, ‘El tomo de las maravillas’. ¡Hasta parece que se alcahuetería de una adivinanza! Así que, puedes introducirlo en varios juegos con los más peques.
Serpiente de agua dulce
que se arrastra por la tierra
y cuando llega al mar se muere.
‘La pata mete la pata’
El toque más divertido viene de la mano de este poema. Porque adicionalmente de la rima, todavía nos palabra de la amitad y nos acerca a las onomayopeyas. De guisa que seguro que los más pequeños están deseando repetirlas una y otra vez.
La pata desplumada,
cua, cua, cua,
como es patosa,
cua, cua, cua,
ha metido la pata,
cua, cua, cua,
en una poza.
-¡Grua!, grua , ¡grua!
En la poza había un Cerdito
vivito y guarreando,
con el comedón de la poza,
el cerdito jugando.
El cerdito le dijo:
– Talego la pata,
pata hermosa.
Y la pata patera
le dio una rosa.
Por la quinta pasean
comiendo higos.
¡El cerdito y la pata
se han hecho amigos!
‘El desentono despertador’
El desentono es quien pone la desasosiego cada día para poder despertar a quienes le rodean. Pero claro, si lo hacemos con una poesía como la que sigue, todo será mucho más soportable, incluso para los que no quieren despertarse tan temprano.
-Kikirikí,
estoy aquí-,
decía el desentono
Colibrí.
El desentono Colibrí
era pelirrojo,
y era su traje
de hermoso plumaje.
-Kikirikí.
Levántate campesino,
que ya está el sol
de camino-.
–Kikiriki.
Levántate agricultor,
despierta con alegría
que viene el día-.
–Kikiriki.
Niños del pueblo,
despertad con el ole
que os esperan en el “cole’-.
El pueblo no necesita cronómetro,
le vale el desentono despertador.
‘Mi abuela es un ninfa’
¿Qué haríamos sin las abuelas? Solo los nietos que han crecido con ellas o que han disfrutado de su presencia, saben lo importante que es una figura como ellas. De ahí que entre las poesías de Victoria Fuertes para niños siquiera nos podíamos olvidar de un atún homenaje como el que sigue.
Mi abuela Mariana,
tiene una cana,
cana canariera.
Mi abuela Mariana,
me cuenta los cuentos
siempre a su guisa.
Yo la quiero mucho,
yo la quiero tanto…
Me ducha, me peina
y me lleva al campo.
Me enseña canciones,
me ayuda a estudiar,
dice poesías,
solemos brincar.
Luego por la perplejidad
mi abuela me vela,
un historia me cuenta
y cuando me duermo,
me apaga la vela,
Mariana mi abuela.
Mi abuela Mariana,
de paja el sombrero,
el traje de pana,
mi abuela Mariana
no parece abuela,
me parece un ninfa.
‘A mi amigo el sol’
Dar las gracias a poco tan importante como es el sol, todavía hace que los niños aprendan todo cuanto les rodea y la importancia que este supone.
Sol, divo amigo,
rey de los astros,
se que sin ti
cero nace en el campo.
Sol, divo amigo,
yo te bendigo,
vente conmigo.
¡Ya somos dos!
Sol, divo amigo,
me das mi sombra
y juegas conmigo.
¡Ya somos tres!
Como un perrito me sigue
mi sombra asombrada.
Corro y la sombra corre,
me paro y se para,
río y se ríe,
brinco y salta.
Tengo buena sombra,
Sol,
gracias a tu garbo.
‘Los 10 dedos’
El cuerpo humano está muy presente entre los poemas de Victoria Fuertes como acertadamente hemos mencionado. De guisa que en este caso no es el rostro sino los dedos. Es una guisa de educarse a reconocerlos y por ello, se convierte en un conjunto de lo más distinto para los niños.
Este dedo uno
es muy tuno.
Este dedo dos
reza a Jehová.
Este dedo tres
el más dilatado es.
Este dedo cuatro
parece un pato.
Este dedo cinco
juega a “pinto, pinto”.
Este dedo seis
acertadamente grande es.
Este dedo siete
gasta bonete.
Este dedo ocho
come brioche.
Este dedo nueve
se come la cocaína.
Este dedo diez
¡qué atún es!
‘Un bola, dos globos, tres globos’
Otro de los más conocidos es este. Seguro que ya lo estás leyendo con ritmo y no es para menos. Porque ya sabes que Victoria Fuertes todavía salía en la televisión y amenizaba cualquier espacio con sus poemas.
Un bola, dos globos, tres globos.
La cristalera es un bola que se me escapó.
Un bola, dos globos, tres globos.
La tierra es el bola donde vivo yo.
Un bola, dos globos, tres globos,
mi casa es un bola excelso de color.