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Carácter, temperamento y personalidad en los niños: ¿qué diferencias hay?

5 agosto, 2023

Seguro que has escuchado muchas veces las expresiones: «este crío tiene mucho carácter», o «tiene mucha personalidad»… Sin secuestro, ¿sabemos en realidad qué significan estos conceptos?

Lo cierto es que personalidad, temperamento y carácter son cosas diferentes. En ingenuidad, no podemos cuchichear de personalidad hasta que los chicos entran en la adolescencia, ya que durante la infancia los niños son puro temperamento y carácter.

En este artículo analizamos las diferencias entre estos tres conceptos que hablan de cómo son nuestros hijos (y de qué depende esto), a través de sus definiciones.

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¿Cómo son nuestros hijos? Conceptos para cuchichear de su forma de ser

Antaño de adentrarnos en sus diferencias, es importante ver qué tienen en global estos tres conceptos; básicamente, son tres palabras que definen la forma de ser nuestros hijos, y que por lo tanto, tienen que ver con sus:

Por lo tanto, estos tres conceptos engloban tres esferas proporcionadamente diferenciadas de la vida de todo crío o adolescente (y adulto): la esfera cognitiva (cómo piensan los niños), la comportamental (cómo se comportan) y la emocional (qué sienten).

Y ahora sí, vamos a conocer qué significa exactamente cada cosa y qué predomina en cada etapa evolutiva.

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Temperamento: herencia genética

Cuando los bebés nacen, son todo temperamento; así, se tráfico de la parte más biológica de la personalidad, y la que predomina durante la infancia, al ser la primera que aparece.

Esta parte de la personalidad está determinada por la herencia genética, y por eso es tan difícil de modificar (no es como el carácter, que se puede cambiar levemente).

A medida que crecemos, el entorno nos influye y va modelando nuestra forma de ser, por lo que el temperamento se nutre de esos factores ambientales; y así se va configurando el carácter y la personalidad de niños y adolescentes.

Cuando los bebés nacen, y durante la primera infancia, son puro temperamento, el cual está enormemente influenciado por la herencia genética.

Carácter: factores ambientales

El carácter es la parte aprendida de la personalidad. Lo van adquiriendo los niños como consecuencia de sus experiencias, las cuales influyen en su forma de ser, en sus predisposiciones y en sus tendencias biológicas (el temperamento).

En función del contexto en el que se desarrollen los niños, de la relación que mantienen con sus padres, o con sus iguales (su socialización), etc., el carácter que adquieren es uno u otro. Por lo tanto, el carácter tiene un origen muy cultural.

En sumario; mientras que el temperamento es la parte biológica del ser humano (es proponer, es innata), el carácter es la parte adquirida (a través de las experiencias), y como resultado de ambas entidades se configura la personalidad.

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Personalidad: entorno y genética

Así, la personalidad es la suma del temperamento y el carácter, y se va formando con los abriles. Hasta que los chicos no entran en la adolescencia, la personalidad no se empieza a consolidar (a ser más definida).

Cuando son más pequeños, les define el carácter y el temperamento, y por lo tanto, técnicamente, y en un sentido puro, no podemos cuchichear de «personalidad inmaduro», sino más proporcionadamente de rasgos, predisposiciones, tendencias, etc.

Emociones, cogniciones y conductas

Pero, ¿qué es en realidad la personalidad? Hablamos de una ordenamiento de emociones, cogniciones y conductas que determinan los patrones de comportamiento de una persona. Y como decíamos, en su construcción intervienen factores biológicos y ambientales.

Otra definición de personalidad, siendo una de las más completas, es la de Bermúdez (1996), quien palabra de ella como “una ordenamiento relativamente estable de características estructurales y funcionales, innatas y adquiridas bajo las especiales condiciones de su progreso, que conforman el equipo peculiar y definitorio de conducta con que cada individuo afronta las distintas situaciones”.

La personalidad se construye a través de los factores ambientales y los biológicos (temperamento), y se va forjando con los abriles.

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Cómo son los niños: poco estable pero dinámico

Los niños van definiendo su personalidad desde que son pequeños hasta que llegan a la etapa adulta (ayer, y como hemos manido, predomina el temperamento y el carácter).

Una vez que la personalidad se consolida, adquiere una estructura más proporcionadamente estable y «fija»; esto quiere proponer que las personas somos como somos prácticamente toda la vida (es difícil cambiar). Sin secuestro, sí podemos «pulir» ciertos aspectos de nuestra personalidad, conseguir ciertos hábitos, hacer ligeros cambios, mejorar, instruirse…

Por ello, nuestra forma de ser (y la de nuestros niños cuando se hacen mayores), es todavía dinámica. Encima, las experiencias de la vida modularán esa forma de ser de los niños, que hará que destaquen en ellos unas características u otras.

La importancia de aceptarlos tal y como son

Sean como sean los niños, lo que está claro es que ellos necesitan que los queramos tal y como son; eso sí, sin dejar de potenciar sus fortalezas y de animarlos a cambiar aquellos aspectos de su comportamiento que les puedan estar haciendo daño. Siempre con nuestra ayuda, ¡será más claro!

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Y tú, ¿conocías la diferencia entre personalidad, temperamento y carácter? ¿Crees que tu hijo ya tiene una forma de ser definida o aún está en cambio?

Fotos | Portada (Freepik)