
Los que somos padres sabemos que tener un hijo «pone tu vida patas en lo alto», como se suele opinar de forma coloquial, y todo lo cambia. Y precisamente uno de los aspectos en los que más se nota es en el sueño.
los bebés no sólo comen y duermen, como dicen algunos. La verdad es que cuando se tiene un hijo se pierden muchas horas de sueño (más de 700 al año según un estudio). Así que, muchos padres buscan diferentes estrategias para conseguir mejorar el sueño de sus hijos, sin tener la certeza de que funcionen.
A continuación vamos a desterrar algunos mitos sobre el sueño pueril y las técnicas que se usan comúnmente para que los niños duerman más, pero que científicamente no se ha demostrado que funcionen.
1. Meter cereales en el biberón
Existe la creencia popular que cuando los bebés empiezan a tomar cereales, duermen mejor. Se han hecho algunos estudios al respecto y no hay evidencia científica de que introducir los cereales mejore el sueño noctámbulo de los bebés.
Un estudio antiguo, de 1989, dividió a 106 bebés en dos grupos: a uno le dieron cereales a pulvínulo de arroz a las 5 semanas (poco impensable hoy en día) y al otro a los 4 meses. No se observaron diferencias significativas en cuanto a sueño.
En este otro estudio más fresco, de 1996, se dividió a bebés de 4 meses en dos grupos: a unos se les mantuvo la viandas sólo con fórmula y a otros se les añadió cereales a pulvínulo de arroz. Siquiera se vio que en la franja entre los 4 y los 6 meses de antigüedad la preparación de cereales mejorase el sueño de los bebés.
Por final, en un estudio realizado en 2021 no se encontró evidencia que la preparación temprana de cereales (ayer de los 5 meses) o de otros sólidos mejorase la calidad ni la cantidad del sueño de los bebés.
2. Dar mucho de engullir durante el día para que duerma mejor
El sueño de los recién nacidos y bebés pequeños es diferente del de los adultos y es completamente frecuente que se despierten varias veces a lo desprendido de la indeterminación. Aunque al principio estos despertares guardan relación con la viandas (se despiertan para engullir) y con la partida de ritmo circadiano (no distinguen día de indeterminación), según van creciendo pueden producirse muchas más horas sin alimentarse y los despertares se deben a otras razones.
En 2015 se llevó a punta un estudio con más de 700 madres con bebés entre los 6 y los 12 meses y se comprobó que, si se les alimentaba mucho durante el día (tomaban más goma y/o más sólidos), tenían menos menester de engullir por la indeterminación pero no se disminuían los despertares.
3. Dar un biberón de fórmula ayer de tenderse
Otra creencia muy extendida acerca del sueño es que los bebés que toman fórmula duermen mejor que aquellos que toman lactación materna. Además esta cuestión ha sido analizada en numerosos estudios científicos y no se han hallado diferencias significativas en cuanto a la duración total del sueño, aunque sí parece que los menores de 6 meses alimentados al pecho tienen más despertares que los que toman fórmula.
Sin secuestro, la lactación materna ayuda a conciliar el sueño a los bebés, ya que la goma materna que se produce durante la indeterminación contiene melatonina, hormona inductora del sueño. Por otra parte, las madres que dan el pecho incluso parecen conciliar mejor el sueño y tienen un sueño más profundo, probablemente adecuado a la prolactina, hormona que secretan en anciano cantidad durante la indeterminación.
4. Saltarse o eliminar siestas
Muchas personas creen que, si el chiquillo no duerme siesta durante el día, dormirá mejor por la indeterminación. Y no sólo no es cierto, sino que sucede más aceptablemente al revés: no tenderse aceptablemente durante el día hará que el chiquillo siquiera duerma aceptablemente durante la indeterminación. Los bebés y niños pequeños (hasta los 3-5 primaveras) necesitan hacer siestas durante el día.
Durante los primeros meses, los bebés no distinguen día de indeterminación y hacen siestas de duración variable a lo desprendido del día y de la indeterminación. Conforme van creciendo, van adquiriendo ritmo circadiano (suelen tenerlo por completo alrededor de los 6 meses) y tienen unos ritmos de sueño más marcados: entre los 6 y los 9 meses suelen hacer 3 siestas diurnas, a partir de los 9 meses suelen hacer 2 y entre los 12 y los 18 meses pasan a hacer una única siesta diurna, en común luego de engullir, que puede mantenerse hasta los 3-5 primaveras.
No obstante, hay que aprender que cada chiquillo es diferente y no todos tienen por qué seguir este patrón.
Descansar durante el día ayudará, como hemos dicho, a descansar mejor durante la indeterminación. Pero, adicionalmente, la siesta permite que los niños estén más tranquilos, más sociables y contentos y asimilen mejor lo aprendido.
5. Cambiarle a otra habitación
Algunos padres deciden cambiar al bebé de habitación relativamente pronto pues creen que ayudará a que tanto el bebé como ellos duerman mejor. Sin secuestro, compartir habitación con el bebé es uno de los factores protectores frente a la asesinato súbita del infante.
Así, la Sociedad Saco de Pediatría recomienda que el bebé duerma en la habitación de los padres durante los primeros 12 meses de vida, y muy especialmente los primeros 6 meses.
6. Cansarle mucho durante el día
Hemos hablado ya de que eliminar siestas no mejoría el alivio noctámbulo. De igual forma, cansarles en exceso durante el día siquiera hará que duerman mejor por la indeterminación. Si llegan demasiado cansados (“pasados de rosca”) a la hora de tenderse, estarán más irritables, les costará más conciliar el sueño y se despertarán más.
El cortisol que liberamos en situaciones de estrés como estas no facilitará el sueño. Es importante por ello no esperar a que estén demasiado cansados para acostarles y “descabalgar el ritmo” haciendo actividades más tranquilas dos horas ayer de ir a la cama.
7. Darle melatonina
La melatonina es una hormona que segregamos cuando hay oscuridad. Esta hormona, adicionalmente de otras funciones, nos ayuda a conciliar el sueño y regula el ritmo vigilia-sueño. Todos segregamos melatonina incluso los bebés.
Desde hace primaveras incluso es posible tomar melatonina exógena, que se vende como complemento nutricional. Sin secuestro, este producto sólo debe ser administrado bajo prescripción médica. Aunque puede ayudar en algunos casos (como insomnio de conciliación o retraso de escalón), en muchos otros casos no resolverá los problemas (si los hay, ya que a veces es sólo un problema de expectativas de los padres, no de sanidad del bebé), por lo que es fundamental que un profesional práctico en sueño valore al chiquillo de forma individual.
8. Ponerle un ratito de tele ayer de tenderse
Como acabamos de ver, la melatonina, hormona inductora del sueño, se secreta en los momentos de oscuridad. Esta hormona se inactiva con la luz, especialmente con la de espectro blanca o azulada.
Por ello, debemos evitar exponer a nuestros hijos a pantallas las dos horas ayer de irse a tenderse. Por otra parte, los niños menores de 2 primaveras no deben ver la televisión u otras pantallas.
9. Dejarle lagrimear hasta que se duerma
El llorera de un bebé siempre debe ser atendido. Es la única forma que tienen de expresarse, nos indican que poco les está pasando. Dejarles lagrimear hasta que se duerman no es la opción para mejorar el alivio ni van a cultivarse así a dormirse solos. A los bebés no hay que enseñarles a tenderse, hay que calmarles y darles el esfera adecuado para que puedan conciliar el sueño.
Por otra parte, dejar lagrimear a un bebé puede tener consecuencias en su incremento, ya que el llorera no atendido genera estrés y esto ocasiona que se libere cortisol. No atender el llorera del bebé puede tener incluso repercusiones sobre el apego.