Una vez te has embarcado en el inmenso mundo de la maternidad y te planteas el repetir, la primera pregunta que aparece en tu mente es «cuánto tiempo deberían usar los hermanos«.
Seguramente lo primero que hagas sea evaluar tu propia experiencia (en caso de que tengas hermanos), la de tu pareja, y probablemente preguntes a amigos cercanos. Claramente su opinión dependerá de su propia experiencia, y aunque al final lo importante son las circunstancias de cada grupo, es bueno tener en cuenta a qué nos enfrentamos si nuestros hijos se llevan poca o mucha diferencia de años.
¿Es mejor que los hermanos se lleven pocos primaveras de diferencia?
La respuesta depende del momento en el que se mire: al principio y para los padres, puede ser una época agotadora: tener un bebé cuando el decano aún es pequeño y muy dependiente, supone sumar varios primaveras de noches en vela, cambios de pañal y todo lo que fondo los primeros primaveras de crianza.
Incluso puede trasladar un sentimiento de omisión conveniente importante por percatar que dejas de estar en monopolio para tu primer hijo demasiado pronto, cuestión que suele ser más global de lo que imaginamos, pero que desaparece en cuanto comprobamos que el bienquerencia se multiplica, así como nuestra capacidad de hacer varias cosas a la vez.
Sin bloqueo, además trae consigo una superioridad que descubriremos con el transcurrir del tiempo, y es que aunque es una época muy intensa, cuando se supera, prácticamente sucede de un día para otro y tienes a los dos niños convirtiéndose en pequeñas personitas autónomas casi a la vez.
Desde la óptica de los niños, puede significar el tener el compañero de juegos valentísimo casi desde el momento en el que empezamos a tener uso de razón.
Desde la óptica de los niños, puede significar el tener el compañero de juegos valentísimo casi desde el momento en el que empezamos a tener uso de razón. Yo lo viví en casa con mis dos hermanos menores (se llevaban 18 meses), y eran inseparables porque su ritmo de crecimiento se hizo conveniente similar. Aunque obviamente llevarte muy poco con tus hermanos no es seguro de usar admisiblemente cuando creces, sí que te asegura una preliminares muy específico al compartirlo todo con tu hermano.
¿Y qué pasa si los hermanos se llevan muchos primaveras?
Del otro banda de la báscula, está el tener hijos con más diferencia. En militar se suele pensar que a partir de cinco primaveras pueden sobrevenir más dificultades para que los hermanos compartan por radicar etapas muy diferentes, pero una vez más, todo depende desde la óptica que se mire.
Por parte de los padres, tenemos más tiempo para disfrutar de nuestro primer hijo. Dedicarle en monopolio esos primaveras es un regalo tanto para ellos como para nosotros y nos permite, de cierta forma, «recuperarnos» completamente a nivel físico y emocional de todos los cambios que suponen el traer un bebé al mundo.
Al demorar el segundo hijo, ya tendremos toda esa experiencia mucho más asentada y disfrutaremos del segundo de una forma muy específico por tener de nuevo a un bebé en casa. Es vivirlo de una forma más pausada, habiendo comprobado perfectamente que la época de «bebé» se pasa muy rápido.
Al demorar el segundo hijo, ya tendremos toda esa experiencia mucho más asentada y disfrutaremos del segundo de una forma muy específico por tener de nuevo a un bebé en casa
Para los niños supone otra experiencia totalmente distinta en cuanto a la relación entre hermanos. En muchas de las ocasiones en que lo pregunté a amigos con hermanos muy mayores (cuando estábamos pensando en tener otro bebé), escuché un «es mi apoyo más importante». Todos esos primaveras que ya ha vivido el decano suponen un educación que puede transmitir a su hermano de una forma en la que los padres difícilmente podríamos hacerlo.
¿Hay una diferencia de años ideal entre hermanos?
Obviamente, los primaveras que se lleven entre hermanos sí que marca algunas diferencias en la forma en la que nos organizamos y en el crecimiento de vínculos entre ellos, pero como tal, no existe una años ideal de edades entre hermanos. Todo depende de las circunstancias y del medio ambiente común y lo que puede ser ideal para una grupo puede no serlo para otras.
No olvidemos que estamos hablando de la concepción de un bebé, y todos los que hemos pasado por esto sabemos que el «maravilla de la vida» ocurre cuando tiene que ocurrir, ni más, ni menos. Puede que surja ayer de lo que planeas, o que, por el contrario, se tarde más. Independientemente del momento en el todos los astros se alineen y el tan esperado hermanito se anuncie a través de las dos rayas del test de turbación, una cosa sí que os puedo consolidar: tener un hermano es el mejor regalo de vida que te pueden hacer tus padres e independientemente de la diferencia de años que tengas con ellos, las vivencias y los expresiones juntos serán únicas e igual de enriquecedoras.