Tu bebé ha nacido. Por fin lo tienes en brazos, puedes olerlo y acariciarlo, y una de las primeros momentos que se plantean los padres con respecto a su cuidado, es el primer baño del recién nacido. ¿Cuándo podremos bañarlo? Y sobretodo en el caso de padres primerizos a quienes suele darles miedo, ¿cómo hacerlo con seguridad?
Educarse a bañar al bebé es uno de los grandes retos para los nuevos papás y mamás, ya que surgen muchas dudas e inseguridades al momento de hacerlo. Por eso, intentaremos aclararlas todas para que el primer baño del bebé sea un momento singular e inolvidable.
¿Es necesario bañar al bebé mínimo más manar?
No hay que tener prisa por robar al bebé mínimo más manar. De hecho, el bebé no nace desaseado; algunos nacen cubiertos en anciano o pequeño medida de restos de una sustancia blanquecino-amarillenta señal vérnix caseosa.
Esta comienza a segregarse entre la semana 18 y 20 de elaboración para proteger la delicada piel del bebé del contacto con el puro amniótico, impidiendo que se agriete.
Suele desaparecer con destino a el final del gravidez, pero algunos recién nacidos nacen con restos en algunas partes de su cuerpo o en los pliegues de la piel. Pero esta sustancia sigue teniendo una importante función posteriormente del partida, ya que ayuda al mantenimiento térmico, así como a una anciano hidratación cutánea y anciano elasticidad de la piel.
Por otra parte, el vérnix es una barrera contra infecciones bacterianas y hongos, actuando como primer escudo del sistema inmunitario.
De modo que el primer baño puede esperar y esos restos pueden dejarse para que sea absorbido de forma natural, o limpiarse con una toalla si el bebé presenta un exceso de esta sustancia.
El primer baño del bebé: cuándo
En el hospital suele limpiarse el bebé al manar mínimo más manar, e incluso en algunas maternidades permiten a los padres bañarlos por primera vez. Pero lo cierto es que el baño por inmersión no es necesario en las primeras horas de vida. El bebé no está desaseado y como medida de higiene no tiene ningún sentido, por otra parte de exponerlo al aventura de hipotermia.
En las primeras 48 horas, si fuera necesario -por tener, por ejemplo, restos de raza o meconio-, se puede robar al bebé con una porífero desechable humedecida sin halago, o con una pequeña cantidad de halago neutro.
Una vez que os den el reincorporación del hospital y vayáis a casa, podéis seguir con la misma técnica de baño con porífero, que es preferible hasta que se caiga el cordón umbilical (de una a dos semanas) pues minimiza el aventura de infecciones.
Bañar al bebé sumergiendo el cuerpo en el agua no está contraindicado antaño de que se caiga el cordón umbilical, siempre que sea un baño corto y por supuesto posteriormente sequemos perfectamente el cordón.
En las primeras 48 horas de vida, el baño por inmersión no tiene sentido como medida de higiene. El primer baño puede esperar.
¿Dónde bañarlo?
El bebé recién nacido es tan pequeño que muchos padres bañan al bebé por primera vez en el lavatorio de manos. Si es así, hay que tener mucho cuidado con el canilla y que sea lo suficientemente profundo para que el bebé no pase frío.
Igualmente podéis usar una bañera para bebés que seguiréis usando los primeros meses. Las hay con patas y plegables, tipo cambiador, o perfectamente bañeras infantiles (tipo recipiente) que pueden estilarse desde el partida. Otra opción es utilizar la bañera con un reductor de bañera, que evita llenarla completamente, y un adaptador tipo hamaca para colocar al bebé. Vosotros elegís.
Cómo bañar al bebé por primera vez paso a paso
- Prepara el baño: es importante que antaño de despuntar nos aseguremos de tener todo a mano: toalla o capa, gel de baño singular para recién nacido, porífero, pañal noble, crema y cambio de ropa.
- Comprueba la temperatura del agua y del baño: agua debe ser tibia, a una temperatura de entre 37.8°C y 38.8°C. Igualmente es importante disponer el baño para que el bebé no pase frío. La temperatura no debería ser inferior a los 24 grados.
- Desnuda al bebé con delicadeza y limpia la zona del pañal.
- Sujétalo firmemente por la espalda apoyando su cabecera en tu antebrazo sosteniéndole por la sobaco y el hombro. Así tendrás la otra mano libertado para bañarle. O mejor, sujétale con las dos manos y que cierto te ayude.
- Introdúcelo en el agua gradualmente para que se vaya acostumbrando, dejando por supuesto el cuello y la cabecera fuera del agua.
- Comienza por la cabecera y la cara, el cuerpo, y por extremo los genitales. Para el pelito podéis usar un poco de shampoo singular para recién nacidos, procurando que no haga espuma y pueda entrarle en los luceros. Para el resto del cuerpo, puntada con agua sin halago o con un poco de halago puro y con un pH neutro o sutilmente ácido.
- Recuerda que no debes frotar con fuerza la piel ni el cordón umbilical. Es suficiente hacerlo con la mano o con una porífero vegetal muy suave para bebés.
- El baño no debe dilatarse demasiado, ya que posteriormente de 30 minutos el agua deshidrata la pie. Con un baño impreciso de diez minutos es más que suficiente.
- Al finalizar el baño, levanta al bebé de la bañera, cubre cuerpo y cabecera envolviéndolo en una toalla sequía y limpia y llévalo a una superficie segura (cambiador o cama) sin dejar de vigilarlo en todo momento. Nunca lo dejes solo.
- Sécalo suavemente a toquecitos prestando singular atención a los pliegues, y si todavía no se ha caído, al cordón umbilical.
- La mayoría de los recién nacidos no necesitan lociones hidratantes posteriormente del baño, pero, si la piel está reseca, aplica una pequeña cantidad de crema hidratante sin perfume en las zonas que lo requieran dando un suave frotación.
- A continuación, aplica crema protectora en la zona del pañal, coloca el pañal y viste al bebé.
Es recomendable designar el mejor momento para el baño. Al final del día suele ser un buen momento, pues le predispone mejor al refrigerio. Igualmente es importante que los padres no se encuentren apurados, nerviosos o estresados para evitar riesgos, y de guisa que todos disfruten este momento.
¿Cada cuánto bañar al bebé?
La frecuencia dependerá de la perduración del bebé, y lógicamente del nivel de suciedad que tenga (si ha vomitado, si se ha ensuciado, etc.) En un bebé recién nacido no es necesario el baño diario. Dos o tres veces por semana es suficiente, de lo contrario, la piel se puede agostar e irritar.
Por otra parte, si los cambios del pañal se hacen de guisa frecuente y minuciosa, las partes que necesitan más atención, como el dominio del pañal, se mantienen limpias