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Los niños con autismo sufren cuatro veces más bullying: qué está fallando

29 septiembre, 2023

El bullying es un engendro prevalente y horrible para todas las víctimas que lo sufren, que adicionalmente, es especialmente prevalente en los niños con autismo, ya que éstos son acosados entre tres y cuatro veces más que los niños sin autismo.

Esta es una de las conclusiones del documentación «Situación del alumnado con trastorno del espectro del autismo. Curso 2020/2021», que igualmente concluye que la forma más popular del bullying es la pega social, que sufren el 32% de los chicos y el 37% de las chicas con autismo.

El acoso verbal y físico son las otras dos formas de violencia que más experimentan, sobre todo los chicos. Son numerosos los estudios que evidencian esta triste existencia, la cual aparece más allá del contexto escolar, igualmente en adultos. ¿Qué hay detrás de todo esto y qué está fallando?

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Los niños con autismo son acosados entre tres y cuatro veces más que los niños sin él

Los datos son alarmantes. El citado documentación, que recogió la opinión de 1.100 profesionales, familias y estudiantes con TEA de 18 comunidades y ciudades autónomas, igualmente indica que el 12% de los estudiantes con TEA dicen activo sufrido al menos una situación de acoso escolar, y que el 6,5% ha experimentado más de una.

Los estudios son innumerables. Hemos recogido algunos de los más importantes, como un estudio realizado en 2011 y publicado en el Journal of Autism and Developmental Disorders, que mostró que casi la parte (46,3%) de los alumnos con autismo sufren o han sufrido acoso escolar.

Otro trabajo de campo realizado en el Reino Unido en 2013, encontró que, de un clase de más de 800 niños con autismo, el 77% estaba experimentando acoso escolar en el momento del estudio. Por su parte, un metaanálisis de 2015 publicado en Autism Research reveló que del 40 al 90% de los niños con autismo son acosados, en comparación con el 10-40% de los niños sin autismo.

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La Dirección de gala para profesorado y familias, Acoso escolar y Trastorno del espectro del autismo, elaborada por la Confederación  de Autismo en España concreta más e informa que los niños con autismo son cuatro veces más acosados que los que no lo tienen, especialmente entre las edades comprendidas entre los 11 y 13 primaveras, cuando se pasa de Primaria a Secundaria.

Encima, revela, hay una longevo prevalencia del acoso en autismo de calidad leve, y más en chicos que en chicas.

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Pero, ¿cuándo se da este acoso? ¿Quién es el asaltante? La citada agenda ofrece datos más concretos del tipo de acoso que reciben estos niños, y especifica lo subsiguiente:

«Las personas en rol de asaltante suelen pertenecer al mismo curso que la persona en rol de víctima, con longevo frecuencia en centros ordinarios que en centros de educación exclusivo, y en espacios y tiempos con poca estructura y supervisión, como el comedor, el patio, cambios de clase o los baños».

Acoso más allá de las escuelas

Pero el acoso no se da sólo en el contexto escolar. Un metaanálisis de 2022 publicado en la revista Trauma, Violence & Abuse, encontró que el 84% de los niños y adultos de entornos clínicos y comunitarios con autismo sufre diferentes tipos de victimización, entre los que se incluyen intimidación, victimización sexual, ciberacoso y agresiones como parte de delitos.

Concretamente, se encontró que el 47% eran víctimas de acoso; el 16%, víctimas de exceso pueril; el 40%, víctimas de exceso sexual, y el 13% víctimas de ciberacoso. El 84% era la prevalencia total de las personas víctimas de múltiples formas de acoso y violencia.

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Causas del bullying en niños con autismo

La responsabilidad aquí siempre es del acosador y del sistema que defecto, pero vamos a tratar de arrojar un poco de luz a por qué los niños con autismo son más vulnerables a sufrir bullying (remotamente, por supuesto, de justificarlo).

1. Vulnerabilidad y características del autismo

Las características del autismo configuran en parte esta vulnerabilidad (aclaramos que hablaremos de generalidades, entendiéndose que los niños con autismo pueden ser muy diferentes entre sí). Para principiar, estos niños tienen dificultades para comunicarse y relacionarse. Por ejemplo, se pueden abocar a los demás de forma anómala.

En mi experiencia profesional, llevé el caso de un peque que para acercarse a los otros niños, dejaba algún objeto a su flanco para que «le saludaran», sin proponer nadie, y reminiscencia igualmente otro que pegaba porque lo que quería proponer era «aquí estoy, quiero retar con vosotros». Por otro flanco, igualmente pueden no mostrar interés por los demás.

Les cuesta mirar a los luceros, pueden ayudar un tono de voz monocorde (sin variarlo nunca), mostrar una error total de expresión facial, sin hacer gestos, y igualmente les cuesta entender la ironía, los gestos y el verbo corporal de los demás, lo que dificulta aún más la interacción.

Encima, les cuesta ajustarse a las situaciones sociales, compartir juegos imaginativos o descanso simbólico con los demás y, en definitiva, hacer amigos.

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Por otro flanco, muestran patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades, que se manifiestan por ejemplo con intereses muy restringidos (solo quieren retar a una cosa en concreto, o cuchichear de poco en concreto, normalmente un tema poco habitual).

Son igualmente muy inflexibles y presentan estereotipias, que pueden ser movimientos repetitivos (el clásico «aleteo»), alinear los juguetes o cambiar de ocupación los objetos. Tienen una acento idiosincrásica (poco popular, en la que se pueden inventar palabras), ecolalia (repiten lo que escuchan), etc.

Encima, muestran hipo o hipersensibilidad a los estímulos (se abruman con los sonidos, las luces…) o, encajado lo contrario, muestran un interés inhabitual por aspectos sensoriales del entorno.

Todas estas características pueden ser percibidas por el resto de alumnos como «extrañas» (adicionalmente de que la ignorancia hace mucho daño), convirtiéndose estos niños, tristemente, en blanco realizable para los acosadores.

2. 1 de cada 3 estudiantes con TEA no sabe identificar el acoso

El documentación mencionado en la preparación reveló que uno de cada tres estudiantes con autismo no sabe identificar el acoso escolar, y que a las chicas les cuesta más identificar que a los chicos. Así, vemos cómo su percepción del acoso no corresponde con la existencia, poco que alimenta aún más el problema.

3. Yerro formación específica en TEA

Un problema añadido a todo esto es que el personal docente no accede a formación específica sobre el TEA por parte del sistema educativo y tiene que autofinanciarse esta preparación en la mayoría de los casos. Esto, lógicamente, alimenta aún más el problema y perjudica la atención que los estudiantes pueden percibir en el caso de estar siendo víctimas de bullying.

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Necesitamos prevención y protocolos actualizados

Según el citado documentación, y para dar respuesta a la violencia en el entorno escolar, el 74% de los centros educativos ordinarios dispone de protocolos de gala frente al acoso, pero solo el 40% de las familias considera que las medidas que se llevan a término son bártulos.

Autismo España reivindicó la pobreza de sensibilizar a la sociedad y de «adaptar herramientas de autodetección de situaciones de acoso a las características de estos alumnos». Todavía pidió introducir programas de prevención del acoso y promoción de la convivencia en los centros escolares que contemplen al alumnado con TEA e identificar estrategias de afrontamiento y buena experiencia delante situaciones de acoso escolar.

Lo que está claro es que faltan medidas de gala, protocolos específicos actualizados, y muchísima formación para los profesores, que se encuentran sin herramientas para encarar la situación.

La importancia de educar en títulos y variedad

Por otro flanco, fomentar la variedad y la inclusión y educar en emociones y títulos a los niños desde que son pequeños, y vislumbrar el autismo, concienciar sobre él para que los niños entiendan de qué se proxenetismo y respeten esta condición, igualmente son utensilios cruciales para avanzar.

Y termino con una consejo; los niños con autismo merecen respeto igual que cualquier peque, ¿por qué ellos son «los diferentes»? ¿Casualidad no lo somos todos? Tenemos que enseñarle a los niños que todos podemos ilustrarse de todos, todos tenemos poco valioso que aportar y nadie es menos que nadie.

Finalmente, igualmente debemos ofrecer a los niños con autismo herramientas para que puedan identificar y denunciar las situaciones de bullying sufridas.

Foto | Portada (Freepik)