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Los 10 grandes errores que cometen los padres al intentar aplicar la crianza positiva con sus hijos

23 octubre, 2023

La Disciplina Positiva es un maniquí educativo que está ganando cada vez más popularidad entre las familias que quieren educar a sus hijos de forma respetuosa, sin gritos ni castigos. Son cientos los artículos sobre crianza positiva que podemos encontrar en Internet y redes sociales, y algunos incluyen tips y herramientas para aplicarla en nuestro día a día.

Pero criar en positivo es mucho más que seguir una serie de consejos de manual. Es necesario «desviarse» de esta filosofía, conocer los principios sobre los que se asienta y formarse para poder ponerla en actos de la mejor forma posible.

Si no es así, corremos el peligro de caer en una serie de errores como los que a continuación mencionamos:

Los 11 errores más comunes que cometemos los padres en la crianza de los hijos

Querer cambiar la conducta del chaval (cuando los que debemos cambiar somos nosotros)

Uno de los grandes errores que podemos cometer al intentar aplicar la crianza positiva es poner el foco en el chaval y en su comportamiento, sin ser conscientes de que somos los adultos quienes tenemos que cambiar nuestra examen alrededor de la infancia.

De este modo, cuando conseguimos ver más allá de la conducta nos damos cuenta de que todo lo que hace o deja de hacer el chaval es fruto de una mala intrepidez como consecuencia de una requisito que no está siendo cubierta.

Por eso es fundamental dejar a un costado expresiones como «pórtate proporcionadamente» o «haz caso», y trabajarnos nosotros mismos como adultos analizando cuál es nuestro de talante cuando nos dirigimos a nuestros hijos, cómo les hablamos, cómo de ‘presentes’ estamos o cómo cubrimos sus evacuación. Una vez hecho este control será más obediente «conectar» con los hijos y desde esa conexión, corregir.

Despabilarse resultados inmediatos

En normal, cuando nos embarcamos en cualquier proceso con una meta final (como por ejemplo, perder peso, tonificar nuestros músculos, instruirse idiomas…) queremos que los resultados sean inmediatos.

Sucede lo mismo con la crianza positiva: empezamos con muchas ganas e ilusión y con la esperanza de que se trate de un proceso corto, rápido en dar frutos y con resultados palpables.

Pero educar de forma respetuosa, sin gritos, castigos y en conexión es una tarea compleja que requiere de tiempo, paciencia y mucho trabajo interior. Los resultados no se ven en el muy corto plazo, pues lo que se escudriñamiento con la crianza positiva es, sobre todo, formar y educar de modo responsable para el futuro.

Creer que aplicando herramientas de forma aislada estamos educando en positivo

crianza positiva

La Disciplina Positiva cuenta con herramientas maravillosas para ayudar a los padres a educar de forma respetuosa: la rueda de las opciones, el tiempo fuera positivo, las juntas de comunidad, las preguntas de curiosidad…

Sin duda son medios fantásticos que nos pueden cumplimentar un gran apoyo en determinados momentos, pero no lo son todo. Cuando criamos y educamos lo hacemos durante las 24 horas del día, y no solamente cuando echamos mano de alguna de estas herramientas.

Por eso, es importante que en todo momento seamos consciente del ejemplo que damos a nuestros hijos, y eduquemos siempre basándonos en los principios de conexión, respeto, amabilidad y firmeza.

No poner límites o poner límites confusos

Los niños necesitan límites para conocer cómo interpretar en sociedad y crecer seguros y confiados. Pero estos límites deben ser claros, proporcionados a su vida y respetuosos para todos.

Con frecuencia, a la hora de educar en positivo caemos en el error de relacionar el concepto «límites» con «autoritarismo». Pero carencia más remotamente de la efectividad. Los límites pueden (y deben) ser puestos con amabilidad y firmeza al mismo tiempo, definiéndolos correctamente e involucrando a los niños siempre que sea posible.

Criar y educar con amabilidad y empatía no significa ser permisivos: por qué los límites son necesarios y cómo ponerlos con respeto

Ser amables, pero no firmes al mismo tiempo

crianza positiva

Hay padres que creen que educar en positivo es tener continuamente una sonrisa en los labios, no alzar la voz y hacer atavío de una infinita paciencia a la hora de tratar con los hijos.

Pero nadie es consumado, y si nos cargamos cada día un poco más, tarde o temprano acabaremos estallando.

De este modo, es obediente concluir bailando entre dos bandas: primero, somos excesivamente amables hasta que la paciencia se nos desborda, y entonces estallamos en forma de gritos, palabras hirientes o acciones de las que luego nos arrepentimos.

La secreto de la crianza positiva es el contrapeso entre amabilidad y firmeza; es opinar, criar desde el respeto mutuo, evitando caer en los extremos.

Tratar con respeto al chaval, pero acaecer por stop sus faltas de respeto a los demás (y a nosotros)

crianza en positivo

Uno de los principios secreto de la crianza positiva es el respeto. Pero cuando hablamos de «respetar» no nos referimos solamente a respetar al chaval, sino incluso al resto de personas que le rodean, incluidos nosotros mismos.

Y es que a menudo nos convertirnos voluntariamente en poco así como «sacos de pugilismo» sobre los que el chaval descarga su frustración, permitiendo que nos grite, falte al respeto o mano comentarios hirientes. Si proporcionadamente hay que entender este tipo de comportamientos por parte del chaval (su cerebro es puramente emocional e  inmaduro), criar en positivo no significa tolerarlo o permitirlo: el respeto debe primar siempre, pero en todas las direcciones.

Creer que la emoción justifica cualquier hecho

Como decíamos en el punto previo, los niños son puramente emocionales y necesitan tiempo y educación para controlar sus emociones. Esto les puede resistir a explotar en rabietas en cualquier momento, desbordarse emocionalmente, enfadarse, frustrarse…

La crianza positiva pone el foco en la importancia de validar esas emociones y flanquear al chaval a la hora de transitarlas. Distinguir enojo, celos, frustración o enfado está proporcionadamente, no hay que esconderlo ni acallarlo.

Pero no debemos confundir el cortejo respetuoso con la motivo de ciertas acciones derivadas de esa emoción que perjudiquen a otros o al entorno (por ejemplo, cuando fruto de una rabieta, el chaval da un portazo, grita o molesta en un sitio sabido, rompe poco, agrede a otros niños, desliz al respeto…).

"Las emociones son aliadas y no hay que obligar al niño a reprimirlas": por qué debemos educar con inteligencia emocional

No dedicarnos tiempo a nosotros mismos

Cuando dedicamos todos nuestros esfuerzos y energías a criar y educar a los hijos, es obediente olvidarnos de nosotros mismos. Pero uno de los principios básicos de la Disciplina Positiva es, precisamente, la importancia de cuidarse para poder cuidar.

Nuestros hijos no quieren padres sacrificados, extasiados y al borde del agotamiento físico y emocional. Lo que nuestros hijos necesitan son padres que por otra parte de educarles y criarles con simpatía y respeto, se respeten y se amen a sí mismos. Porque una cosa siempre va a estar ligada a la otra.

Dar autonomía, pero no flanquear en el camino

autonomía

Otro de los principios básicos de la crianza positiva es fomentar la autonomía de los niños y no hacer las cosas por ellos. Pero todo proceso conlleva tiempo y educación, por lo que no podemos pretender que de la oscuridad a la mañana nuestros hijos «vuelen solos» si nunca antiguamente les hemos cedido la confianza y independencia para hacerlo.

Para fomentar la autonomía del chaval debemos emprender poco a poco, animándole a colaborar en tareas acordes a su vida y capacidad, y dándole la oportunidad de tomar sus propias decisiones en algunos aspectos.

Por nuestra parte, es fundamental ser pacientes con sus ritmos y no intervenir si no nos lo piden, pero al mismo tiempo permanecer a su costado y acompañarles en este maravilloso e importante camino que deben recorrer.

No respetar sus decisiones o criticarlas

Como acabamos de mencionar, un pilar importante de la autonomía del chaval es el poder tomar sus propias decisiones en determinados aspectos. Pero en normal, esto es poco que a los padres suele costarnos proporcionado y con frecuencia caemos en el error de estar «demasiado encima» de los hijos, creyendo que eso les favorece.

Por qué es importante que los niños tomen sus propias decisiones y cómo podemos fomentarlo, según su edad

Otro error frecuente es respetar las decisiones que toman, pero «a medias», es opinar, emplear cuando cometen un error para murmurar su intrepidez de forma más o menos sutil, con frases como «te lo dije» o «ya te lo advertí», o simplemente con nuestra expresión y gestos no verbales.

En extracto…

La crianza positiva es una forma maravillosa de educar a los hijos, que implica respeto alrededor de ambas partes, conexión y cortejo para que el chaval fomente su autonomía y vaya descubriendo poco a poco sus capacidades.

Esta forma de criar implica mucho trabajo interior, empezando por la importancia de cambiar nuestra examen alrededor de el chaval y ver más allá de su comportamiento.

Como padres es frecuente que cometamos errores (¡todas las personas erramos alguna vez!), pero entender de dónde vienen y cómo podemos solucionarlos es secreto para ayudarnos a mejorar y criar hijos felices.