La temporada navideña en muchas ocasiones se presta a que nosotras o bien la familia le afirmen a nuestros hijos que sean buenos o bien no les van a traer regalos, o bien peor todavía, los conminan con traerles un pedazo de lignito.
No falla en las temporadas navideñas, a los pequeños conocidos y ignotos los bombardean con el habitual “¿has sido bueno?” “¿has sido buena?” “mira que a los que no son buenos no les traen nada Los Reyes /Santa Claus.”
Parece una costumbre inofensiva mas realmente es esencial cuestionarnos esas actitudes que repetimos en ocasiones sin meditar.
Los regalos de Navidad no son un “premio”. Para mi son una demostración de cariño y de celebración por estar juntos en familia.
Por otra parte, el buen comportamiento no se logra a base de regalos o bien castigos, más bien se fundamenta en la comunicación, en el ejemplo y en lograr que nuestros hijos prosigan las reglas de la casa pues deseen hacerlo, no pues tengan temor a las consecuencias.
Por ponerte un caso, ¿qué piensas que es mejor? ¿un pequeño que hace su cama todas y cada una de las mañanas pues sabe que de esta manera hace su parte a fin de que la casa esté ordenada y pues sabe que es una forma de cooperar, o bien un pequeño que hace la cama pues le prometieron un premio?
Obviamente en el segundo caso va a tratar de hacer la actividad mientras que consigue la recompensa, cuando la recibió, así sea en Navidad, Reyes o bien su aniversario, no va a tener interés en hacerlo nuevamente, salvo que le pongamos enfrente otro premio.
Igual sucede con los castigos, un pequeño que recoge la mesa tras la cena pues si no cumple con sus deberes le quitarán la playstation no conseguirá integrar el valor de hacer su parte en la casa en tanto que lo ve como algo que hay que hacer a fin de que no te castiguen, no como una parte de asistir y formar parte de una familia.
Por otro lado, el hecho de que haya “un ente mágico” observando todo el tiempo el comportamiento de alguien, me da mucho mal rollo.
Por tanto no utilicemos la Navidad como moneda de cambio con nuestros hijos ¿no es mejor gozar sin más ni más de las fiestas, de los regalos y de las familias?