Los pequeños son muy influenciables y su atención puede fijarse muy velozmente, las pantallas, por poner un ejemplo, son la trampa idónea para captar su atención. Y acá viene lo peor, lo bastante difícil que puede ser desenganchar a los pequeños de las pantallas.
Es muy habitual que los pequeños hallen actividades que les parezcan interesantes y velozmente se vean habituales a ellas. Nuestro deber como progenitores es ponerles límites sanos, para asegurar su buen vivir.
Solo que puede resultar verdaderamente complicado localizar el punto en el que estos gocen sanamente su actividad, singularmente si charlamos de pantallas. Mas, por poner un ejemplo, si tenemos pequeños pequeños, una casa de la web de las casas infantiles, va a ser excelente a fin de que se diviertan y aumenten la inventiva.
Ahora bien, si ya tienes un hijo enganchado a las pantallas, prosigue leyendo para saber de qué manera desengancharle de forma sana y eficaz.
¿Cuáles son las razones para desenganchar a los pequeños de las pantallas?
No es que sea malo que usen pantallas, en verdad, hoy en día es muy normal y se volverá parte esencial de su vida rutinaria. El inconveniente viene cuando estos se enganchan, o sea, no se quieren separar de ellas.
Un dicho bien conocido relacionado con esto es el siguiente: “todo en demasía es malo”. Y es que sí, todas y cada una de las cosas tienen un límite sano, un punto en el que abusar de ellas nos perjudica. Es simple que los pequeños abusen de ciertas cosas, y en semejantes casos, hay que actuar.
El no desenganchar a los pequeños de las pantallas a tiempo puede llegar a producir múltiples inconvenientes. De exactamente la misma forma en la que les viene mal comer demasiados caramelos, demasiado tiempo frente a una pantalla es perjudicial para ellos.
Posibles daños que causan las pantallas a los niños
Aunque las pantallas tienen sus utilidades y sus ventajas, no es para abusar de ellas. Por ejemplo, ciertos videojuegos pueden aumentar la atención de los niños, y en la TV se pueden encontrar ciertos programas educativos.
El exceso de tiempo viendo pantallas puede dañar su visión, debido a la luz azul. El sonido muy alto durante mucho tiempo puede dañar su audición, especialmente si lo tienen en sus oídos como en el caso de los auriculares.
De exactamente la misma forma en la que los videojuegos pueden mejorar su concentración, otros medios pueden dañarla. También se ha visto que pueden llegar a desarrollar vicios menores por ciertos videojuegos o actividades específicas.
Para ello están los límites, que deberán ser principalmente de tiempo, ya que la causa principal de los daños es el tiempo en exceso. Para ello hay recomendaciones profesionales que deberías seguir.
Cantidad de tiempo recomendada según la edad
Dependiendo de la edad del niño, se deberán poner ciertos límites, recomiendan los expertos. Al ir aumentando la edad, se podrán agregar las horas que pasan en frente de las pantallas.
De los 3 a 5 años, se recomienda un uso máximo de 30 minutos diariamente. Niños de 6 a 12 lo recomendable es una hora diaria. Finalmente, de 13 a 16 años la recomendación es de 2 horas diarias.
Aquellos niños menores de 3 años no deberían tener rutina diaria alguna. Cabe aclarar que estas son recomendaciones, lo ideal es preguntar al pediatra según el caso, pero en general seguirá una línea similar.
Consideraciones sobre las pantallas y los infantes
Tener en cuenta cada caso es importante para desarrollar un plan de acción adecuado. Por servirnos de un ejemplo, no se puede hacer lo mismo con un niño que ya tiene una rutina abusiva, que con uno que apenas se acostumbra a las pantallas.
Desenganchar a los niños de las pantallas es en gran parte algo que se trabaja en el hogar. Cada niño es distinto y nadie mejor que los propios padres o cuidadores para saber qué necesitan y cómo.
Así que antes de tomar cualquier acción, lo ideal es considerar el contexto, al niño y las recomendaciones profesionales. Armar un plan de acción, control y entendimiento mejorará la relación de los niños y las pantallas que utilicen.
¿Por qué pasan tanto tiempo ahí?
Esto en caso de que los niños ya pasen mucho tiempo frente a pantallas, es válido preguntarse: ¿por qué lo hacen? ¿Qué los motiva a pasar una cantidad de tiempo poco razonable frente a una pantalla? Y empezar desde ahí.
Sea cual sea la razón, esto debe ser considerado y resuelto de alguna forma. Es atacar el problema de raíz, en lugar de obligar a actuar a un niño frente a situaciones que tal vez este no pueda manejar.
¿Qué otras actividades pueden realizar?
Después de ello toca preguntarse: ¿de qué otras formas pueden los niños distraerse o perder el tiempo? Esta es una de las preguntas más simples, ya que hay mil maneras de que gasten su tiempo libre en otras actividades.
Por ejemplo, se le pueden enseñar hobbies, o se puede incentivar al niño a otras actividades en las cuales pueda interesarse. Otro ejemplo puede ser tener el hobby de cuidar alguna mascota, o aprender a dibujar, e incluso tomar clases.
Particularmente los hobbies y otras actividades pueden serles útiles en el futuro. Puede que desarrolle pasión o amor por lo que hace, y esto le ayude a crecer. En general, es buena idea incentivar a los infantes a hacer varias cosas.
¿Qué lo incentiva a usar pantallas?
Podrá sonar similar a la pregunta anterior, pero no es exactamente lo mismo. Puede ser que los niños estén utilizando las pantallas como un escape ante sus propios problemas.
Violencia, bullying, estrés, demasiada tarea, presión familiar, hay muchas razones por las que un niño querría escapar de la realidad. Tratar estos problemas, además, le ayudará a relacionarse de una forma más sana consigo mismo.
¿Qué le disgusta de las otras actividades?
También existe la posibilidad de que los niños se sientan incómodos haciendo cualquier otra actividad, por ejemplo, puede que les disguste la escuela. Puede ser que tenga determinados hobbies y les resulten molestos o sientan presión para realizarlos.
Las pantallas son un antiestrés rápido, fácil y seguro, por lo que es fácil que un niño se enganche a estas. Pero por supuesto, lo ideal es ayudarles a sentirse mejor al realizar cualquier otra actividad.
5 claves según la UOC
Según expertos de la Universidad Abierta de Cataluña o UOC hay 5 claves principales para desenganchar a los pequeños de las pantallas. Estas con el fin no solo de desengancharse, sino también de ayudarlos a relacionarse sanamente.
Como podrás ver, separar a los niños de las pantallas no es algo fácil o simple. Para lograrlo sanamente hay que seguir muchos pasos, pautas y condiciones que son necesarias. A continuación, te las mencionaremos:
1.- Discutir y aclarar reglas
Hablar y tener conversaciones posiblemente incómodas es la clave para arreglar casi cualquier problema. El raciocinio y el habla son la mejor manera de acceder a las problemáticas y resolverlas.
Después de hablarlo claramente, es importante discutir las reglas y dejarlas claras. Reglas ambiguas o difíciles de comprender no harán más que confundir a los niños y generar más problemas.
2.- Negociar y entender
Negociar, comprender y actuar. Los niños también tienen necesidades, gustos y maneras de relacionarse con su entorno de manera independiente. No puedes volver irrelevante sus voces.
3.- No prohíbas, resuelve
Para desenganchar a los niños de las pantallas, las prohibiciones a rajatabla no funcionarán de nada. Antes que prohibir, es mejor resolver el problema de manera sana e ingeniosa.
4.- Sé el ejemplo
Las pantallas en demasía no solo son capaces de dañar a los niños. Las personas adultas también pueden presentar problemas por el uso excesivo de pantallas. Ser un ejemplo para los niños los ayudará a cumplir mejor su parte.
cinco.- Nada de contraseñas
La seguridad de los pequeños es más importante que su privacidad, aunque ser invasivo no es bueno, deben evitarse las contraseñas. Los niños no pueden cuidarse completamente solos y hay momentos en los que tienes que actuar.
Desenganchar a los niños de las pantallas no es un trabajo fácil, mas tampoco imposible. Si tienes en cuenta todo lo que se ha mencionado en el artículo, es más que posible conseguirlo de forma sana, no invasiva y de manera perfecta racional.