Tenía pendiente desde hace dos semanas redactar el último blog post sobre The Wedding Mafia Trip II Edición Gran Canaria. Me da cierta pena redactarlo por el hecho de que de alguna forma es una despedida y la verdad es que… ¡ya deseo regresar!
Nuestro último día en la isla fue una disfrutada de principio a fin. Desde el despertar en mi habitación del gran hotel Santa Catalina con vistas a su jardín privado (el único en Las Palmas de Gran Canaria en el que se pueden organizar todo género de acontecimientos sociales) hasta la despedida en el aeropuerto de mis grandes compañeras y amigas. Ellas han sido, sin duda, asimismo una gran parte del encanto del viaje.
La verdad es que visitar Gran Canaria vale la pena por mil y un motivos, y hospedarse en el Santa Catalina asimismo es una experiencia que hay que vivir cuando menos una vez en la vida. Desde mil ochocientos noventa el hotel ha sido testigo de la historia de Gran Canaria, siendo un referente de la vida social de la urbe. Por él han pasado ciertas personalidades más esenciales del s.XX y XXI. El glamur, la autenticidad y la delicia son una parte de la esencia del hotel. Dicho queda.
Para concluir de ponerle la guinda al viaje, pusimos rumbo desde el hotel a Casa Quintanilla, una propiedad única a riberas del Atlántico construida a fines del s.XX y últimamente rehabilitada por los descendientes de quienes la levantaron. La casa, vieja vivienda familiar y explotación agraria, invita a zambullirse en el genuino sabor canario, con los tradicionales cultivos de plátanos y el mar como telón de fondo. Mas es que además de esto Casa Quintanilla está dirigida por Anacha, que es un amor, y está decorada con un gusto frágil, genuino, refinado, atinado, acogedor… ¡las fotografías charlan por sí mismas!
Las estancias de Casa Quintanilla estaban invadidas por los diseños de Aurelia Gil. Me hubiese encantado que mis convidadas pudiesen haber visitado su taller en el centro -que es una representación asimismo estupenda de su trabajo muy elegante y artesanal- mas puesto que éramos un montón (entre las chicas, el equipo gráfico, las marcas anfitrionas y sumábamos más de veinticinco personas) debimos dejar la visita a su taller para otra ocasión. ¡Esperemos pronto!
Para quien no la conozca, Aurelia Gil es una diseñadora de novias canaria con gran reconocimiento internacional y una identidad propia que puede reconocerse en cada uno de ellos de sus diseños. Diseños, a propósito, con los que todas y cada una nos recreamos y soñamos con poder lucir en algún instante de nuestra vida. Una maravilla.
Como conclusión a los sentidos, The Federicas, La Vaca y Susana Lang Lento, se ocuparon de la decoración, el brunch y el toque musical. Una ya no sabía cara dónde dirigir el móvil y por eso personalmente terminé el viaje con múltiples publicaciones individuales y más de ciento veinte stories publicados a lo largo de tres días.
Empecé este texto diciendo que era una despedida, mas es un hasta pronto. Ya estoy cocinando el próximo The Wedding Mafia Trip III Edición y preparando mil detalles y sorpresas a fin de que sea tan alucinante y singular como este. ¡Hasta pronto!
Un besote, Ana.