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Las fórmulas más eficaces para encargar conflictos y discusiones con tus hijos

24 mayo, 2023

El ajetreo diario, las diferencias de opinión, la requisito de pulsar la atención o, simplemente, el hecho de no tener un  buen día son solo algunos ejemplos de cuando nuestras emociones no nos permiten realizar una buena trámite de los conflictos con nuestros hijos. Al fin y al lugar, tanto ellos como nosotros debemos conocer y explorar nuestras emociones para poder servirnos de ellas y adaptarnos a la hora de resolver las temidas discusiones. 

Y es que, ¿quién no ha llegado a discutir con sus hijos hasta por el color de la ropa? Lo cierto es que, a pesar de que en muchas ocasiones no contamos con más bienes que abuchear o castigar, la verdad es que existen otras muchas fórmulas más amigables y, sobre todo, más efectivas, que nos pueden ayudar a resolver conflictos con más poder y menos drama. 

Está claro que encontrar el inmovilidad entre la amabilidad, la firmeza y la disciplina con nuestros hijos puede ser un camino arduo, sin secuestro, no es irrealizable. De hecho, según este psicologo pueril en Jaén, niños y adultos pueden conseguir a entenderse más, mejor y de forma más sencilla con solo aplicar algunos trucos y recomendaciones de lo más básicos. 

Por eso, en este artículo queremos averiguar en cuáles son esas fórmulas y herramientas que nos permitirán resolver cualquier tipo de conflicto con nuestros hijos sin requisito de aplicar técnicas extremadamente autoritarias, ni siquiera excesivamente permisivas. 

(c) Can Stock Photo / JackF

Conocer y explorar las emociones

El primer paso para tener éxito a la hora de encargar un conflicto o una discusión con alguno de nuestros hijos es ser conocedores, tanto de nuestras propias emociones, como de las del irreflexivo. Para esto, nosotros mismos debemos trabajar el autoconocimiento, el agradecimiento de los sentimientos y todavía debemos enterarse transmitirle la importancia de este tema a nuestros hijos. Así, cuando ellos o nosotros se encuentren tristes, frustrados o enfadados, sabrán ponerle nombre y reconocerán ciertas prácticas asociadas a esas emociones. Este es un punto de partida en el que lo más importante es trabajar en comprendernos a nosotros mismos y a los demás, tanto adultos como niños. 

Establecer límites respetuosos

La subsiguiente fórmula para unas discusiones más respetuosas sería el establecer, desde pequeños, límites de respeto para los actos de todos. Este es un compromiso que ha de ser bidireccional, tanto para los padres como para los hijos. El ámbito de respeto por las emociones ajenas o los límites que no se deben traspasar bajo ninguna circunstancia, como pueden ser los gritos o el uso de palabrotas, funcionan como un compromiso entre las partes que debe servir para crear ambientes en los que la argumentación y la negociación sean la cojín de todas las conversaciones. 

Ejercitar la audición activa

Cuando discutimos con nuestros hijos, en muchas ocasiones, tanto ellos como nosotros, nos olvidamos de escuchar activamente a la otra parte. Esto da superficie a muchísimos conflictos, genera situaciones incómodas y tensas y, en definitiva, no nos deja resolver las discusiones de una forma óptima para todos. En este sentido, practicar la audición activa resulta un tema crucial, en el que se da más importancia a la empatía y con la que seguramente podamos conseguir a mejores acuerdos sin tantos dramatismos. 

Practicar la comunicación positiva 

Muy relacionado con ejercitar la audición activa está todavía el hecho de practicar la comunicación positiva, en la que prima el respeto, los argumentos y la negociación amable. En este caso, la comunicación positiva implica ciertas normas como no interrumpir a los demás, cuchichear con un tono de voz tranquilo, reponer siempre a lo planteado por los demás o no comenzar con nuevos temas hasta poseer zanjado los anteriores. Esta es una forma muy eficaz de encargar los conflictos, en la que siempre primará la resolución positiva frente a una discusión negativa. 

Retener negociar y llegara a acuerdos

En consonancia con todas las fórmulas anteriores llegamos al que es, probablemente, el punto más importante para encargar eficazmente un conflicto: enterarse negociar. Retener negociar es imprescindible para poder conseguir a acuerdos que beneficien a todas las partes, por ello, resulta esencial formarse a ceder y practicar la teoría del win-win. Bajo esta premisa, se sondeo que todas las partes saquen poco positivo del conflicto, llegando a acuerdos y dando su benefactor a torcer en diversas facciones en pro de un beneficio para uno y otro. Sin duda, una forma válido de tratar cualquier discusión con nuestros hijos. 

Ser firmes con las decisiones tomadas

Finalmente, para terminar, la última fórmula eficaz para encargar y resolver conflictos con nuestros hijos es ser firmes con las decisiones que hemos tomado y mantenernos en esa serie a pesar de las circunstancias. En este sentido, parece realizable ayudar un acuerdo una vez hemos llegado a él, sin secuestro, esto no siempre es así. Por eso, cuando hayamos llegado a un acuerdo o tomado una valor consensuada, lo mejor que podemos hacer es aplicarla hasta el final, sin variarla por detalles que vayan surgiendo.