El eccema vírico es una de las causas de más consultas en pediatría. Tienen un origen vírico y está presente en niños de todas las edades. Para conocer al detalle en qué consiste esta enfermedad, analizaremos en qué consiste, cómo se desarrollan sus síntomas y qué tratamiento necesita.
Si tu hijo está experimentando algún tipo de sarpullido en la piel, seguramente necesite una revisión médica y que le hagan una valoración. Generalmente se suele diagnosticar exantemas víricos, sin conocer qué tipología tiene concretamente. Se pueden realizar algunas pruebas, pero en la mayoría de los casos dicha enfermedad remite al promontorio de unas semanas y no necesita de dicha valoración distinto.
¿Qué es el eccema vírico?
Esta enfermedad no es peligrosa, se manifiesta como un virus en niños y acompañada de fiebre. Se puede observar como una inflamación de la piel, dónde se crea una vasodilatación de los vasos sanguíneos, se inflaman, agrandan y llegan a soltar un transparente. Se podrá observar cómo la zona comienza a enrojecerse. Suele aparecer frecuentemente en niños de entre 6 a dos primaveras de antigüedad. Incluso puede aparecer en cualquier época del año.
Esta enfermedad zapatilla un peña de huella víricos que evocan a enfermedades clásicas de la caducidad, dónde se fueron nombrando en una escalera numérica.
- La primera fue la escarlatina.
- La segunda el sarampión.
- La tercera la rubéola.
- La cuarta la enfermedad estafilocócica.
- La casa de campo el eritema infeccioso.
- La sexta el eccema súbito.
Muchos de estos exantemas tienen una aparición similar y la mayoría quedan representado con su propio nombre. No llegan a ser diagnosticados y en muchos casos son muy inespecíficos los datos, pero sí genéricos.
¿Por qué se produce el eccema vírico?
Como ya hemos reseñado, en la mayoría de los casos se diagnostica por regla caudillo como un eccema vírico, pudiendo comprender todas las enfermedades clásicas descritas. En existencia, sí que se puede determinar el virus exacto con un prospección llevado al laboratorio. Pero como no recaba maduro importancia y suele remitir en varias semanas, no se hace una valoración exacta.
¿Cuáles son sus síntomas?
Las erupciones en la piel es la apariencia principal. Si el crío va acompañado de estas erupciones y con sonrojo durante varios días sin remitir, es cuando necesita tener una valoración médica. Adicionalmente, estos síntomas van acompañados de fiebre. No obstante, el pediatra puede valorar más o menos un eccema vírico dependiendo de dónde esté focalizado. Mostramos algunos ejemplos:
- Varicela: con la prevención, esta enfermedad cada vez se manifiesta mucho menos. Aparecen manchas rosadas acompañadas con lesiones con pequeñas vesículas o ampollas, con transparente en su interior. Incluso vienen acompañados de pequeños granos que ya tienen su costra. Producen mucho picor y es aquí cuando el crío al rascarse puede contagiar con mucha facilidad.
- Erupción súbito: aparece en niños menores de 2 primaveras. Aparecen lesiones rosadas pequeñas en la zona del troco y en el rostro, acompañado de fiebre. En muchas ocasiones aparecen dichas lesiones a posteriori de activo tenido fiebre. No precisa tratamiento y desaparece a los 3 días aproximadamente.
- Enfermedad boca-mano-pie: es producido por distintos tipos de virus, del tipo enterovirus. Se manifiestan como lesiones de color transparente o amarillento en su interior, rodeando de la boca, en los pies, entre los dedos y manos. Suele estar acompañado de un pequeño catarro y con desatiendo de apetito. No tiene tratamiento, ya que se resuelve de forma natural.
- Megaloeritema: se manifiesta en niños en antigüedad escolar. Aparece un sonrojo en ambas mejillas y de ahí que además se denomine “enfermedad de la soplamocos”. Se puede extender al resto del cuerpo y no precisa de tratamiento, ya que se resuelve de forma natural al promontorio de unos días.
¿Qué tratamiento tiene el eccema vírico?
Cuando un crío llega a consulta con este sarpullido se suele hacer una valoración positiva del crío o la pupila. Si tiene fiebre, se récipe algún tipo de medicamento (paracetamol o ibuprofeno) para que se baje dicha fiebre.
Si el crío no tiene secuelas importantes, está generalmente alegre y mantiene su compostura, no necesitará de ningún tipo de tratamiento ni exploración distinto. En algunos casos, si tiene lesiones importantes o mucho picor, se récipe un poco de antihistamínico vocal en gotas o poción. Incluso se puede ordenar alguna crema con un poco de corticoide suave. Adicionalmente, es fundamental que se beba mucho agua.