Niño cocinando

Si tienes hijos pequeños seguro que te preguntas cuándo implicar a los niños en las tareas del hogar. Porque en el interior de su educación incluso debemos enseñarles alguna que otra responsabilidad desde perfectamente temprano. Eso sí, siempre sin forzar y haciendo que sea  lo más entretenido posible para que muestren por sí solos un gran interés.

Pero claro, no todas las tareas son idóneas para todas las edades por eso conviene conocer cuándo comenzar a enseñarles y por dónde comenzar. Así que, si estás un poco perdido, es el momento de que sigas leyendo y descubras esto que te proponemos, porque aunque no te lo creas, tiene un sinfín de beneficios en los peques.

Los grandes beneficios de implicar a los niños en las tareas del hogar

A veces cuesta comenzar, pero si pensamos en todos los beneficios que tiene implicar a los niños en las tareas del hogar, seguro que ya no lo volveremos a pensar dos veces. Ellos necesitan conocer ciertos títulos como apoyar el orden y la exactitud, así como el ayuda y colaborar en casa.

Niños ayudando en casa

  • Es una forma de desarrollar sus habilidades: puede ser hacer la cama o simplemente cosechar sus juguetes diariamente, pero con esos gestos, conseguiremos estimular y desarrollar sus habilidades. De forma que la coordinación será protagonista de cada obra mencionada.
  • Se sentirán parte de tu montón: aunque a veces parezca que no, si lo hacemos deleitable, les encantará formar parte de tu equipo. Es una forma de estimular y de compartir, poco básico para su exposición. Por otra parte estás favoreciendo que aprenda ciertas rutinas y establezca esos hábitos tan importantes.
  • Maduro confianza: es una forma de que ellos se sientan más seguros de lo que hacen, tengan más confianza y aumente su autoestima. Sobre todo si los vamos animando en cada momento y incluso una vez finalizada la tarea en sí.
  • Aumentan la independencia: aunque nos sigan necesitando, es cierto que incluso forma parte de sus vidas el comenzar un camino firme cerca de la independencia. Así es una forma perfecta de incentivar la autonomía.

Cuándo deben formar parte de las tareas

Ya hemos mencionado que no todas las tareas son perfectas para todas las edades, por eso debemos tener en cuenta lo ulterior:

Cuándo implicar a los niños en las tareas del hogar

  • Desde los 2 a los 3 abriles: puedes implicarlos a la hora de cosechar los juguetes, así como de que puedan ingerir por sí solos, incluso de colocar la ropa en sus cajones o simplemente llevarla para su habitación. Porque ya sabemos que aún es pronto para que consigan doblarla o almacenarla como nos gusta.
  • A los 4 y 5 abriles: puede comenzar a nominar algunas prendas de ropa y vestirse solo, siempre y cuando sean prendas sencillas de colocar. Asimismo puede ayudarte a poner la mesa e incluso fregar algún plato o vaso pero siempre a tu costado para evitar problemas.
  • A los 6 y 7 abriles: es el momento de que haga su cama y que organice su habitación. Por otra parte, puedes darle un plumero o un trapo para que limpie el polvo. Es más, ya es el momento de que haga su mochila para ir al cole.
  • A los 8 y 9 abriles: se puede duchar o bañar solo, incluso puede prepararse el desayuno, con supervisión. Es un buen momento para que le enseñes a hacer recetas de cocina muy facilitas pero aquí incluso tendremos que estar nosotros a su más o menos para alertar todo tipo de sustos.
  • A los 10 y 11 abriles: sabe poner una lavadora y tender la ropa, adicionalmente de tener siempre recogida su habitación, nominar su ropa y hasta producirse la aspiradora de una forma más que eficaz.
  • A partir de los 12 abriles: ya sabrán realizar algunas recetas, tener la habitación perfecta, hacer la colada e incluso comenzar a cuidar de sus hermanos menores, aunque no demasiado tiempo ni siquiera dejarlos solos. Irá a hacer recados y ya será mucho más independiente.

Recuerda que cada nene es todo un mundo y esto implica tener paciencia con él y no agobiarlo con demasiadas tareas. Lo mejor es ir poco a poco, que se sienta cómodo, que lo convierta en una rutina y así, ir integrando las actividades en función de su permanencia y de sus habilidades.