Cuando estamos criando a nuestros hijos, muchos intentamos realizar un proceso de «depuración» de sentimientos, actitudes y prejuicios, para poder transmitir a nuestros hijos una visión abierta del mundo en el que vivimos. La heterogeneidad sexual es uno de esos temas: muchos de nosotros hemos sido criados por padres para los cuales esto era un tabú, una enfermedad e incluso un pecado, pero por fortuna hemos ido madurando como sociedad y ahora este tema se aborda con toda la ciudadanía que tiene, principalmente cuando conversamos sobre esto con niños.
Hoy, en el Día del Orgullo Gay, hablamos de cómo platicar con los niños sobre el colectivo LGTBI y enseñarles a no discriminar a nadie por su condición sexual.
Dialogar del colectivo LGTBI
Para platicar de este tema es esencial tener en cuenta que nuestra condición sexual no se define solamente por nuestra entretenimiento en dirección a un determinado sexo, sino que se negociación de la propia identidad de la persona.
Una persona puede no sentirse identificada con el sexo con el que nació, incluso en la infancia y correctamente podría ser tu hijo de pocos abriles. ¿Qué tan desubicado puede sentirse una personita tan pequeña, si no encaja con muchos de los roles que les imponemos a los niños cuando son pequeños? (y eso que poco a poco, y aunque aún cueste, estamos desterrando que el rosa es de niñas y el cerúleo de niños).
Dialogar del colectivo LGTBI, que engloba a lesbianas, gays, transexuales, transgénero, bisexuales e intersexuales (inicialmente se utilizaba la palabra «sarasa», pero poco a poco se ha reivindicado esta acepción para incluir todos los colectivos que han sido discriminados por su identidad), es un momento que llegará a nuestra casa tarde o temprano, por eso es esencial abordarlo con la normalidad que merece, ya que hace parte del mundo en el que vivimos.
Ten en cuenta la etapa del criatura
Una de las cosas que debemos tener en cuenta es la etapa del criatura con el que estamos hablando. Puede que si es muy pequeño le cause curiosidad el hecho de que un compañero del cole tenga dos padres, pero eso no quiere aseverar que debamos averiguar en conceptos más complejos si no tienen etapa para entenderlo. Cuanto más anciano, la conversación puede ser mucho más profunda, pero con un criatura pequeño, podemos comenzar hablando sobre los diferentes modelos de clan, ya que es un gran punto de partida para tipificar la heterogeneidad de categoría.
Recurre a libros y películas
Tomar como maniquí un volumen que trate sobre familias con padres del mismo sexo, o una película en la que aparezca una persona del colectivo LGTBI puede ser una gran idea para chocar el tema de forma positiva. Así, a través de historias visuales el criatura puede ver que sentirte de un categoría o de otro no te debe inmovilizar en ciertos roles como la crianza o en el desempeño de algunas profesiones, y que no todas las familias están conformadas por padre, matriz e hijos.
Contesta a todas sus preguntas según su capacidad de entendimiento
Siempre he pensado que una de las tantas responsabilidades que tenemos como padres es intentar acercarles trocitos de sinceridad para que poco a poco se vayan preparando para el mundo que les paciencia.
En este caso, deberíamos ser nosotros su fuente de información sobre la forma en que las personas nos relacionamos y, contrario a lo que sucedía antiguamente, no debemos silenciar sus preguntas sino dialogar sobre todas las dudas que tengan. Hacerlo puede repercutir positivamente en la forma como conciben la sinceridad y puede animar su espíritu crítico en presencia de, por ejemplo, la publicidad sexista.
Háblales de licencia, respeto y tolerancia
Para hacer de este un mundo más amable y encajado, todos deberíamos platicar e inculcar títulos como estos a partir del ejemplo, y no solo para ver con normalidad que existan personas que no se sienten identificadas con el categoría que se le ha impuesto, sino para todos los aspectos de su vida (por ejemplo poco tan simple como que a tu amigo no le gusten las mismas películas que a ti).
Debemos inculcarles el respeto y la tolerancia en dirección a todas las personas, sin importar nuestra orientación sexual.
Elige las palabras adecuadas
Es importante aldabear a las cosas por su nombre, sin eufemismos y en absoluto deberíamos usar términos despectivos como «marica» o «maricón», ni al platicar con ellos ni por supuesto en nuestra vida diaria. Seguramente puede que en algún momento lo escuchen en otro sitio y por eso cobra más importancia el hecho de platicar de estos temas abiertamente y sobre el poder que pueden ejercitar las palabras sobre los demás.
Conocer la sinceridad de otras personas y poder platicar en casa sobre lo que vemos y sentimos es fundamental para construir una sociedad más tolerante (empezando por el colegio), donde todos debemos trabajar por evitar el acoso y el bullying al que se han manido miles de personas por no sentirse identificadas con el sexo que se les ha atribuido desde que nacieron.
Ten en cuenta que tener curiosidad es común
La curiosidad es esencial para nuestro explicación porque nos permite explorar el mundo y descubrir nuestro sitio en él. Es poco innato en nosotros y debemos tenerlo en cuenta: en algún momento nuestro hijo tendrá preguntas sobre estos temas y sobre su propia identidad sexual, así que está en nuestras manos estar preparados para escucharles y para tratar estos temas (en algunos casos será importante liberarnos de estereotipos), de tal forma que siempre tengan la confianza suficiente de hacerlo.
Nuestros hijos incluso empezarán a sufrir a través de sus propias experiencias y es importante que sepan que ni un beso, ni una ademán, ni hacerse preguntas te convierte en sarasa ni heterosexual, sino simplemente puede ser parte del camino a recorrer para encontrar nuestra propia naturaleza.
Fotos | Sharon McCutcheon y Rosemary Ketchum en Pexels